El rector ha reivindicado los rasgos de Santo Tomás de Aquino como modelo para la juventud La Universidad de Deusto celebra la culminación de los estudios de sus más de 2.800 nuevos titulados

La Universidad de Deusto ha celebrado hoy, 28 de enero, la festividad de su patrono Santo Tomás de Aquino con la investidura de sus nuevos graduados de Teología y nuevos doctores -un total de 59 doctores defendieron su tesis doctoral el pasado año-, así como con la entrega de distinciones a los estudiantes más brillantes. Un día de reconocimiento del trabajo bien hecho que también marca el inicio de las graduaciones de los 1.691 estudiantes de grado que culminaron sus estudios en el curso 2023-24. 

De estos egresados, 339 pertenecen a Deusto Business School; 390 a Ciencias Sociales y Humanas; 198 a Derecho; 234 a Ingeniería; 266 a Educación y Deporte; 257 a Ciencias de la Salud; 7 a Teología. A estos graduados, se suman los 1.051 de Máster y 59 nuevos doctores, lo que hace un total de 2.801 nuevos titulados en el curso pasado.

La jornadaacadémica, que va precedida de una eucaristía en la Capilla Gótica, se ha iniciado con la entrega de los Premios Extraordinarios Fin de Carrera UD, Honors Program, Premios Fundación Mendieta y Lambarri y Premio Extraordinario Ignacio Ellacuría. A continuación, se ha homenajeado a los profesores eméritos, profesores y colaboradores jubilados, para seguir con las investiduras de los nuevos teólogos y doctores, y las palabras del rector Juan José Etxeberria. Discurso íntegro.

Acompañar a los jóvenes

El rector Juan José Etxeberria se ha inspirado en los rasgos de Santo Tomás de Aquino, un joven inquieto e introvertido que siguió sus ideales y que, a pesar de la oposición de su familia, optó por un futuro incierto, para profundizar sobre una de las preferencias apostólicas de la Compañía de Jesús que es la que se refiere a “acompañar a los jóvenes en la creación de un futuro esperanzador”. En su opinión, la historia necesita del aporte de los jóvenes -inquietos y, a ratos, incomprendidos como Santo Tomás-, pues pueden desatar nudos, generar nuevos horizontes e imaginar escenarios de mayor humanidad.

Y es que, según ha dicho, “una sociedad sin jóvenes se aboca a la parálisis y al aburrimiento” y en el actual déficit de juventud “su contribución es más necesaria que nunca”. “Necesitamos facilitarles espacios, apoyarlos en sus iniciativas, fortalecerlos en sus tropiezos, escucharlos en sus intuiciones e ideales. Solo así serán capaces de crear la novedad que necesitamos. Los jóvenes tienen expectativas sobre la realidad que les proyectan hacia el futuro”. Por ello, “acoger las aspiraciones de los jóvenes, sin ingenuidad, nos ayuda a tener una visión renovada sobre el mundo y a discernir nuestra aportación a la construcción de un futuro mejor”, ha manifestado.

La búsqueda de la verdad

La universidad trabaja con esfuerzo por conocer mejor el mundo. En el caso de Santo Tomás de Aquino, él confió en la capacidad del ser humano de conocer la verdad. Una confianza que hoy ha quedado opacada con el consiguiente descrédito de la verdad y el conjunto de la sociedad está en peligro al potenciarse dinámicas de la llamada postverdad. Para Juan José Etxeberria, “la verdad es poderosa y necesitamos reafirmarnos en ella – y en la razón como instrumento para alcanzarla–, con el fin de construir ese futuro esperanzador”. Al respecto, “creemos que podemos acercarnos al conocimiento de la realidad por medio del esfuerzo de la razón humana y crear futuro a partir de él”, ha señalado.

Sin embargo, nuestros tiempos posmodernos han llevado al desplazamiento de la razón, en favor de la emoción, y de la subjetividad en la interpretación de nuestras vivencias. Cada vez más se arrincona a la ciencia y se estrecha el cerco sobre la razón y la verdad. En este escenario, los totalitarismos quieren imponer su mentira como verdad a base de repetirla. Y, “asistimos a la utilización descarada de la mentira para imponer determinadas perspectivas sobre la realidad y domesticar las conciencias”, ha expresado.

Ha añadido que recientemente las redes sociales “han ensuciado las lentes con las que miramos la realidad, hasta desfigurarla”. Y el peligro es, como decía Hannah Arendt, que deje de existir “la distinción entre la realidad y la ficción y la distinción entre verdadero y falso”, de modo que “se destruya el sentido mediante el cual nos orientamos en el mundo real”. Por todo ello, el rector considera que el trabajo universitario debe aliarse con los jóvenes en esta tarea de conocimiento profundo y honesto de la realidad.

“Se trata de reivindicar la verdad y la posibilidad de acercarnos colectivamente a ella, para poder entablar diálogos basados en la razón sobre los graves problemas de nuestro tiempo”. A juicio de Juan José Etxeberria, ésta puede ser una de las contribuciones más importantes que los miembros de la comunidad de la Universidad de Deusto pueden hacer a nuestra democracia, que precisa de debates sobre hechos, responsabilidades y consecuencias, y no discusiones a partir de banderas y eslóganes aderezados de bulos y mentiras.

Un futuro esperanzador

Para hacer frente a los muchos hechos que hoy nos mueven al pesimismo, el rector ha invitado a la esperanza, un sentimiento que basado en la confianza en que tenemos la capacidad de incidir sobre la realidad y transformarla. Considera que difícilmente hay esperanza sin discurso utópico, sin imaginación y anticipación de lo que está por venir. Y dado que es en la juventud donde es más fácil encontrar un pensamiento utópico que anuncie otro futuro y prácticas que lo precipiten, una vez más ha invitado a “acompañar a los jóvenes”. 

Porque, como ha indicado el rector, “los jóvenes se merecen el mejor de nuestros acompañamientos, hombres y mujeres, doctos e iletrados, incluidos y pobres. Los queremos y les deseamos una vida personal y colectiva plena. Confiamos en ellos y aspiramos a que desarrollen todas sus capacidades humanas. En esta tarea estamos empeñados. Pero, además, los necesitamos, no solo en el futuro, sino hoy para construir juntos otro mundo más humano, más digno y más integrado con toda forma de vida, bajo el mismo techo de la casa común”.

Ha concluido que “acompañar a la juventud es una tarea central de la Universidad y acompañarles en la posibilidad de construir un futuro esperanzador es poner hoy los pies en la tierra y comenzar a caminar juntos y juntas en un proceso de búsqueda y lucha racional y razonable por un mundo más justo, donde brota lo mejor de cada uno y cada una, porque lo ponemos al servicio de la humanidad”, ha concluido.

A partir de esta primera jornada de investidura, las distintas Facultades de la Universidad de Deusto celebran cada sábado las graduaciones de sus nuevos titulados.