"Ante la tragedia, la muerte y la desidia política, ha emergido lo mejor del ser humano" La DANA de la misericordia

Homenaje del colegio Sagrada Familia. Patronato de la Juventud Obrera (PJO) de Valencia a las víctimas de la dana
Homenaje del colegio Sagrada Familia. Patronato de la Juventud Obrera (PJO) de Valencia a las víctimas de la dana

"Acto de homenaje del colegio Sagrada Familia. Patronato de la Juventud Obrera (PJO) de Valencia a las víctimas de la Dana de Valencia"

"Como colegio, lanzamos un grito de esperanza, con nuestras oraciones, con nuestro silencio y con nuestra alegría. Sabemos la importancia que tiene vivir en el que posiblemente sea el mejor lugar del mundo, espacio de encuentro y de proyectos comunes"

"Ojalá ese silencio sea el principio de un mundo en el que su motor y su brújula sea la misericordia, no como una ensoñación, sino como una realidad efectiva que hemos vivido en las calles de los pueblos de Valencia"

(Patronato de la Juventud Obrera de Valencia).- Estoy seguro que hace unos días cuando el Rey Felipe VI escuchó en los premios Princesa de Asturias a la poeta rumana Ana Blandiana, galardonada con el premio de las Letras, decir que estamos en un mundo completamente desequilibrado por nuestra acción contra la naturaleza y contra nuestros prójimos, ni se imaginaba que unos pocos días después iba a vivir en su propia carne la indignación a raíz de una desequilibrio contante y sonante en las calles de la comarca de l’Horta Sud de Valencia provocada por la Dana.

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Las grandes autoridades del mundo multiplican discursos con el mismo lenguaje, con los mismos conceptos, siempre con las mismas intenciones, pero con la realidad golpeando de forma inmisericorde contra aquello que anuncian a bombo y platillo. Todo ello nos debería hacer pensar en qué momento de la historia estamos, cuál debería ser nuestra actitud y transformar de una vez el mal en bien. 

Ana Blandiana en los Premios Princesa de Asturias 2024
Ana Blandiana en los Premios Princesa de Asturias 2024

Sin embargo, Blandiana no se quedó en lo negativo. Acudió a la importancia de la libertad y a esos momento estelares y únicos de la historia, como nos ha relatado de forma extraordinaria Stefan Zweig, donde la luz se abre paso a las tinieblas. Echó mano de la caída del Imperio Romano y la eclosión de la buena nueva que implica el evangelio a partir del nacimiento de Cristo, del cristianismo personificado en el misterio de la Navidad, donde la historia se partió en dos; el camino de la violencia, por una parte, y el camino de la misericordia, por otro.

Precisamente, esa transición es lo que estamos viviendo en los pueblos que rodean a la ciudad de Valencia. Ante la tragedia, la muerte y la desidia política con unas consecuencias que no podemos prever en los próximos meses y que se puede llevar a toda una generación de políticos, ha emergido lo mejor del ser humano ahondando en el principio básico de que todos nos necesitamos, que solos no somos nadie y que la llama de la esperanza jamás será apagada. Dicha esperanza tiene en la educación, en la escuela el mejor campo de cultivo que existe, puesto que es ahí donde se comienzan a cimentar los principios que van a sustentar el futuro de la humanidad.

"Ante la tragedia, la muerte y la desidia política, ha emergido lo mejor del ser humano ahondando en el principio básico de que todos nos necesitamos, que solos no somos nadie y que la llama de la esperanza jamás será apagada"

Con este convencimiento, el martes 5 de noviembre, el colegio Sagrada Familia. Patronato de la Juventud Obrera (PJO) de Valencia realizó un homenaje a las víctimas, desde la música, la reflexión y el silencio. Se leyó un texto que decía lo siguiente con la interpretación de la banda del colegio de Air for Winds de Waignein que trata sobre la libertad del aire, del cielo, cuya vista se sitúa de forma privilegiada para admirar los destinos del teatro humano:

“Hace unos días todos y cada uno de nosotros hacíamos nuestra vida, venimos al colegio, aprendimos, hacíamos nuestros deberes y volvíamos a casa como otro día más. Puede ser que nos diésemos cuenta del privilegio y de la suerte que significa la normalidad.

Homenaje a las víctimas de la dana
Homenaje a las víctimas de la dana

De repente, dentro de nuestro afanes y obligaciones diarias, todo explotó, comenzamos a sentir que algo no iba bien, el corazón comenzó a latir de forma diferente, nos costaba respirar porque sentíamos que el agua, ese recurso que todos necesitamos a diario se convirtió en una trampa mortal.

El silencio, la incredulidad se apoderó de nosotros, el miedo de familiares y amistades de pueblos y ciudades que forman parte de nosotros. La noche cayó y al amanecer sólo se escuchaban las lágrimas, las pérdidas y las voces internas de la desesperación. 

Todo parecía que se había acabado, ¿por dónde comenzar ante todo aplastado por el barro? Primer día con la nueva realidad ante nosotros. y cayó la segunda noche, siendo el primer día de todos los que van a venir. Vuelve el silencio de la noche, momento en el que se tragan las lágrimas más amargas.

Sin esperarlo, ante un nuevo día, las víctimas se levantaron, con ropas y manos sucias, sin esperanza, y de repente, sin saber cómo, el milagro de la vida, el milagro del amor, de ese amor que nos enseñó Jesús de Nazareth, dar la vida por los demás, codo con codo hasta la extenuación.

Entra en escena el ejército del pueblo, el ejército de esos soldados que no tienen prisa, que entraron en las casas, y sin preguntar, sin conocer a las víctimas de nada, simplemente con el poder de la mirada, se dijeron: ‘Tú y yo somos la misma carne, una sola persona’.

Homenaje
Homenaje

Hemos asistido a una riada de milagros que nos han hecho despertar de nuestro letargo, de esas vidas que simplemente se dejan llevar por la corriente, siendo testigos de una acción colectiva y humana única. 

Vuelve la noche, vuelve el descanso, también los saqueos, la parte más vergonzante del ser humano. Pero nada de eso es definitorio de lo que somos.

A partir de ahora se darán muchas mañanas. Y el pueblo valenciano, Valencia y todos sus pueblos y ciudades que la hacen posible, tienen un elemento distintivo: la luz única que tenemos acompañada de la música y de la pólvora. Y así seguirá, porque en los momentos más difíciles las personas se muestran como son, es en las adversidades donde los pueblos y las gentes pasan de una u otra forma a la historia.

Como colegio, lanzamos un grito de esperanza, con nuestras oraciones, con nuestro silencio y con nuestra alegría. Sabemos la importancia que tiene vivir en el que posiblemente sea el mejor lugar del mundo, espacio de encuentro y de proyectos comunes”.

El acto finalizó con un silencio que pidió la entidad titular del colegio, don José Luis Ferrando, para que todos viésemos qué podemos hacer recordándonos que la ayuda tiene que ser efectiva y real y más todavía cuando los focos de los medios de comunicación se apaguen y vuelen a la caza de lo que califican como la actualidad. Ojalá ese silencio sea el principio de un mundo en el que su motor y su brújula sea la misericordia, no como una ensoñación, sino como una realidad efectiva que hemos vivido en las calles de los pueblos de Valencia, más allá de lenguas, hechos diferenciales, banderas e intereses de partido. Así sea. 

Miles de voluntarios salen a ayudar en la zona afectada por la dana

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