Claves y rarezas del Consistorio más extraño de este pontificado El rastro púrpura
El 'rastro púrpura' apareció, y en RD lo contamos. Los primeros. Como siempre. Luego vendrán otros a apuntarse otros méritos. El nuestro, por supuesto, no es el de 'colocar' candidatos, sino el de informar, con nuestras armas, que no son otras que el amor por la información. Los besamanos y aduladores de sacristía, búsquenlos en otros portales
Una mirada a las periferias, especialmente a América latina, con cinco nombramientos clave: Chomali (el Papa confía en el arzobispo de Santiago para terminar de renovar la Iglesia chilena); Castillo (clave en la resolución del 'caso Sodalicio'); Bokalic (para dejar clara la primacía de Santiago del Estero en su añorada Argentina); Cabrera (el de Guayaquil cierra el paso a otros que, en Ecuador, tienen muchas cosas que esconder); o Spengler, uno de los arzobispos más sociales de Brasil
Ningún rostro de nuestro país. ¿No ve Francisco a nadie, más allá de Cobo, dispuesto a 'derramar la sangre' por él en España?
Ningún rostro de nuestro país. ¿No ve Francisco a nadie, más allá de Cobo, dispuesto a 'derramar la sangre' por él en España?
No fue en verano (Francisco decidió a última hora esperar a que comenzara el Sínodo), pero sí habrá consistorio antes de Navidad. En concreto, el 8 de diciembre, día de la Inmaculada (una de las razones por las que el Papa finalmente no irá a Notre Dame). El 'rastro púrpura' apareció, y en RD lo contamos. Los primeros. Como siempre. Luego vendrán otros a apuntarse otros méritos. El nuestro, por supuesto, no es el de 'colocar' candidatos, sino el de informar, con nuestras armas, que no son otras que el amor por la información. Los besamanos y aduladores de sacristía, búsquenlos en otros portales.
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Un consistorio extraño, seguramente el más raro de los diez convocados por Francisco. Con 21 caras nuevas, 20 de ellas de electores, lo que aumenta exponencialmente el número de candidatos en un hipotético cónclave. Aunque tranquilos, que no estamos en fin de pontificado. Ni mucho menos. Si algo ha demostrado Bergoglio es su capacidad de resistencia, y sus ganas de seguir trabajando por y para la Iglesia.
Que se hayan anunciado en el primer Angelus una vez iniciado el Sínodo, y que uno de ellos sea, precisamente, uno de los predicadores del mismo, el dominico Radcliffe, también imprime carácter (aunque ya en Roma haya quien sugiera que por qué no se hace lo mismo con Madre María Grazia. Y es que queda tanto por hacer...).
Una mirada a las periferias, especialmente a América latina, con cinco nombramientos clave: Chomali (el Papa confía en el arzobispo de Santiago para terminar de renovar la Iglesia chilena); Castillo (clave en la resolución del 'caso Sodalicio'); Bokalic (para dejar clara la primacía de Santiago del Estero en su añorada Argentina); Cabrera (el de Guayaquil cierra el paso a otros que, en Ecuador, tienen muchas cosas que esconder); o Spengler, uno de los arzobispos más sociales de Brasil.
Pero también una llamada a la universalidad de la Iglesia, con pocas caras europeas (la más sonada, la del arzobispo de Turín, que llevaba tiempo sin ser sede cardenalicia), y ninguna española. ¿No ve Francisco a nadie, más allá de Cobo, dispuesto a 'derramar la sangre' por él en España? Toronto, o Tokio, muestran el cariño del Papa a las grandes urbes del mundo, y la púrpura para Teherán es, sin lugar a dudas, un llamado de última hora por la paz en un mundo en guerra. En lo doméstico, un reconocimiento a Baggio y su trabajo con inmigrantes, al organizador de sus viajes y, también, al nuevo vicario general de Roma, que sustituye a De Donatis.
Habrá, seguramente, más razones, para este consistorio. Pero esas son, a vuelapluma, algunas de ellas. Como siempre, #primeroRD.
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