"No es sana una oración que sea ajena de la vida" Francisco pide mantener "encendido" el amor cristiano con la oración
En la audiencia general, el pontífice advierte que una oración que se aleja de lo concreto "se convierte en espiritualismo o ritualismo"
Tras convocar a no perder momentos de pequeños rezos cotidianos, planteó que "es deshumano estar tan absortos por el trabajo como para no encontrar más el tiempo para la oración"
"La oración es una especie de pentagrama musical, donde nosotros colocamos la melodía de nuestra vida", apuntó
"La oración es una especie de pentagrama musical, donde nosotros colocamos la melodía de nuestra vida", apuntó
Hernán Reyes Alcaide, corresponsal en el Vaticano
En su pénúltima catequésis dedicada a la oración, el papa Francsico convocó hoy en la Audiencia General a mantener "encendido" el amor cristiano a través de la oración y pidió "encontrar" el tiempo para pequeños rezos cotidianos.
"No es sana una oración que sea ajena de la vida. Una oración que nos enajena de lo concreto de la vida se convierte en espiritualismo, o ritualismo", describió el pontíice este miércoles durante su catequésis en el Patio San Dámaso del Vaticano, tras saludar y dialogar durante casi media hora con los fiels presentes.
"En esta circularidad entre fe, vida y oración, se mantiene encendido ese fuego del amor cristiano que Dios se espera de cada uno de nosotros", planteó el Papa sobre las ventajas y propiedades de la oración.
Así, tras convocar a no perder momentos de pequeños rezos cotidianos, planteó que "es deshumano estar tan absortos por el trabajo como para no encontrar más el tiempo para la oración".
Para el Papa, con la oración, "hay por tanto un ardor en la vida cristiana, que nunca debe faltar".
"Es un poco como ese fuego sagrado que se custodiaba en los templos antiguos, que ardía sin interrupción y que los sacerdotes tenían la tarea de mantener alimentado", argumentó luego Jorge Bergoglio.
En ese marco, planteó que "debe haber un fuego sagrado también en nosotros, que arda en continuación y que nada pueda apagar".
"Por tanto, la oración es una especie de pentagrama musical, donde nosotros colocamos la melodía de nuestra vida. No es contraria a la laboriosidad cotidiana, no entra en contradicción con las muchas pequeñas obligaciones y encuentros, si acaso es el lugar donde toda acción encuentra su sentido, su porqué y su paz", finalizó.
Etiquetas