Entrevista con el obispo de Zamora, un año después de su ordenación episcopal Fernando Valera: "Yo me comprometí en la diócesis a abrir los archivos e investigar los abusos"
"La de Zamora es una iglesia pequeña, de tamaño muy humano. Todo está cerca; no hay nada a más de una hora. Y con el problema de la despoblación. Es un pueblo con una tradición católica muy, muy firme. Muy presente. Con un patrimonio ingente, con gente que vive su vida cristiana muy seria y con un tipo de laico muy interesante"
"Siempre recuerdo, cuando era recién ordenado obispo, mi primera Nochebuena en el Centro de Rehabilitación de Alcohólicos o en el Centro de Transeúntes. Escuchaba sus historias, las compartía y me sentía uno de ellos. Yo, ahí me siento iglesia y siento que la Iglesia está siendo Iglesia profética. Una iglesia que luego de esa noche, pone en el altar todas esas historias"
"Sobre el tema de la economía con un criterio que creo que no podemos hacer de otra manera y que es la transparencia. Es decir; todo lo que hagamos tiene que ser transparente, tiene que tener su contraste y tiene que ser para la evangelización y para el servicio a los demás"
"He escuchado a víctimas y las he acompañado a la Fiscalía. Es desgarrador estar escuchando a una víctima de abusos de alguien que le tiene que proteger, que le tiene que llevar a Dios. Y eso, creo que hay que erradicarlo y estamos en ese camino"
Caso Novell: "Estamos en un mundo mediático donde, a veces, caemos fácilmente en la crueldad. vayamos con precaución; el obispo, yo el primero, somos personas frágiles. Esa tentación del fariseísmo creo que hay que desterrarla de una vez para siempre"
Papa Francisco: "Tengo muchas ganas de darle un abrazo, si la pandemia nos lo permite. Y con la expectativa de conocer las distintas congregaciones vaticanas, de dialogar con mis hermanos obispos. Porque hemos tenido muy poquitas reuniones y me gusta ver cómo hacen las cosas"
"Tengo la esperanza de que nos va a sorprender. Siempre nos dice algo con mucha profundidad. Tiene ese estilo de decir, 'oye, no os quedéis ahí sentados; caminad. Tenemos que decir una palabra, tenemos que hacer una entrega real, generosa. No nos podemos meter en nuestra burbuja y hay que tener un poco de imaginación…'"
"Sobre el tema de la economía con un criterio que creo que no podemos hacer de otra manera y que es la transparencia. Es decir; todo lo que hagamos tiene que ser transparente, tiene que tener su contraste y tiene que ser para la evangelización y para el servicio a los demás"
"He escuchado a víctimas y las he acompañado a la Fiscalía. Es desgarrador estar escuchando a una víctima de abusos de alguien que le tiene que proteger, que le tiene que llevar a Dios. Y eso, creo que hay que erradicarlo y estamos en ese camino"
Caso Novell: "Estamos en un mundo mediático donde, a veces, caemos fácilmente en la crueldad. vayamos con precaución; el obispo, yo el primero, somos personas frágiles. Esa tentación del fariseísmo creo que hay que desterrarla de una vez para siempre"
Papa Francisco: "Tengo muchas ganas de darle un abrazo, si la pandemia nos lo permite. Y con la expectativa de conocer las distintas congregaciones vaticanas, de dialogar con mis hermanos obispos. Porque hemos tenido muy poquitas reuniones y me gusta ver cómo hacen las cosas"
"Tengo la esperanza de que nos va a sorprender. Siempre nos dice algo con mucha profundidad. Tiene ese estilo de decir, 'oye, no os quedéis ahí sentados; caminad. Tenemos que decir una palabra, tenemos que hacer una entrega real, generosa. No nos podemos meter en nuestra burbuja y hay que tener un poco de imaginación…'"
Caso Novell: "Estamos en un mundo mediático donde, a veces, caemos fácilmente en la crueldad. vayamos con precaución; el obispo, yo el primero, somos personas frágiles. Esa tentación del fariseísmo creo que hay que desterrarla de una vez para siempre"
Papa Francisco: "Tengo muchas ganas de darle un abrazo, si la pandemia nos lo permite. Y con la expectativa de conocer las distintas congregaciones vaticanas, de dialogar con mis hermanos obispos. Porque hemos tenido muy poquitas reuniones y me gusta ver cómo hacen las cosas"
"Tengo la esperanza de que nos va a sorprender. Siempre nos dice algo con mucha profundidad. Tiene ese estilo de decir, 'oye, no os quedéis ahí sentados; caminad. Tenemos que decir una palabra, tenemos que hacer una entrega real, generosa. No nos podemos meter en nuestra burbuja y hay que tener un poco de imaginación…'"
"Tengo la esperanza de que nos va a sorprender. Siempre nos dice algo con mucha profundidad. Tiene ese estilo de decir, 'oye, no os quedéis ahí sentados; caminad. Tenemos que decir una palabra, tenemos que hacer una entrega real, generosa. No nos podemos meter en nuestra burbuja y hay que tener un poco de imaginación…'"
"Yo no creo en la miradas unidireccionales. Pienso que estamos en una Iglesia que busca su lugar en este siglo 21 y creo que es un lugar desde el que tenemos que servir". El obispo de Zamora, Fernando Valera, acaba de cumplir un año como obispo. De Cartagena a Zamora, en plena España vaciada, del mar al interior, Valera se muestra como un prelado abierto a las sorpresas, y a escuchar todas las voces de la realidad.
