Pablo Iglesias
Elogio de Ortega a Pablo Iglesias
El pasado domingo (9-12-2012),el partido socialista y la unión general de los trabajadores rindieron un homenaje en el cementerio civil de Madrid a su fundador Pablo Iglesias. Mero ritualismo, porque todos ellos se han apartado infinitamente del camino abierto por su fundador, un hombre sumamente honesto y hasta santo se ha llegado a decir. Algo así como ha sucedido con la Iglesia respecto a Jesucristo.
Tal vez el alejamiento de los socialistas de su fundador se deba a que se sienten incapaces de imitarle en su comportamiento absolutamente honesto y sin ambiciones en la vida pública y en la modestia de su vida privada.
El filósofo José Ortega y Gasset, que coincidió con él en el Congreso de los Diputados, dice que no había conocido en su vida un hombre más honesto. Igualmente el escriturista y canónigo malagueño, José María González Ruiz, no duda en incluirle en su libro Los santos que nunca serán canonizados, editado por Planeta.
Volvamos de nuevo a Ortega que ha hecho el mayor elogio de su persona. Dice así: un ejemplo de persona en la vida política es la figura de Pablo Iglesias, al que Ortega fue conociendo a medida que se iba acercando al socialismo en los congresos de agosto de 1908 y septiembre de 1912. Durante ese tiempo se despierta en él una gran admiración por el dirigente socialista lo que expresaría públicamente al ser elegido este representante del pueblo en las elecciones de 1910.
Ortega hace un verdadero panegírico a su persona y le canoniza diciendo: "cómo pretender cerrar la comunión de los bienaventurados a este tipógrafo. Pablo Iglesias se ha esforzado hasta alcanzar la nueva santidad enérgica, activa, constructora, política, a que ha cedido el paso la antigua santidad quietista, contemplatista, metafísica y de interna edificación...
Si hoy consideramos como aspiración profunda de la democracia hacer laica la virtud, tenemos que orientarnos buscando los rostros egregios de lo santos laicos...
Pablo Iglesias es uno de ellos; don Francisco Giner de los Ríos es otro: ambos, los europeos máximos de España. Y es menester acentuar que Pablo Igesias tiene derecho a que su vida sea contada -"como un derecho que solicita la imitación-".
Ortega estima mucho a Pablo Iglesias porque ve personificado todo el socialismo en él. En el momento de ser elegido diputado socialista le califica de hombre serio y de gran talento, "dos cualidades, a las que, so pena de caer en un horrible pesimismo cósmico, hemos de vaticinar dondequiera se presente, éxito seguro".
En repetidas ocasiones nuestro gran filósofo Ortega y Gasset ha hecho el mayor elogio que se haya podido hacer al fundador del partido socialista obrero español. Los curenta mil votos que le llevaron al Parlamento los considera Ortega cuarenta mil actos de virtud que purifican las urnas ciudadanas de muchas impurezas anteriores.
Hoy, sigue diciendo, han recuperado su honor: "los votos de Pablo Iglesias han henchido las urnas de virtudes teologales". Lo mismo que Ortega, deciámos, pensaba el teólogo José María Gonzalez Ruiz acerca del hombre más emblemático del socialismo en España, como se pone de manifiesto en su libro "Los santos que nunca serán canonizados". Pablo Iglesias es uno de ellos, pero el escriturista malagueño sabía bien que los caminos para canonizar de la Iglesia no van por ahí...
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