Un hito en el camino del diálogo, recuerda el pontífice Católicos y chiíes juntos en Bagdad por un futuro de paz
La Oficina de Prensa del Vaticano difundió hoy un mensaje de Francisco al Gran Ayatolá de los chiíes, Ali Al-Sistani, con quien se reunió en Nayaf, Iraq
Dos años después de aquella conversación fraterna, el Pontífice relanza la necesidad de colaboración entre los credos para una convivencia pacífica en un mundo marcado por numerosos conflictos
| Antonella Palermo
(Vatican News).- "Un hito en el camino del diálogo interreligioso y de la comprensión entre los pueblos". Así recuerda el Papa Francisco -en un mensaje difundido hoy por la Sala de Prensa vaticana- el histórico encuentro que mantuvo hace dos años, en el marco de su viaje apostólico a Iraq, con el Gran Ayatolá Sayyid Ali Al-Husayni Al-Sistani, líder de la comunidad chií del país.
La colaboración entre religiones es indispensable
Fue una conversación privada y fraterna que, repite hoy el Papa, le "hizo bien al alma", una ocasión para compartir espiritualmente los grandes temas de la solidaridad, la paz y la defensa de los más débiles.
“Me edificó su compromiso con los que sufren persecución, preservando el carácter sagrado de la vida y la importancia de la unidad del pueblo iraquí. La colaboración y la amistad entre creyentes de distintas religiones es indispensable, para cultivar no sólo la estima mutua, sino sobre todo esa concordia que contribuye al bien de la humanidad, como nos enseña la historia reciente de Iraq. Nuestras comunidades, por tanto, pueden y deben ser un lugar privilegiado de comunión y un símbolo de coexistencia pacífica, donde se invoque al Creador de todos, para un futuro de unidad en la tierra.”
Redescubrir la fraternidad y la acogida
A la luz de la convicción común de que "el respeto de la dignidad y de los derechos de cada persona y de cada comunidad, especialmente de la libertad religiosa, de pensamiento y de expresión, es fuente de serenidad personal y social y de armonía entre los pueblos", Francisco se detuvo en el papel decisivo de los líderes religiosos, más aún en las crisis de la sociedad contemporánea:
“También a nosotros, líderes religiosos, nos corresponde animar a quienes tienen responsabilidades en la sociedad civil a trabajar para afirmar una cultura basada en la justicia y la paz, promoviendo acciones políticas que protejan los derechos fundamentales de todos. En efecto, es esencial que la familia humana redescubra el sentido de la fraternidad y de la acogida recíproca, como respuesta concreta a los desafíos actuales.”
La esperanza expresada por el Pontífice es que juntos, cristianos y musulmanes, podamos ser siempre testigos de verdad, amor y esperanza, "en un mundo marcado por numerosos conflictos y, por tanto, necesitado de compasión y sanación".
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