A. Ortega: Jesús de Nazaret, un diálogo con el Papa

Anteayer publiqué un trabajo de crítica científica, de E. Arens (sobre el prólogo del Papa).

Ayer quiser descansr con un divertimento de revista de modas. Hoy vuelvo a los temas de fondo, con un estudio más sencillo, pero igualmente cordial y profundo, de diálogo humano y de Iglesia con el Papa. Me lo manda un teólogo y trabajador de Iglesia de Canarias, con una carta de presentación, que también publico (con cierto rubor), omitiendo las cosas personales. Me siento feliz de poner estas reflexiones al alcance de los amigos del blog. Mañana publicaré otra nota de un buen amigo gallego que ha leído el libro del Papa. Buen día y gracias, Agustín. Seguro que nos vemos.

Carta de Agustín Ortega:


Un saludo cordial Xabier,
desde que descubrí tu blog, tenía muchas ganas de escribirte alguna vez, para expresarte cuanto admiro tu obra teológica y todo lo que significa para mí: tengo muchos de tus libros, con los que aprendí y me entusiasmé -junto con otros teólogos españoles y extranjeros... el ultimo que me compré ha sido tu obra magna, el Diccionario de la Biblia, a ver si consigo el que has escrito sobre Jesús, hijo del Hombre, ya que en las librerías no está, deber ser porque esa editorial no difunde mucho); aunque no siempre comparta todo lo que digas y te matizaría algunas cosas de las que dices: siempre desde el respeto y admiración que te tengo, desde un diálogo y debate teológico: positivo (valorando todo lo bueno que tiene el otro), crítico y fraterno, como el que tú también quieres y practicas.

Verás que dos de mis influencias más grandes en mi vida cristiana son la tendencia apostólica-obrera (con gente como Rovirosa o Julian Gómez del Castillo, al que conocí un poco, hice cursos con él y lo admiré mucho- aunque tampoco estaba siempre de acuerdo con todo lo que decía....ya sabes-) y la iglesia y teología hispano-americana liberadora (añade a los nombres anteriores, a testigos como M. Romero, D. Herder Camara, I. Ellacuría -el filosofo y teólogo mártir con sus compañeros mártires-, P. Casaldáliga…): intento ser seguidor de Jesús en la comunidad eclesial, hijo de la iglesia, que intenta guiarse también por lo que dicen sus pastores y el sucesor de Pedro, pero siempre de forma evangélica (el Evangelio de Jesús y su Reino es lo primero), crítica y, en especial, en una opción liberadora-transformadora desde y con los empobrecidos, oprimidos y excluidos de la tierra (Los Pequeños y Hermanos de Jesús...como dice tu libro, ya clásico, sobre Mt 25, 31-46). Estoy trabajando actualmente en el Centro Loyola (Compañía de Jesús, Provincia Bética), en las Palmas de G. C, del que soy el subdirector (aunque yo no soy jesuita, soy laico)…
Te escribo también para mandarte (en archivo adjunto y en texto) un humilde escrito que he hecho, a propósito del nuevo libro del Papa, de tu artículo sobre el mismo libro, publicado en Atrio y de la figura de Jesús en general, con vistas a entablar un dialogo crítico, cordial y fraterno, por si lo quieres poner en tu blog.Bueno, no te molesto más, y a seguir, con mucho ánimo y esperanza, difundiendo el Evangelio, como tú lo haces, con tu sabiduría y tu vida.

Un abrazo muy fuerte, Xabier...


JESÚS DE NAZARET EN PERSPECTIVA INTEGRAL.
UNA CRISTOLOGÍA MULTIDIMENSIONAL Y GLOBAL.


*Agustín Ortega Cabrera

En la época contemporánea, sin duda, una las disciplinas teológicas que más se ha desarrollado y renovado es la Cristología, el tratado o materia de la teología donde se estudia a la persona de Jesucristo, su vida, su obra, su acción y mensaje, su estatuto o realidad teológica, su identidad o notas y características que le conforman…, tal como ha sido trasmitido por la Biblia, la tradición y la enseñanza de la iglesia, los estudios e investigación teológica o interdisciplinar, etc. De ahí, los abundantes e importantes tratados y estudios sobre Jesús- ya clásicos, se puede decir-, de significativos exegetas, biblistas y teólogos, que han visto la luz en esta época, con perspectivas, metodologías y contextos diferentes, en las que cada uno desarrolla o resalta distintos aspectos y claves sobre Jesús, que son esenciales y ya adquiridas en la investigación actual, para comprender de forma adecuada la figura de Jesús. Y he aquí que llegamos a que uno de estos últimos estudios o libros, ha sido el del actual Papa Benedicto XVI, “Jesús de Nazaret”, que lo ha escrito como teólogo (y no como la enseñanza de un Papa), y que esperemos, debido a la reconocida calidad teológica de J. Ratzinger- uno de los teólogos más significativos de nuestro tiempo-, enriquezca todavía más todos estos estudios e investigación sobre Jesús.

Es sabido que en este desarrollo e investigación teológica sobre Jesús, a veces, se han producido mutuas matizaciones y correcciones entre la enseñanza de la iglesia, que pretende velar para que no se deforme y se transmita de forma adecuada la realidad de Jesús, y los teólogos, que intentan a su vez profundizar y actualizar la imagen de Jesús para el Pueblo de Dios. Y a nadie se le esconde también, que este mutuo y necesario dialogo entre la enseñanza de la iglesia y sus teólogos, o entre teólogos de diferentes tendencias, en ocasiones, no se ha hecho de la forma más conveniente (en lo que, como pasa en lo humano, cada una de las partes sabrá la cuota de responsabilidad que ha tenido, para que esto haya sido así).