Es el primer obispo que ha anunciado -lo hace en exclusiva en RD- que su diócesis sí hará una investigación sobre los abusos a menores en décadas pasadas, y pide "paciencia" para que este ejemplo se extienda al conjunto de la Iglesia española. "En ocasiones, para caminar juntos, sinodalmente, hay que tener paciencia. Es un proceso en el que estamos, también la Iglesia española, de transparencia y de apertura (...) estamos caminando", nos cuenta. Un obispo abierto y cercano, un 'mirlo blanco' al que habrá que tener en cuenta en el futuro. Hablamos con él en su casa-despacho, junto al teatro de Zamora, una vez abandonó el palacio episcopal.
Estamos en la maravillosa Zamora, donde nos acoge su obispo, don Fernando Valera. Buenos días.
-Buenos días, Jesús.
-Ya con la con la 'L' prácticamente quitada, ¿no?
-El domingo, gracias a Dios, cumplí un año que ha pasado muy rápido y con muchas muchas cosas nuevas.
-Un año de cambios en mitad de una pandemia… Ha viajado más de 1000 kilómetros desde Cartagena hasta Zamora; dos sociedades, entiendo que distintas. ¿Cómo como ha visto esta sociedad zamorana?
-Ha sido un cambio muy grande. Pero queriendo hacer la voluntad de Dios y, sobre todo, algo que dije desde el principio: escuchar, conocer; abrirme a una realidad completamente nueva.
Sí tengo que destacar la acogida maravillosa que he tenido en esta diócesis de Zamora.
-¿Cómo es la Iglesia de Zamora?
-Es una iglesia pequeña, de tamaño muy humano. Todo está cerca; no hay nada a más de una hora. Y con el problema de la despoblación. Es un pueblo con una tradición católica muy, muy firme. Muy presente. Con un patrimonio ingente, con gente que vive su vida cristiana muy seria y con un tipo de laico muy interesante.
Estoy muy sorprendido, pero sorprendido gratamente.
-Se puede trabajar, entonces. Hay mimbres.
-Hay unas raíces maravillosas. Me siento muy cómodo y muy a gusto.
-Creo que esta Semana Santa no se ha podido celebrar al completo. Entiendo que debe tener ganas porque la Semana Santa de Zamora es conocida mundialmente y muy distinta al concepto que tenemos los que venimos de Andalucía, pero tiene un sabor muy, muy especial. Muy de llamada, de atención.
-Yo he conocido la Semana Santa, en mi primer año, de celebraciones litúrgicas, eucaristías, Vía Crucis, oraciones… Es decir, he tenido un acercamiento primero desde la interioridad y desde la vivencia más religiosa y, para mí, ha sido sorprendente encontrarme gente con una fe profunda, unas cofradías con una raigambre muy bonita, imágenes impresionantes y coros que cantan el Miserere de una manera que se te ponen los pelos de punta. En los distintos templos románicos, en los distintos lugares… ha sido una experiencia muy bella.
-¿Cómo está la Iglesia hoy? ¿Cuál es el diagnóstico que podemos hacer?
-Yo no creo en la miradas unidireccionales. Pienso que estamos en una Iglesia que busca su lugar en este siglo 21 y creo que es un lugar desde el que tenemos que servir. Lo insisto mucho, aquí, en Zamora. Tenemos que estar disponibles para ayudar al otro siempre, en primer lugar
Y luego, es una Iglesia que tiene un lugar sustancial en los márgenes. Por ejemplo, en Zamora hay una Cáritas muy importante y muy bien organizada, con un servicio al mundo de la pobreza, de la marginación, de la tercera edad y de la infancia marginada, fundamental. He encontrado un equipo que trabaja seriamente y muy eficiente.
-¿Entiende que la sociedad, a veces, no se quede con esa visión de relacionar Cáritas e Iglesia? Incluso, que separe el trabajo de Cáritas como si fuera el de una ONG desvinculada de la institución, a la que entiende como un organismo vetusto, clericalizado y con muchas ínfulas de poder.
