"La Pascua conlleva comprender y vivenciar el sentido hacia el cual apunta" Se trata de un juego

Resurrección
Resurrección

"La resurrección de Jesús, la manifestación de la Vida de Dios, rompe toda lógica humana porque tiene lugar desde la única lógica desde la cual el Abbá puede actuar: la donación"

"El Resucitado juega a mostrarse y ocultarse, a revelarse y a velarse, para que no logremos apresarlo y atarlo a nuestra estrechez de miras, a nuestro control, para que siempre pueda seguir dándose a poco que seamos capaces de descubrirlo"

La experiencia pascual tiene que ver con las apariciones de Jesús resucitado y, por tanto, no es algo que acontezca sino Alguien que se muestra con una vida deslumbrante.

En varios de los relatos se puede advertir una especie de juego entre el que desapareció y el que aparece, lo viejo y lo nuevo. Pero sucede que a los discípulos les cuesta advertir de quién se trata pues para ellos, desde su lógica y por más que se lo hubiesen escuchado decir a Jesús, no termina de ser posible que el crucificado sea el resucitado. La resurrección de Jesús, la manifestación de la Vida de Dios, rompe toda lógica humana porque tiene lugar desde la única lógica desde la cual el Abbá puede actuar: la donación. Lo gratuito nos supera, porque nosotros seguimos viviendo nuestra vida desde la lógica inmadura de la retribución y porque reconocerlo implica dar una respuesta generosa desde el agradecimiento sincero.

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Pascua florida en el Vaticano
Pascua florida en el Vaticano

Los discípulos, ellas y ellos no lo olvidemos, necesitan tiempo para que la fe que profesaban se convierta en una realidad concreta que les permita vislumbrar lo extraordinario acontecido que no es sino lo ordinario desplegado en toda su plenitud. Siempre precisamos de tiempo para permitir que la Realidad, que la Vida nos deslumbre con su Verdad, su Bondad y su Belleza. Atributos de Dios que el Resucitado trasluce para posibilitar que nuestra fe sea más profunda y sencilla.

La Pascua conlleva comprender y vivenciar el sentido hacia el cual apunta: hay que dar un paso, toca pasar de vivir la vida de forma plana y chata a permitir que Dios se diga en la profundidad de nuestro corazón, para desde ahí lograr advertir las bondades de la resurrección que posibilitan un nuevo modo de ver, sentir y actuar; un nuevo modo de vivir en clave de gratuidad.

El Resucitado juega a mostrarse y ocultarse, a revelarse y a velarse, para que no logremos apresarlo y atarlo a nuestra estrechez de miras, a nuestro control, para que siempre pueda seguir dándose a poco que seamos capaces de descubrirlo. Sólo desde ese movimiento puede decirse el Misterio desde la Resurrección de Jesús, pues es el modo de colmarnos sin saturarnos, de transformarnos respetándonos. Se trata de un juego que nos mantiene tan atentos y embelesados con la belleza de su claridad que nos deja la vida más Viva.

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