Sobre las críticas: "Yo solo pido que me las hagan a la cara" Francisco, rotundo: "La homosexualidad no es un delito"
“Yo lo único que pido es que me las hagan en la cara, porque así crecemos todos ¿no?”, destacó respondiendo a las críticas. “Uno prefiere que no las haya (las críticas). Para tranquilidad, vaya (…). Pero prefiero que las hagan, porque eso quiere decir que hay libertad para hablar"
El Papa elogió el “señorío” de Benedicto XVI. “Con su muerte perdí un papá”, añadió Bergoglio. “Para mí era una seguridad frente a una duda, pedir el auto e ir hasta el monasterio y preguntar”
En caso de renuncia, admitió, llevaría el cargo de obispo emérito de Roma y viviría en la residencia para sacerdotes retirados de la diócesis, aunque añadió que, en el futuro, otros papas podrían elegir opciones diferentes en el caso de dimitir
En caso de renuncia, admitió, llevaría el cargo de obispo emérito de Roma y viviría en la residencia para sacerdotes retirados de la diócesis, aunque añadió que, en el futuro, otros papas podrían elegir opciones diferentes en el caso de dimitir
“Ser homosexual no es un delito”. El Papa Francisco criticó, en una entrevista con AP, las leyes “injustas” que criminalizan la homosexualidad en el mundo, al tiempo que pidió a los obispos “un proceso de conversión” para no apoyar estas normativas u otras que criminalizan al colectivo LGTBIQ+.
“Ser homosexual no es un delito. (…) No es un delito. Sí, pero es pecado. Bueno, primero distingamos pecado por delito. Pero también es pecado la falta de caridad con el prójimo”, subrayó el Pontífice, quien reiteró que “todos somos hijos de Dios y Dios nos quiere como somos”
“También el obispo tiene un proceso de conversión", dijo, añadiendo que los prelados debían mostrar “ternura, por favor, ternura, como la tiene Dios con cada uno de nosotros”.
Bien de salud... para tener 86 años
Durante la entrevista, la primera concedida tras la muerte de Benedicto XVI, Francisco afirmó estar “bien de salud”, y que ya había desaparecido prácticamente la dolencia en la rodilla. “Por la edad que tengo, estoy normal (…). Puedo morir mañana, pero vamos, está controlado. De salud estoy bien”, subrayó.
En cuanto a las críticas recibidas, y que han arreciado tras la muerte de Ratzinger, Francisco apunta que “no lo relacionaría con Benedicto, sino con el desgaste del gobierno de diez años”. Müller, Gänswein, Pell... no han sido pocas, y las que seguramente vengan en el futuro.
“Yo lo único que pido es que me las hagan en la cara, porque así crecemos todos ¿no?”, destacó respondiendo a las críticas. “Uno prefiere que no las haya (las críticas). Para tranquilidad, vaya (…). Pero prefiero que las hagan, porque eso quiere decir que hay libertad para hablar. Si no es así, se engendra una dictadura de la distancia, que lo llamo, donde el emperador está allí y nadie le puede decir nada. No, que digan, porque la compañía, la crítica, ayuda a crecer y a que vayan bien las cosas”.
Sí admitió las críticas del difunto cardenal Pell. “Dicen que al final me criticó. Bueno, tiene derecho, la crítica es un derecho humano”, comentó Francisco. “Un gran tipo. Grande”.
Con todo, elogió el “señorío” de Benedicto XVI. “Con su muerte perdí un papá”, añadió Bergoglio. “Para mí era una seguridad frente a una duda, pedir el auto e ir hasta el monasterio y preguntar”.
Respecto al futuro estatuto de Obispo de Roma emérito, Francisco admitió que no había pensado en esas normas. “Ni se me ocurrió, le digo la verdad”, y pidió paciencia para “regularizar o reglamentar más” esa figura.
No hay renuncia a la vista
En caso de renuncia, admitió, llevaría el cargo de obispo emérito de Roma y viviría en la residencia para sacerdotes retirados de la diócesis, aunque añadió que, en el futuro, otros papas podrían elegir opciones diferentes en el caso de dimitir.
En todo caso, los planes a corto plazo de Francisco son “continuar siendo obispo de Roma, y en comunión con todos los obispos del mundo”, aunque se mostró esperanzado en eliminar el concepto de papado como de una corte
Respecto a China, Francisco pidió “caminar con paciencia” para salvaguardar a los fieles católicos “Vamos dando pasos”, dijo Francisco. “Cada caso (de nominación de obispo) se mira con lupa”. Lo principal, añadió, es que “no se rompe el diálogo”.
Durante la entrevista, Francisco describió a Zen, de 91 años, como “un viejito encantador”. Recordó cómo, cuando el cardenal viajó a Roma este mes para el funeral del papa Benedicto XVI, el pontífice le había invitado al hotel vaticano donde vive. Ante el estudio privado del papa hay una estatua que muestra a Nuestra Señora de She Shan. Cuando el cardenal la vio, dijo Francisco, “como un niño se puso a llorar”.