Es imprescindible que este dialogo se haga de una forma humanizada, fraterna, integradora, discreta en el proceso (en la medida de lo posible), participativa y activa, positiva (valorando todo lo bueno que aporta el otro), etc. Y donde se recoja, se integre y valoren todos aquellos aspectos y dimensiones - sin privilegiar o menoscabar alguna-, que conforman una correcta e integral comprensión de Jesús, una visión global que comprenda toda su identidad y figura. Sin dualismo o sectarismos excluyentes: como optar solamente por una cristología desde abajo (el Jesús humano o histórico), u otra desde arriba (el Jesús Hijo Unigénito de Dios, el Verbo Encarnado); por un Jesús que realiza el Reino liberador desde los empobrecidos y excluidos, o un Jesús que anuncia a Dios Padre y a Él mismo como Realizador del Reino; un Jesús que enseña, o uno que actúa; un Jesús Crucificado, u otro Resucitado; la muerte causada por los poderosos y enriquecidos que se opusieron a Jesús y a su Reino, o la muerte salvífica-liberadora en la entrega amorosa de Jesús; etc. Todas estas formas o caminos, dimensiones y aspectos, u otros, no son excluyentes, sino complementarios e imprescindibles en Jesús.

Y así, ya desde el inicio del cristianismo y de la teología, lo entendieron sus primeras comunidades: así se expresó para siempre en el Nuevo Testamento y en sus diferentes escritos (Evangelios, Cartas Paulinas, Joánicos, etc.), que presentan y resaltan cada uno, según su comprensión y finalidad, diferentes aspectos y claves de Jesús, y que la primera iglesia declaró a todos estos escritos- con sus comunes y, a la vez, distintos rasgos que presentaban de Jesús (al igual que de otras realidadades como la compresión de la iglesia, la liturgia, la ética, etc.)-, como canónicos o normativos para conocer y comprender, de forma global, a Jesús y la vida cristiana en general. Y como también, de forma similar, ha sucedido en la historia de la teología: por poner un ejemplo, no es igual la teología (su metodología, claves, enseñanzas…) de San Agustín, que la de Santo Tomás de Aquino, y los dos son maestros y doctores de la iglesia.

De esta forma, se nos manifiesta el Jesús, que cuanto más humano más divino, y viceversa (nos mostró así que ser humano es ser divino y al contrario): es el Dios, que en Jesús, se encarna en la creación y en la humanidad, para salvarla y liberarla integralmente (en sus dimensiones de cuerpo y alma, de vida histórica y vida plena o eterna, a nivel personal y socio-político, humano y ecológico….); y el Jesús, que en esta acción y vida liberadora, nos muestra quien y que (Él) es Dios. El Jesús que anuncia y realiza el Reino de amor, paz y justicia, desde y con los más empobrecidos (hambrientos, que viven en la miseria, oprimidos, excluidos y marginados), porque nos enseña y Revela a su Padre, un Dios Amor-Bondad y Misericordia-Perdón Incondicional, que quiere que todos los seres humanos, sus hijo/as, seamos hermano/as y vivamos como tales: acabando con toda injusticia y opresión, exclusión y desprecio, violencia y guerra, afán de tener o enriquecerse y poder, de orgullo y prepotencia, etc. El Jesús que entregó, en fidelidad y amor pleno, su vida para anunciar, enseñar y practicar este Reino del Dios Padre, Amor-Justicia, desde su opción liberadora por los empobrecidos: y que por eso lo persiguieron y mataron las autoridades, gobernantes, poderosos y enriquecidos de este mundo; y así, en (por medio de) esta entrega y persecución (Cruz) por su Reino- que encarnó de forma plena en su persona y vida-, nos quiso salvar y liberar (desde este amor entregado) de todo mal, egoísmo, injusticia, opresión, exclusión (de todo pecado). El Jesús, que al ser Crucificado desde el Amor por el Reino, su Padre-Dios, en el Espíritu, lo Resucitó, y con el Jesús Resucitado a todos los hombres; el Jesús Crucificado por el Reino con su amor, justicia y paz: es el camino y la vida para el Jesús Resucitado, para la resurrección y vida eterna para todo/as, desde la Bondad, Misericordia y Perdón de Dios.

Todas estas claves y dimensiones (que acabamos de presentar muy brevemente), esenciales y constitutivas, de la identidad y persona de Jesús, el Cristo (y otras más que se podían describir, pero que no tenemos espacio), son ya irrenunciables y adquiridas en la investigación y en la enseñanza de la iglesia: y como se observará, son todas complementarias y recíprocamente co-relacionadas. Es de desear, pues, que vayamos realizando este dialogo, enseñanza y compresión global de Jesús y de otras cuestiones o temas que afectan a la vida cristiana), entre toda la comunidad cristiana- cada uno según su capacidad, carisma, misión o ministerio-, de forma, insistimos, integradora, positiva, humana y fraternal, para dar así también testimonio de comunidad de vida, de amor y esperanza, en el seguimiento de Jesús.

* Las Palmas de G.C. Cursó los estudios de filosofía y teología, Licenciado en Estudios Eclesiásticos (ISTIC). Actualmente cursa la Licenciatura en Teología Dogmática (Sistemática).
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