Dios hoy



Teología del Deus ludens: ¿Dios Jugador?

El azar, el dado, es parte del juego pero no es el juego, no es todo el juego. Aristóteles razonó muy sensatamente al sostener que decir que todo es producto del azar es un razonamiento de payasos (y existe, entre paréntesis, "la borrachera del éxito", de la soberbia, en expresión de Madariaga, siendo ésta tal vez la que más obnubila la razón y la que más dura).

Nadie duda, ni Dawkins ni Prigoguin, que, si encontramos un ordenador, un video, un avión o un reloj en un desierto, cualquiera de estos artefactos no está ahí por azar como una piedra o la arena. El hombre previamente ha diseñado y después construido esos artefactos.

A pesar de y en contradicción con la ley de la entropía o de la segunda ley de la termodinámica -todo tiende al desorden, al caos-, se defiende a capa y espada científica que después del big bang (exista o no este gran pum) el Universo ha ido evolucionando, mejorando, progresando desde "la sopa inicial" hasta llegar a las primeras células vivientes, a criaturas cada vez más perfectas y finalmente al mono.

Al fin el mono da un salto cualitativo y evolutivo y llega al hombre, al Einstein, al Hawking, al Carl Sagan. Eso ya no es azar, ni caos, sino cosmos, orden, orden ascendente ininterrumpido. Pero, ¿por qué o cómo el caos se convirtió en cosmos?.

Darwin que llevaba en su ordenador cerebral la idea y
el "sentimiento cósmico" (Einstein) de un Dios que primero concibe o diseña el Universo, segundo lo fabrica y tercero lo guía, llama evolución a la Divina Providencia. Hawking, al afirmar que "las cosas dejadas a sí mismas empeoran", vuelve a requerir una mano providencial que sigue la marcha de toda la nave del Universo.

El mismo Darwin se admira de cómo todos los animales con las plantas y el hombre forman una extraordinaria orquesta armónica, admirable. ¿Y cómo está ahí esa orquesta armónica?¿La ha diseñado alguien? ¿Hay un director de orquesta?

La lucha de las especies y la supervivencia de la más fited, la mejor adaptada, es como el dado, una parte del juego pero no todo el juego. No desaparece el mono, al evolucionar este animal y desembocar en el hombre. ¿Por qué? No desaparecen los reptiles, al desembocar en animales más perfectos.¿Por qué? ¿Por qué deben seguir tocando en la orquesta? Hay que explicar no sólo el diseño y realización de una hormiga, de la colmena y de toda la orquesta de animales, plantas, estrellas y átomos, la orquesta del Universo.

No se había planteado en las aulas de lo que se llama tradicionalmente Teología o Filosofía, una nueva dimensión teológica, una propiedad de Dios: Deus Ludens: Dios Jugador. Al fin y al cabo fue un pastor de ovejas el que se convertiría en el Rey David, el Rey por excelencia cuya estrella, la estrella de David, sigue siendo la brújula totémica que guía a todos los judíos desde cualquier punto cardinal de la diáspora.

Al fin y al cabo, un aprendid de relojero, llamado Juan Jacobo Rousseau, aunque no tenía título alguno para colocar en el escudo del académico denominado curriculun vitae, revolucionó con su obra el mundo de la Sociología y de toda la República del conocimiento ("efecto mariposa académica" podríamos denominar a este fenómeno).

Cito estos dos ejemplos porque a veces la revolución de un país académico procede de países académicos extranjeros con los que puede haber muy malas relaciones (pero todavía relaciones) o puede no haber relaciones académicas de ningún orden.

Ver: José Antonio Jáuregui, Dios hoy
Ediciones NOBEL
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