La novedad no está en el calendario, está en la mirada contemplativa Cómo hacer del Año Nuevo un Kairós para no quedar atrapado en su kronos
"El agobio que se experimenta al final de año suele dejar abierta una puerta de esperanza con expectativas para el año nuevo; y este parece ser un anual ciclo repetitivo"
"Cada cual buscará un motivo que le cree expectativas y enfoquen su atención en el nuevo año"
"El acceso al ‘kairós’, como plenitud del tiempo, como el tiempo más allá del tiempo, es una aspiración escondida de todo ser humano … esta puerta no se abre con elucubraciones, se abre, como todas las puertas, dando un paso"
"Cuando las campanas repiquen anunciando el nuevo kronos 2024, simplemente abra los ojos … Lo que sigue emergerá por sí mismo. El limpiaparabrisas retira las gotas de lluvia que empañan el parabrisas de nuestra mirada, no crea un nuevo paisaje, el paisaje es siempre nuevo, y lo descubro cuando permito que mis ojos se renueven"
"El acceso al ‘kairós’, como plenitud del tiempo, como el tiempo más allá del tiempo, es una aspiración escondida de todo ser humano … esta puerta no se abre con elucubraciones, se abre, como todas las puertas, dando un paso"
"Cuando las campanas repiquen anunciando el nuevo kronos 2024, simplemente abra los ojos … Lo que sigue emergerá por sí mismo. El limpiaparabrisas retira las gotas de lluvia que empañan el parabrisas de nuestra mirada, no crea un nuevo paisaje, el paisaje es siempre nuevo, y lo descubro cuando permito que mis ojos se renueven"
El agobio que se experimenta al final de año suele dejar abierta una puerta de esperanza con expectativas para el año nuevo; y este parece ser un anual ciclo repetitivo. A muchos les sirve para retomar aliento y continuar con renovado impulso, incluso recurriendo a búsquedas que puedan imprimir mayores expectativas para dar sentido al tiempo que comienza.
¿Se trata de buscar en los calendarios?
El 2024, por ejemplo, en el calendario chino (que iniciará el 10 de febrero) será “el año del Dragón de Madera Yang”, propenso a asumir riesgos en todos los ámbitos; para los religiosos carmelitas será la oportunidad de meditar en los 450 años de la fundación del monasterio de Segovia otros aspectos de la herencia de santa Teresa, o simplemente para muchos bastará con considerar que es un nuevo año bisiesto. Para el año que comienza, la Iglesia se centrará en la oración; otros años se centrarán en jubileos, etc. Cada cual buscará un motivo que le cree expectativas y enfoquen su atención en el nuevo año.
En realidad, todo esto puede llegar a parecer un rosario de búsquedas en la red del kronos, en el que se aspira a un ‘tiempo de plenitud’ que no logra ubicar para superar los múltiples asuntos agobiantes que aparecen en la cotidianidad (algún día será mi oportunidad, tal vez sea este mi año). Sin embargo, misma la humanidad, en su diversidad de tradiciones, ha encontrado una puerta de salida a los calendarios.
Entre el kronos y el kairos, tempiternidad
A un hombre que caminaba por la plaza le fue arrebatado el reloj que lucía en su pulso. Su primera reacción fue querer gritar un derecho que le asistía: ¡auxilio, atrápenlo!, ¡que me devuelva el reloj!; pero se contuvo, se detuvo y meditó para descubrir, que tal vez lo que sucedió fue la maravillosa experiencia de ¡haber sido librado de la tiranía tiempo!
El acceso al ‘kairós’, como plenitud del tiempo, como el tiempo más allá del tiempo, es una aspiración escondida de todo ser humano. Es su continua sed de eternidad. En el lenguaje de la espiritualidad, ‘kairós’ y ‘kairoi’ son conceptos que representan el momento adecuado u oportuno para que algo importante suceda. El término kairós proviene de la filosofía griega y se asocia con el tiempo de Dios en la teología cristiana. En la alianza, los profetas descubren en el presente los gérmenes del futuro, porque, a diferencia del concepto griego, el tiempo no es homogéneo, sino que tiene momentos especiales, privilegiados (kairoí), que manifiestan la acción de Dios y que son detectados por la intuición profética.
Por tanto, estas experiencias de plenitud pueden tener una puerta de acceso en cada segundo del kronos. Es decir, que quien esté en la búsqueda de su plenitud del tiempo, lo puede hacer ahora mismo, en este momento del kronos; no es necesario esperar ‘un tiempo futuro’. Esta puerta no se abre con elucubraciones, se abre, como todas las puertas, dando un paso. A esta coincidencia del kronos con la eternidad en el mismo instante, se refirió Raimon Pánikkar con el neologismo de ‘tempiternidad’. El tiempo cronológico y la eternidad están presentes en este mismo instante, solo que solemos quedar atrapados en el kronos y nos olvidamos del acceso silente a la eternidad. Ahora mismo está la oportunidad de acceso a un Kairós.
Comience en la noche del año nuevo
Cuando las campanas repiquen anunciando el nuevo kronos 2024, simplemente abra los ojos porque, en realidad, esas campanas pueden llegar a ser percibidas como el eco del sonido primordial que se encuentra fuera del kronos: “Mira, yo hago nuevas todas las cosas” dice el Señor a quien el busca más allá del tiempo, desde la puerta del tiempo; es la experiencia de eternidad, aquí y ahora, en un solo instante. No consiste en un nuevo propósito, es la novedad en sí misma.
“Estén quietos y reconozcan que yo soy Dios. Exaltado he de ser entre las naciones; exaltado seré en la tierra” es una expresión maravillosa del salmo 46, 10, como salmo de confianza en Dios en medio de la adversidad. Este versículo es una llamada al sosiego y la contemplación en la presencia de Dios. La expresión “quédate quieto y verás que Yo soy” es una forma de decir que Dios es el soberano y que su voluntad prevalecerá. La novedad del tiempo está más allá del tiempo y nos regresa al tiempo con los ojos renovados. De allí que hay que buscar el silencio y la quietud.
Lo que sigue emergerá por sí mismo. El limpiabrisas retira las gotas de lluvia que empañan el parabrisas de nuestra mirada, no crea un nuevo paisaje, el paisaje es siempre nuevo, y lo descubro cuando permito que mis ojos se renueven. Es la mirada contemplativa que asumiré en la noche de año viejo a año nuevo. Tal vez debamos permitir que el ladrón se lleve el reloj, convirtiéndose en un ángel de la eternidad…
¡Le deseo un contemplativo y tempiterno 2024!
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