Recordando la conmemoración de los Mártires de Leópolis, celebrada el pasado 27 de junio -mártires elevados a los altares en 2001 por Juan Pablo II durante su viaje a Ucrania-, Francisco subrayó cómo las circunstancias actuales del conflicto hacen más comprensibles las de aquellos sacerdotes, monjes y monjas víctimas del régimen comunista. Y anima a los obispos greco-católicos ucranianos a "tener como meta el bien de la Iglesia y de cada creyente". Una Iglesia, por tanto, que es "lugar de encuentro y de ayuda mutua" especialmente en el acompañamiento de los fieles.
Un acompañamiento que Francisco había delineado en su encuentro con el arzobispo mayor de los greco-católicos ucranianos, Su Beatitud Sviatoslav Shevchuk, quien se reunió con los metropolitanos en Roma en 2019. El Papa citó un pasaje clave de ese discurso en el mensaje enviado ahora al Sínodo que se celebra en Przemysl. La cercanía de los pastores a los fieles, dijo en aquella ocasión, "es un canal que se construye día a día y que lleva el agua viva de la esperanza". Se construye "encuentro tras encuentro", con sacerdotes "que conocen y se toman en serio las preocupaciones de la gente, y los fieles que, a través de la atención que reciben, asimilan el anuncio del Evangelio que transmiten los pastores".
La Iglesia, concluyó Francisco con una invitación de la que se hace eco en el mensaje, "sea el lugar donde se encuentre la esperanza, donde se encuentra la puerta siempre abierta, donde se recibe consuelo y ánimo".
The Synod of the Ukrainian Greek Catholic Church is underway in Przemyśl with the theme of synodality and conciliarity. It is attended by more than 40 bishops from all over the world, who were unable to meet in Kiev due to the war. https://t.co/iUYCwagYms
— Church in Poland (@ChurchInPoland) July 12, 2022
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