"Desterrados"... Salmo 136 (4 Dº Cuaresma-B)
Entonces fue un pequeño pueblo, Israel, el obligado a vivir en tierra extraña.
Hoy es un río de hombres, mujeres y niños que, obligados por el hambre, la guerra, las injusticias o la falta de futuro, se ven obligados a abandonar la tierra que les vio nacer o la casa que les cobijaba.
Aquel pueblo plasmó sus sentimientos en el Salmo 136.
Ahora, esta canción sencilla, trata de reflejar las vivencias de estos hombres y mujeres de hoy, condenados al destierro, a la emigración o al deshaucio injusto.
Y ahí los tenemos, atravesando desiertos, "espaldas mojadas", escalando vallas y alambradas asesinas, o viviendo a la intemperie al ser expulsados injustamente de sus hogares.
Y en estas situaciones de exilio, muerte o abandono, nos asalta siempre la misma pregunta: "¿Dónde estás, Dios mío"?.
A pesar de todo, nosotros sabemos que el Dios del que nos habló Jesús de Nazaret está con ellos, sufriendo, muriendo y resucitando con las víctimas: "Porque Tú acompañas nuestra suerte ..." , dice la canción.
El Dios de Jesús está también intentando que nosotros despertemos y nos decidamos a trabajar y luchar por una tierra más justa y más humana, una nueva tierra para todos, sin cadenas, ni muros, ni fronteras.
Aquí radica nuestra esperanza, que tiene que irse haciendo verdad en cada instante. Por eso la canción termina así: "Pero un día feliz está cercano, cuando nadie se sienta en tierra extraña. Brotará una tierra para todos, donde iguales vivamos como en casa".
--- Desterrados (sobre el Salmo 136) ---
Desterrados, muy lejos de esa tierra
que hace tiempo nos vio por vez primera,
junto al fuego de unos cuantos palos secos,
en la noche cantamos nuestras penas.
¿Dónde estás?, ¿Dónde estás?
Somos gente que camina por el mundo,
sin hogar, sin mesa y casa propia,
y al pasar las fronteras de otras tierras
nos espían con mirada recelosa.
¿Dónde estás?, ¿Dónde estás?
No podemos entonar coplas del pueblo,
porque hay muchos que a este pueblo están pisando,
unos ríen y se alegran en sus fiestas,
otros, pobres, por las calles van llorando.
¿Dónde estás?, ¿Dónde estás?
Si olvidamos esa imagen de tu rostro,
que se seque nuestra lengua en el camino;
porque Tú acompañas nuestra suerte,
el vagar de los pobres peregrinos.
¿Dónde estás?, ¿Dónde estás?
Pero un día feliz está cercano,
cuando nadie se sienta en tierra extraña,
brotará una tierra para todos,
donde, iguales, vivamos como en casa.
¿Dónde estás?, ¿Dónde estás?
Letra, versión-adaptación del Salmo 136: Juan Antonio Espinosa
Música: Juan Antonio Espinosa
--- La grabación se encuentra, junto con 50 canciones más, en el Doble CD "Las Canciones de la Asamblea", y la partitura en el libro del mismo título (EDIBESA, telf. 91 345 19 92 // www.edibesa.es)
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