Genocidio y el silencio cómplice de los poderosos. Fabulación para un evangelio actual Jesús bajó a Gaza con sus discípulos y se echó a llorar ante la barbarie
"Aquel día Jesús salió de su casa, y en compañía de sus discípulos, subió a Jerusalén, pero las autoridades sionistas de Israel no se lo permitieron"
"Al llegar al norte de Gaza, subieron al monte Sapo… Al levantar Jesús los ojos y ver que venía hacia él mucha gente, dice a Felipe: «¿Dónde vamos a comprar panes para que coman éstos?»"
"Un discípulo le respondió: Maestro, la Franja de Gaza ha sufrido un bloqueo económico y terrestre impuesto por Israel… han sido bloqueados por los sionistas para matarlos de hambre … Entonces comenzaron a traerle las víctimas de la barbarie y desde el monte contempló la destrucción de la Franja de Gaza…"
"Se acercó entonces un hombre sabio llamado Boff, que decía: "Mientras estamos hablando, se está produciendo la masacre cruel de todo un pueblo… Está actuando la razón enfurecida sin el más mínimo corazón"
"Un discípulo le respondió: Maestro, la Franja de Gaza ha sufrido un bloqueo económico y terrestre impuesto por Israel… han sido bloqueados por los sionistas para matarlos de hambre … Entonces comenzaron a traerle las víctimas de la barbarie y desde el monte contempló la destrucción de la Franja de Gaza…"
"Se acercó entonces un hombre sabio llamado Boff, que decía: "Mientras estamos hablando, se está produciendo la masacre cruel de todo un pueblo… Está actuando la razón enfurecida sin el más mínimo corazón"
Aquel día Jesús salió de su casa, y en compañía de sus discípulos, subió a Jerusalén, pero las autoridades sionistas de Israel no se lo permitieron. Al verlo sus discípulos Santiago y Juan, dijeron: «Señor, ¿quieres que digamos que baje fuego del cielo y los consuma?». Él volviéndose, los reprendió y se fueron a otro pueblo. Bajaron a Gaza.
Al llegar al norte de Gaza, subieron al monte Sapo, y pasó toda la noche en oración. Al amanecer, se sentó en el monte con sus discípulos. Y mucha gente le seguía porque veían las señales que realizaba. Estaba próxima la Pascua, la fiesta de los judíos. Al levantar Jesús los ojos y ver que venía hacia él mucha gente, dice a Felipe: «¿Dónde vamos a comprar panes para que coman éstos?» Se lo decía para probarle, porque él sabía lo que iba a hacer. Un discípulo le respondió: Maestro, la Franja de Gaza ha sufrido un bloqueo económico y terrestre impuesto por Israel, con restricciones en el movimiento de bienes y personas. Su economía se ha derrumbado y el acceso a servicios básicos como agua, provisiones, electricidad y atención médica, han sido bloqueados por los sionistas para matarlos de hambre.
En esto, una mujer, que había salido de aquel territorio, gritaba diciendo: «¡Ten piedad de mí, Señor, hijo de David! Pero él no le respondió palabra. Sus discípulos, acercándose, le rogaban: «Concédeselo, que viene gritando detrás de nosotros.» Ella, no obstante, vino a postrarse ante él y le dijo: «¡Señor, socórrenos!». Respondió él: «No he sido enviado más que a las ovejas perdidas de la casa de Israel.» “En verdad les digo que en Israel no he hallado en nadie una fe tan grande. «Mujer, grande es tu fe; que te suceda como deseas.»... Y desde entonces, lo siguió por el camino.
Él sintió compasión porque los veía extenuadas como ovejas que no tienen pastor. Entonces comenzaron a traerle las víctimas de la barbarie y desde el monte contempló la destrucción de la Franja de Gaza, aún humeante. El Maestro recordó cuando Herodes, al ver que los magos le habían engañado, se irritó mucho y mandó matar a todos los niños que había en Belén y toda su comarca. Se cumplió lo dicho por medio del profeta Jeremías: «Se oye un grito en Ramá, llanto y gran lamentación. Es Raquel que llora por sus hijos y no quiere ser consolada. ¡Sus hijos ya no existen!»” Y Jesús se echó a llorar ante la barbarie.
Se acercó entonces un hombre sabio llamado Boff, que decía: “Mientras estamos hablando, se está produciendo la masacre cruel de todo un pueblo, el pueblo palestino de la Franja de Gaza, denunciado como un verdadero genocidio, perpetrado por el sionista Benjamin Netanyahu, con el apoyo incondicional de Estados Unidos. Está actuando la razón enfurecida sin el más mínimo corazón y sin sensibilidad humana, ejerciendo su lógica fría y sin ningún escrúpulo ni límite éticos…”
El Maestro dijo: “Sabéis que los gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas, y los grandes ejercen autoridad sobre ellas. Pero entre vosotros no será así, sino que el que quiera llegar a ser grande entre vosotros será vuestro servidor".
Y Boff continuó diciendo: El drama del hombre actual es haber perdido la capacidad de sentir al otro como su semejante, de vivir un sentimiento de pertenecer a la misma humanidad, cosa que las religiones y las éticas humanitarias enseñaron siempre. Lo que se opone a la religión no es el ateísmo o la negación de Dios. Lo que se opone es la incapacidad de ligarse y religarse con los diferentes y con la naturaleza con un lazo de reconocimiento y de afecto.”
Entonces, uno a uno de sus discípulos fue recordando al Maestro que el conflicto en la Franja de Gaza se remonta a cuando Israel ocupó esta región durante la Guerra de los Seis Días. El territorio densamente poblado y económicamente empobrecido, controlado por el grupo violento palestino ha atacado a los ocupantes de sus tierras; Israel ha tomado represalias desmesuradas, a pesar de que la comunidad internacional le ha exigido la desocupación de los territorios invadidos. Pero, los sionistas israelíes cuentan con el apoyo del Imperio, que vive de la venta de armas. Los sionistas de Israel difunden noticias por todo el mundo diciendo que Dios está de su parte, e incluso amenazan a quienes hablen en su contra, no importa de la nación que sean, porque son poderosos económicamente.
"Jesús dijo a sus discípulos: Han hablado correctamente. Y recordó las palabras de Isaías: "El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para anunciar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a proclamar libertad a los cautivos y vista a los ciegos, a poner en libertad a los oprimidos"… Y agregó: De cierto os digo que difícilmente entrará un rico en el reino de los cielos. Y otra vez os digo: Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que el que un rico entre en el reino de Dios".
Y sus discípulos, entonces, comprendieron que Israel, como pueblo de Dios, si quiere mantener su tradición religiosa debe renunciar al nacionalismo etnocéntrico que le haga creerse el único pueblo sagrado de Dios. Debe escuchar la voz del Espíritu que lo conduzca a ser mensajero de la esperanza profética de la paz. Su vocación es reconciliar a los pueblos y a todos los hijos de Abraham en toda la tierra. El sionismo no es Israel. Solo el Mesías puede crear la unidad de Israel, no una ley de los hombres. Solo el Espíritu del Mesías lo convertirá en la semilla de una humanidad reconciliada. La vocación mesiánica de Israel no es convertirse en un poder económico, es servir a la tradición de los profetas.
Y Jesús se quedó en Gaza con sus discípulos, confortando a las víctimas, mientras continúa el holocausto…
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