El locutor acusa al Papa de "apoyar el Golpe (de Estado)" en Cataluña Jiménez Losantos: el agnóstico que quiso nombrar al mismísmo Papa de Roma
El problema es que 'lo suyo' es el insulto, la descalificación y el apedreo al que no se rinde a tus pies, ya sea un bebé recién nacido (véase el caso Bescansa) o el mismísimo Papa de Roma
Sus obsesiones siguen siendo las mismas, al menos en lo tocante a la Iglesia: Blázquez, Osoro, la "mafia Lavanda" del Vaticano o los "obispos satánicos catalanes", entre otras
Vivió paniaguado del sueldo de los obispos durante décadas, utilizando la cadena episcopal (financiada con el dinero de todos los contribuyentes) para su propia carrera (y su futura emisora), juzgando a los buenos y enviando al infierno a los malos, separando a los católicos de verdad de los herejes, él que siempre presumió de agnosticismo). Eso sí: convenientemente apoyado por el cardenal Rouco Varela y sus secuaces. Hasta que se le acabó la flor (o los padrinos), y Jiménez Losantos tuvo que abandonar la Cope, con una sustanciosa suma en el bolsillo y dejando tierra quemada bajo sus pies.
En su nuevo púlpito, el ingenioso locutor (lo cortés no quita lo valiente) ha continuado asestando mandobles a tirios y troyanos, cobrándose deudas pendientes. Sus obsesiones siguen siendo las mismas, al menos en lo tocante a la Iglesia: Blázquez, Osoro, la "mafia Lavanda" del Vaticano o los "obispos satánicos catalanes", entre otras (siempre le agradeceremos el archifamoso 'Dúo VidalTante' con el que, aún hoy, nos obsequió hace años, cuando culpaba a RD de su salida de Cope).
Hoy, en las páginas de El Mundo, Jiménez Losantos se supera: "No sólo queda claro que Bergoglio apoya el Golpe, sino que el episcopado español, en Roma y aquí, ha muerto", afirma el periodista de Orihuela del Tremedal. Nada más y nada menos, acusa al Papa Francisco de apoyar el 'golpe de Estado' en Cataluña. ¿Por qué?
Porque le apetece.
Porque no le gusta Francisco, ni sus reformas. Porque entiende que la 'verdadera' Iglesia es la que representan Rouco, Martínez Camino y sus adláteres (¿y todavía hay quien se extraña de que el Papa no quiera venir a España?). Una Iglesia en la que determinados terminales mediáticos echan fuego a la hoguera, esperando herejes a los que quemar, aunque estén sentados en la silla de Pedro. Lo realmente increíble es que otros intelectuales (léase al mismísimo Luis María Ansón, en las mismas páginas) sigan rendiendo pleitesía al turolense.
En esta ocasión, la excusa es el nombramiento de Joan Planellas como arzobispo de Tarragona. Losantos le acusa de separatista por un encontronazo que tuvo en su día con la esposa de Albert Boadella. La reciente entrevista que hemos publicado con Planellas deja bien claro lo que sucedió y, sobre todo, de lo que no se puede acusar al nuevo arzobispo. Pero la verdad da igual para quien vive del discurso del odio y la frustración.
Jiménez Losantos es un genio en lo suyo. El problema es que 'lo suyo' es el insulto, la descalificación y el apedreo al que no se rinde a sus pies, ya sea un bebé recién nacido (véase el caso Bescansa) o el mismísimo Papa de Roma. El problema, en definitiva, es que 'lo suyo' ya se ha convertido en una dramática compostura. La del que pudo llegar a ser... y no fue.