Bicentenario de la muerte del papa Chiaramonti Francisco celebra la figura Pío VII, "embajador de paz"
En un mensaje al obispo de Cesena-Sarsina, Douglas Regattieri, Francisco traza un retrato del Papa Chiaramonti, en el bicentenario de su muerte
| Alessandro De Carolis
Al lado del pueblo
Así recuerda Francisco a su predecesor, de quien se celebró el bicentenario de la muerte el 20 de agosto de 1823, pocos días después de que cumpliera 81 años. En una carta al obispo de Cesena-Sarsina, Douglas Regattieri, el Papa recuerda el largo pontificado de Pío VII, 23 años, que había sido precedido por un alto nivel de servicio pastoral ya desde joven como obispo de varias diócesis.
"Se distinguió -señala Francisco- por su carisma y bondad de espíritu; de hecho, durante los años de su ministerio episcopal, no dudó en primera persona en prodigarse en el cuidado de la gente, comprometiéndose con dedicación a aliviar los muchos sufrimientos de los afligidos por condiciones precarias".
Custodio y guía del rebaño en tiempos difíciles
Benedictino de formación, en los años más difíciles de su pontificado el Papa Chiaramonti, prosigue Francisco, se comportó con "gran sabiduría", haciéndose "embajador de paz ante quienes ejercían el poder temporal. Frente a un escenario político controvertido y a una acción pretextual que amenazaba la salus animarum, él, con la serenidad de quien confía siempre en la intervención providencial de Dios, hizo todo lo posible para no fracasar en su misión de "custodio y guía del rebaño " y, a pesar de las restricciones impuestas, continuó sin ningún temor proclamando la fuerza consoladora del Evangelio ".
Francisco concluye con el deseo de que el Año Chiaramontiano nos permita conocer mejor la figura de Pío VII, para que pueda suscitar su misma "pasión al servicio del prójimo" e " indicar la paz como camino de esperanza".
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