Día Internacional contra la Trata : La situación de estas víctimas ha emperorado con la pandemia Expertos critican en Comillas el desamparo de las administraciones a las mujeres víctimas de trata
El Grupo de Investigación Género, Riesgo y Vulnerabilidad del Departamento de Sociología y Trabajo Social de la Universidad Pontificia Comillas (Comillas CIHS) ha organizado la cuarta edición de la Jornada contra la trata con la participación de organizaciones sociales y expertos
Carmen Meneses: "Las ONG y proyectos sociales han sido las que han dado respuestas durante esta crisis"
Los ponentes coincidieron en el 'muro' que supone la Ley de Extranjería para permitir la integración de las víctimas detectadas
El confinamiento ha provocado un mayor aislamiento, angustia y soledad en mujeres que muchas veces viven en habitaciones pequeñas, muchas veces compartidas, incluso con sus hijos
"Los tratantes han sabido generar lucro a partir de vulnerabilidad de las mujeres. Se han generado deudas nuevas", según Castro
Los ponentes coincidieron en el 'muro' que supone la Ley de Extranjería para permitir la integración de las víctimas detectadas
El confinamiento ha provocado un mayor aislamiento, angustia y soledad en mujeres que muchas veces viven en habitaciones pequeñas, muchas veces compartidas, incluso con sus hijos
"Los tratantes han sabido generar lucro a partir de vulnerabilidad de las mujeres. Se han generado deudas nuevas", según Castro
"Los tratantes han sabido generar lucro a partir de vulnerabilidad de las mujeres. Se han generado deudas nuevas", según Castro
(Universidad Pontificia Comillas).- Los ponentes de la IV Jornada contra la Trata que se ha celebrado hoy en la Universidad Pontificia Comillas han criticado que las administraciones públicas no hayan dedicado los recursos suficientes para las mujeres víctimas de trata durante la pandemia.
Además, aseguraron que la Ley de Extranjería es un impedimento para la reinserción social de las víctimas de trata. En este sentido, Carmen Meneses, profesora e investigadora de la Facultad de Ciencias Humanas y Sociales de la Universidad Pontificia Comillas, criticó esta Ley, “que supone un muro para quienes quieren entrar en Europa, y la única solución que encuentran es valerse de las redes de trata para entrar en los países”.
La jornada, que se celebró para conmemorar el Día Internacional contra la trata con fines de explotación sexual, ha analizado las consecuencias económicas, sociales, sanitarias y personales para estas mujeres durante la pandemia, y la actuación de las administraciones para paliar las consecuencias.
Los ponentes coincidieron en la falta de ayudas por parte de las administraciones para estas mujeres, pusieron como ejemplo a Suiza, donde se vacunó a todas las mujeres víctimas de trata, algo a lo que en España “no se ha dado prioridad”. En este sentido, Meneses aseguró que “la administración debe aprender a regular y a procedimentar las ayudas que se anuncian a poblaciones determinadas para que llegue a la gente. Las ONG y proyectos sociales han sido las que han dado respuestas durante esta crisis”. A pesar de que se convocaron “ayudas simbólicas” no cubrieron el volumen de las necesidades reales, dijo Mar Galcerán, del proyecto Lloc de la Donna de las Hermanas Oblatas de Barcelona, una organización dedicada a prestar apoyo a las mujeres víctimas de trata.
La mesa redonda tuvo como protagonistas a tres representantes del Proyecto Oblatas en Cádiz, Barcelona y Murcia, que analizaron el impacto social y económico de la pandemia y el confinamiento sobre las mujeres víctimas de trata, así como su trabajo sobre el terreno.
“Nadie puede decir a ciencia cierta cómo lo han pasado”, afirmó Marta Castro, del Proyecto Oblatas de Cádiz. Lo que sí quedó patente es que la pandemia ha sido una crisis humanitaria y económica que ha fortalecido el sistema patriarcal que ha hecho que las mujeres víctimas de trata se hayan visto más perjudicadas. No en vano, “el confinamiento ha provocado un mayor aislamiento, angustia y soledad, en mujeres que muchas veces viven en habitaciones pequeñas, muchas veces compartidas, incluso con sus hijos”, ha destacado Galcerán. observábamos estrés, ansiedad, el confinamiento les hizo revivir experiencias del momento al que llegaron a España”, según Marian Sánchez, del Proyecto Oblatas de Murcia.
Las participantes revelaron que muchas mujeres no comían, ya que pedían a los comedores que el dinero que costaba la comida que les daban se enviara directamente a sus familias en sus países de origen.
Problemas económicos y de salud
Las ponentes subrayaron las dificultades económicas por las que han pasado estas mujeres, agravadas por las exigencias de las redes y los proxenetas. Las cuotas que las mujeres deben pagar a los proxenetas se han convertido en fijas durante la pandemia, porque los explotadores quieren asegurarse ingresos ante la falta de trabajo de las mujeres, y las deudas se acumulan. “Los tratantes han sabido generar lucro a partir de vulnerabilidad de las mujeres. Se han generado deudas nuevas”, según Castro.
La jornada reveló que cada vez hay más mujeres que se dedican a la prostitución para obtener sustento. “Hemos detectado que cada vez más personas se dedican a la prostitución y cada vez hay menos clientes a consecuencia de la pandemia, lo que provoca una mayor competitividad y que las mujeres deban acceder a cualquier tipo de servicio, incluso los que suponen mayor riesgo, porque tienen menos capacidad para rechazar clientes”, reveló Castro, quien añadió que la tendencia de los proxenetas es la búsqueda de la deslocalización a través de la tecnología, es decir, “servicios sexuales en remoto, a través de chats o cámaras”.
A esto se añade un aumento de la vulnerabilidad y una menor capacidad para detectar a las mujeres víctimas. “Además se está detectando un aumento de embarazos, porque probablemente, los tratantes utilicen a los niños como herramienta para obligar a las mujeres a continuar ejerciendo la prostitución”, según Galcerán.
Incluso se está viendo un desplazamiento de las víctimas desde la explotación sexual a la explotación de mendicidad, ante la bajada de clientela a consecuencia de la crisis sanitaria. Y esto también redunda en la salud de las mujeres. “Hemos detectado un empeorameinto de la salud y de las condiciones en las que ejercen estas mujeres”, según Sánchez. De hecho, “a nivel sanitario había mujeres preocupadas porque tenían que interrumpir tratamientos y eso suponía un empeoramiento de salud, ya que no tienen acceso normalizado a servicios sanitarios. La sensación de desamparo es muy grande”.
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