-Yo no me preocuparía tanto de si la imagen 'parece'. Nosotros, lo que tenemos que intentar es 'ser'. Y cuando eres, eso se transmitirá.
Siempre recuerdo, cuando era recién ordenado obispo, mi primera Nochebuena en el Centro de Rehabilitación de Alcohólicos o en el Centro de Transeúntes. Escuchaba sus historias, las compartía y me sentía uno de ellos. Yo, ahí me siento iglesia y siento que la Iglesia está siendo Iglesia profética. Una iglesia que luego de esa noche, pone en el altar todas esas historias. Lo he sentido así en mil cosas que he ido compartiendo este año en las residencias que tiene Cáritas de la tercera edad. Las muertes por covid-19, el sufrimiento de los trabajadores, de los de los mayores… Han sido cosas que uno lleva, sin lugar a dudas, en el corazón.
-Y más en una provincia como ésta, donde la edad de la población es muy avanzada. Hay mucha población mayor.
-Sí, y por tanto ha habido un azote muy grande de la enfermedad.
-¿Estamos saliendo mejor de la pandemia, como deseaba Francisco? Me da la sensación de que estamos cometiendo el gravísimo pecado de retomar este este año y medio, que todavía no ha terminado, como si no hubiera existido. Haciendo como un paréntesis y regresando a lo anterior sin haber aprendido determinadas lecciones.
-Yo siempre digo que tengo defecto de fábrica: he sido nueve años director espiritual y por tanto me ha tocado ver lo bueno del otro, siempre para ponerlo en valor y hacer que cada uno vea la obra de Dios. Entonces, estoy viendo y compartiendo cómo ha habido gente que se ha entregado. Que ha dicho "mira, yo acompaña a este anciano y le cojo de la mano porque se está muriendo y no hay nadie. No están sus hijos porque no pueden entrar"… Son historias de las que no vamos a salir igual; tenemos que salir mejores personas.
-¿Cómo afrontan en la diócesis problemáticas como las derivadas de los grandes clichés; de la economía, de los abusos sexuales, de las inmatriculaciones? ¿Cómo se posiciona usted en esos debates? ¿Son debates que dan miedo abrir, o que están ahí y hay que abordarlos?
-Sobre el tema de la economía con un criterio que creo que no podemos hacer de otra manera y que es la transparencia. Es decir; todo lo que hagamos tiene que ser transparente, tiene que tener su contraste y tiene que ser para la evangelización y para el servicio a los demás.
Respecto a los abusos, yo he estado ahí muy metido y esa sensibilidad en la que me he formado, también de prevención, creo que la he intentado llevar aquí. Por ejemplo, el año pasado mandamos a cuatro personas, tres laicos y un sacerdote, a formarse a la Pontificia de Comillas en el curso que se ha hecho junto a la Universidad Gregoriana y a todo el equipo que está a nivel mundial. Con Hans Zollner y todo su grupo. Lo hemos trasladado aquí y estamos en un proceso de formación y de prevención. De ir haciendo que todas nuestras instituciones tengan planes en esa perspectiva; Cáritas, el seminario, nuestro colegio seminario, en las catequesis. Todo lo que tenemos en relación a los demás, no sólo en menores sino con adultos vulnerables.
Es decir, que tengamos los parámetros concretos que hoy se nos pide y que sirvamos a la sociedad. Y luego, pues salir adelante y viendo lo que el Papa nos está pidiendo.
-¿Ha podido encontrarse con alguna alguna víctima?
-He escuchado a víctimas y las he acompañado a la Fiscalía, aunque aquí no. Es desgarrador estar escuchando a una víctima de abusos de alguien que le tiene que proteger, que le tiene que llevar a Dios. Y eso, creo que hay que erradicarlo y estamos en ese camino.
-¿Cree que la Iglesia podrá volver a ser considerada por la sociedad -donde también se dan abusos, y más abusos que en la Iglesia-? ¿Que tendrá esa fuerza moral para poder incidir en esa problemática? O el hecho de haber sido arte y parte, por así decirlo, nos saca de esa ecuación?
-Nosotros tenemos que, como nos dice Isaías, alzarnos. Se acerca a nuestra liberación y tenemos que ser proactivos en todo lo que es prevención y en todo lo que es acompañamiento a toda persona que haya sufrido abuso, sin complejos. Es decir; a pesar de que algunos hayan abusado de su de su condición, que es una realidad terrible, tenemos que ir creando una estructura de prevención y segura. Y que tú, como padre, puedas llevar a tu hijo a la Iglesia y sentirte seguro.
-Por qué no se toma la decisión -que están tomando otros episcopados- de abrir los archivos y hacer una investigación de lo que sucedió en el último medio siglo y en los últimos años?
