¿Cuáles son las claves de la visita de Bergoglio al cardenal defenestrado? El Papa, Becciu y Mateo 25: "Y vinisteis a verme"
"Francisco no ha hecho otra cosa que lo que viene haciendo desde que es Papa. Acompañar a quienes han cometido algún grave delito y decirles que, más allá de sus errores, siempre podrán contar con él. Con su cercanía, con su abrazo. Aunque descoloque a unos y a otros"
"El desastre comunicativo en la Santa Sede, unido a la mala gestión judicial del escándalo, que ha provocado un rapapolvo por parte de la Justicia británica, abonan la tesis de la necesidad de un cambio en algunos responsables comunicativos del Vaticano"
"Francisco es un verso suelto: por eso, sus gestos extrañan, descolocan"
"Francisco es un verso suelto: por eso, sus gestos extrañan, descolocan"
Este Jueves Santo, por la noche, saltó la noticia, convenientemente filtrada por el entorno del cardenal Becciu. El Papa Francisco, que no presidía los Oficios en la basílica de San Pedro, acudía a la capilla personal del purpurado, defenestrado por Bergoglio el pasado 24 de septiembre tras una investigación sobre presuntos desvíos de fondos del Óbolo de San Pedro, a celebrar con él. Inmediatamente, saltaron todas las alarmas. ¿Rehabilita el Papa a Becciu? ¿Es una petición de perdón, o uno de los muchos gestos, que todos acaban interpretando, del pontífice argentino?
Desde que Francisco es Papa, todos los Jueves Santo ha viajado a algún centro penitenciario para celebrar la Misa in Coena Domini, con reclusos, a quienes lava los pies, en un gesto que revela cómo la misericordia es uno de los puntales del pontificado de Bergoglio, mal que pese a muchos. Ha sido el primer Papa en elegir a mujeres, incluso a no creyentes, para representar a los doce apóstoles en esta ceremonia, en uno de los días más relevantes para la fe católica: el Día del Amor Fraterno, de la Institución de la Eucaristía... y de la traición. Para disgusto de muchos, que no entendían cómo el Papa lavaba los pies a musulmanes o a mujeres. Signo de contradicción para muchos. Como el mismo Cristo.
La clave, en el Evangelio
"Estuve en la cárcel, y vinisteis a verme". La cita de Mateo 25, el pasaje preferido de Bergoglio de los Evangelios, es imprescindible para entender este movimiento del Papa. ¿Es Becciu un preso? De algún modo, sin duda: desde hace seis meses, ha dejado de contar para el Vaticano y, aunque conserva su apartamento, su sueldo y su condición cardenalicia, no así sus funciones.
¿La visita del Papa supone un reconocimiento a su sufrimiento, una rehabilitación? El tiempo lo dirá, pero lo único cierto es que Francisco no ha hecho otra cosa que lo que viene haciendo desde que es Papa. Acompañar a quienes han cometido algún grave delito y decirles que, más allá de sus errores, siempre podrán contar con él. Con su cercanía, con su abrazo. Aunque descoloque a unos y a otros.
A unos, porque entenderán esto como el reconocimiento de un error por parte del Papa. Algo que, por otro lado, no es nuevo: Bergoglio ya lo hizo en numerosas ocasiones, entre ellas en el caso de los abusos en la Iglesia chilena. Sin embargo, mientras no se diga lo contrario, Becciu sigue fuera del Colegio cardenalicio, e investigado por una justicia vaticana que, por cierto, se ha llevado un buen rapapolvo por parte de los jueces británicos, en una muestra más de que la gestión de crisis necesita una vuelta de tuerca en la Santa Sede.
¿Rehabilitación de Becciu?
A otros, porque no terminan de entender los supuestos 'bandazos' de Bergoglio. Tal vez, porque no comprenden que este Papa no se mueve por los criterios que, hasta su llegada, mandaron en el día a día del Estado vaticano. Francisco es un verso suelto: por eso, sus gestos extrañan, descolocan. Especialmente a la Oficina de Prensa de la Santa Sede, cuya desastre comunicativo vivió ayer otro capítulo, al no saber, ni poder confirmar o desmentir (lo hizo, de aquella manera, a última hora). Ha de ser difícil trabajar con un 'espíritu libre' como Bergoglio. Pero son demasiadas las ocasiones en las que la Sala Stampa no sabe por dónde le viene. Una enfermedad muy común en las oficinas de prensa de la Iglesia, como bien sabemos en España.
Lo que sí sabemos es la versión del entorno de Becciu (que está jugando su propia, y legítima, partida), quien se mostró emocionado por la visita. "Angelo estaba feliz y emocionado, me llamó por teléfono para darme la buena noticia, quería contarnos personalmente. Su Santidad fue a su apartamento por la tarde y celebraron juntos Coena Domini. Estamos todos muy contentos. Realmente es algo bueno", contaba su hermano Tonio.
¿Habrá rehabilitación de Becciu? Todo es posible. Lo único cierto, de momento, es la constatación de la cercanía de un padre visitando a sus hijos que sufren. Lo que no significa contemporizar con el pecado, o el delito, que supuestamente hubiera podido cometer. Y que juzgarán o no, -esperemos que pronto sepamos a qué atenernos- los tribunales vaticanos. Francisco trasciende los estereotipos. Mateo 25, no lo olviden.
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