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Vatican News).-
Se cumplen 100 años del nacimiento de
San Juan Pablo II, el 18 de mayo de 1920; un Pontífice que marcó la historia de la Iglesia y de la humanidad.
Para celebrar este memorable aniversario, el Papa Francisco ha enviado un videomensaje a los jóvenes de Polonia subrayando lo mucho que amaba a la juventud el Papa polaco y recordando la Jornada Mundial de la Juventud en Cracovia, 2016.
Mensaje completo de Francisco
«San Juan Pablo II fue un extraordinario regalo de Dios a la Iglesia y a Polonia, su tierra natal. Su peregrinación terrenal, que comenzó el 18 de mayo de 1920 en Wadowice y terminó hace 15 años en Roma, estuvo marcada por la pasión por la vida y la fascinación por el misterio de Dios, el mundo y el hombre.
Lo recuerdo como un grande de la misericordia: pienso en la Encíclica Dives in Misericordia, la canonización de Santa Faustina y la institución del Domingo de la Divina Misericordia. A la luz del amor misericordioso de Dios, comprendió la especificidad y la belleza de la vocación de las mujeres y los hombres; comprendió las necesidades de los niños, los jóvenes y los adultos, considerando también los condicionamientos culturales y sociales. Todo el mundo podían experimentarlo. Hoy también ustedes pueden experimentarlo, conociendo su vida y sus enseñanzas, disponibles para todos incluso gracias a Internet.
El amor y el cuidado de la familia
Todos y cada uno de ustedes, queridos chicos y chicas, llevan la huella de su familia, con sus alegrías y sus penas. El amor y el cuidado de la familia es un rasgo característico de Juan Pablo II. Su enseñanza es un punto de referencia seguro para encontrar soluciones concretas a las dificultades y desafíos de las familias de hoy (cf. Mensaje en el Covenio "Juan Pablo II, el Papa de la Familia", Roma, 30 de octubre de 2019).
Pero los problemas personales y familiares no son un obstáculo en el camino hacia la santidad y la felicidad. Tampoco lo eran para el joven Karol Wojtyła, que sufrió la pérdida de su madre, hermano y padre cuando era niño. Como estudiante, experimentó las atrocidades del nazismo, que le quitó tantos amigos. Después de la guerra, como sacerdote y obispo tuvo que enfrentarse al comunismo ateo.
Para comprendernos debemos acercarnos a Cristo
Las dificultades, incluso las más duras, son una prueba de madurez y fe; una prueba que sólo puede ser superada confiando en el poder de Cristo que murió y resucitó. Juan Pablo II lo ha recordado a toda la Iglesia desde su primera Encíclica, Redemptor hominis, donde dice: "El hombre que quiera comprenderse a sí mismo hasta el final... debe, con su inquietud e incertidumbre y también con su debilidad y pecaminosidad, con su vida y muerte, acercarse a Cristo". Debe, por así decirlo, entrar en Él con todo su ser" (n. 10).
Sean valientes como Jesús: el Señor del riesgo
Queridos jóvenes, esto es lo que deseo para cada uno de ustedes: entrar en Cristo con toda su vida. Y espero que las celebraciones del centenario del nacimiento de San Juan Pablo II inspiren en ustedes el deseo de caminar con valentía con Jesús, que es "el Señor del riesgo", es el Señor de siempre "más allá". [...] El Señor, como en Pentecostés, quiere realizar uno de los mayores milagros que podemos experimentar: hacer que tus manos, mis manos, nuestras manos se conviertan en signos de reconciliación, de comunión, de creación. Él quiere tus manos - chico, chica - para seguir construyendo el mundo de hoy" (Discurso en la Vigilia de la JMJ, Cracovia, 30 de julio de 2016).
Confío a todos a la intercesión de San Juan Pablo II y los bendigo con todo mi corazón. Y ustedes, por favor, no se olviden de rezar por mí.