-Yo me comprometí en la diócesis a hacerlo. A veces, no tenemos los medios correctos. Yo estoy esperando a ver si esto lo podemos hacer un poco más en conjunto. En ocasiones, para caminar juntos, sinodalmente, hay que tener paciencia. Es un proceso en el que estamos, también la Iglesia española, de transparencia y de apertura.
En la última Conferencia Episcopal ya entró en vigor la normativa de toda la reforma del capítulo sexto y estamos muy adelantados. Prácticamente está terminado. Se mandaron las nuevas correcciones para ser aprobado. La Iglesia española también tiene sus puntos buenos y está caminando. Estamos caminando.
-Cómo vivieron el caso del obispo Novell? ¿Cuándo se enteraron?
-Yo me he enterado por la prensa. No conozco a Novell. Con él no he estado en ninguna circunstancia. En la Conferencia Episcopal se dio una información por el administrador diocesano muy en el Señor…
Pienso que no podemos entrar en el ensañamiento de la persona. Creo que en la Iglesia, a quien le toca acompañarle, lo debe de estar haciendo. Estamos en un mundo mediático donde, a veces, caemos fácilmente en la crueldad. vayamos con precaución; el obispo, yo el primero, somos personas frágiles. Esa tentación del fariseísmo creo que hay que desterrarla de una vez para siempre.
-¿Cómo ve al papa Francisco? Empiezan las visitas ad limina de los obispos españoles. Usted, creo, va a finales de enero. Cómo se prepara uno para una para dar cuenta al Papa de lo que de lo que vive, y qué espera encontrar en esa visita?
-Yo soy de los obispos que no ha podido ir a ver al Papa. Este año, por una cosa o por otra ha sido imposible. Porque lo primero que uno hace cuando es nombrado es ir a saludar al Papa. Tengo muchas ganas de darle un abrazo, si la pandemia nos lo permite. Y con la expectativa de conocer las distintas congregaciones vaticanas, de dialogar con mis hermanos obispos. Porque hemos tenido muy poquitas reuniones y me gusta ver cómo hacen las cosas.
-Aprender de la experiencia de los otros.
-Sí. Yo me he encontrando muy a gusto, muy acogido también por los obispos. Hay gente maravillosa en León, en Astorga, en Valladolid. He conocido menos de Salamanca, por el tema de la salud. Don Jesús, en Ciudad Rodrigo, es encantador…
-¿Qué cree que les va a decir el Papa, o qué espera que les diga a los obispos españoles?
-Tengo la esperanza de que nos va a sorprender. Siempre nos dice algo con mucha profundidad. Tiene ese estilo de decir, 'oye, no os quedéis ahí sentados; caminad. Tenemos que decir una palabra, tenemos que hacer una entrega real, generosa. No nos podemos meter en nuestra burbuja y hay que tener un poco de imaginación…'
Creo que nos va a decir cosas muy interesantes. No sé. En eso, es un afecto entrañable. El Papa nos está pidiendo siempre frescura evangélica.
-¿La Iglesia española quiere al Papa?
-En la Conferencia Episcopal escribimos una carta de cercanía y de apoyo en todo lo que estaba haciendo y yo he encontrado un episcopado que le quiere entrañablemente. Luego, imagino que cada uno tendrá sus matices, pero en principio hay mucho cariño.
-Son 61 años de pertenencia a la Iglesia. ¿Cómo le gustaría sentirla a Fernando Valera?
-Más que 'me gustaría', me gusta 'en presente'. Es una Iglesia con una profunda experiencia de Dios. Decía Karl Rahner en los años 70 que 'el cristiano del futuro o es un místico o no será cristiano'. Y el cristiano del futuro somos tú y yo.
Nosotros tenemos que ser gente de una profunda experiencia de Dios que viva la alegría del evangelio, que esté muy enraizado en las Bienaventuranzas y que sirva al hombre de hoy desde el Señor. Me gusta mucho decir algo que aprendí en los ejercicios: 'a lo Jesús'; que lo hagamos con sencillez, con humildad, con alegría y con paz.
-No sé si quiere mandar un saludo a los lectores de Religión Digital.
-Que gracias por esta entrevista y que seguimos en el camino del seguimiento; somos todos discípulos y, como le gusta decir al Papa, discípulos misioneros.
-Don Fernando, muchísimas gracias. Un obispo casi ya sin la 'L'. Cuando termine esta entrevista ya habrá cumplido un año. Felicidades. Feliz Navidad y ya hablaremos de cómo ha sido la visita 'ad limina'.
Gracias por acogernos en Zamora. Un auténtico placer.
-Muchas gracias a ti y a todos los lectores de RD.
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