El cardenal de Madrid clausura con una eucaristía el Encuentro sobre el Primer Anuncio Cobo advierte de la tentación de "confrontación" en la Iglesia y de "encerrarse en grupos"
"En estos desiertos de la vida encontramos la tentación de la confrontación, tanto interna como externa. Son esas confrontaciones hasta violentas que nos asaltan a menudo, no solo en la sociedad, sino internamente en la Iglesia", comenzó señalando Cobo, quien animó a afrontarlas "con la frescura del diálogo"
"También nos topamos con tentación de entrar en la confrontación externa. Confrontación con el mundo de hoy y con su cultura, con sus espacios. De nuevo, el diálogo amable es la medicina que puede ofrecer el evangelio a nuestro mundo, y nosotros somos sus testigos de misericordia y esperanza, no de oscuridad y condena"
En línea con una de las constante denuncias del papa Francisco, alertó también José Cobo de "la tentación del descarte". "Son los invisibles, los que no cuentan, bien por su estatus social, o porque ni siquiera están presentes en nuestra mirada como Iglesia"
En línea con una de las constante denuncias del papa Francisco, alertó también José Cobo de "la tentación del descarte". "Son los invisibles, los que no cuentan, bien por su estatus social, o porque ni siquiera están presentes en nuestra mirada como Iglesia"
Primer domingo de Cuaresma. El cardenal José Cobo clausura en Madrid, con una eucaristía, el Encuentro sobre el Primer Anuncio, un evento eclesial heredero directo del Congreso de Laicos de 2020 y que reunió a 700 representantes de las diócesis y de asociaciones, movimientos y vida consagrada que, un tanto atribulados porque no consiguen traspasar con el mensaje de la Buena Noticia la indiferencia mayoritaria de sus contemporáneas, se pusieron este fin de semana -"en sinodalidad", como subrayó el cardenal Omella en su inauguración- a la escucha. Y lo que escucharon del arzobispo madrileño fue una brújula de bolsillo para transitar este desierto poniendo especial cuidado en no caer en "tres tentaciones especialmente presentes" en la Iglesia actual.
"En estos desiertos de la vida encontramos la tentación de la confrontación, tanto interna como externa. Son esas confrontaciones hasta violentas que nos asaltan a menudo, no solo en la sociedad, sino internamente en la Iglesia", comenzó señalando Cobo, quien animó a afrontarlas "con la frescura del diálogo". "Diálogo, diálogo", repitió.
"También nos topamos con tentación de entrar en la confrontación externa. Confrontación con el mundo de hoy y con su cultura, con sus espacios. De nuevo, el diálogo amable es la medicina que puede ofrecer el evangelio a nuestro mundo, y nosotros somos sus testigos de misericordia y esperanza, no de oscuridad y condena", indicó el purpurado.
Junto a las anteriores, ronda "la tentación del éxito inmediato", destacó, advirtiendo también, en el contexto del primer anuncio, "cuando damos excesiva prioridad a la dimensión emocional, cuando descuidamos el acompañamiento personal, o cuando nos encerramos en métodos, gruposo experiencias y olvidamos la dimensión eclesial o la misma misión".
"La tentación del descarte"
En línea con una de las constante denuncias del papa Francisco, alertó también José Cobo de "la tentación del descarte". "Son los invisibles, los que no cuentan, bien por su estatus social, o porque ni siquiera están presentes en nuestra mirada como Iglesia".
"A veces nos olvidamos de muchos de ellos en nuestras planificaciones, en nuestros diseños evangelizadores o misioneros, quizá porque son más lentos o complejos", por lo que señaló rotundo que "no podemos hacer una evangelización de primera y otra de segunda".
"En la misión evangelizadora no podemos excluir a nadie: ni a los lejanos, que nunca han recibido la Buena Nueva de Jesucristo', ni a los alejados, que 'recibieron el bautismo, pero viven al margen de toda vida cristiana', ni a muchos otros, que, con una fe débil, necesitan volver a acoger la Buena Noticia de Jesucristo", desglosó Cobo, apoyándose en Evangeli gaudium, la carta programática del pontificado de Francisco.
Pero, frente a toda la arena del desierto, Cobo quiso enfatizar -y la propia realización de este Encuentro sobre el Primer Anuncio lo evidenciaba, como apuntó- que "se nos abren providenciales oportunidades para la misión evangelizadora". "Está cerca el Reino de Dios, porque, aunque vivimos en un mundo en crisis, en medio de tantas equivocaciones, hemos visto aquí a comunidades que buscan caminos de creatividad y fraternidad, en una constante lucha con las trasnochadas ideologías de antaño".
"Está cerca el Reino, porque detectamos en cada desierto búsquedas de espiritualidad, sed, de deseo del Dios verdadero. Está cerca el Reino de Dios porque esta es la Iglesia que es congreso, sínodo, esperanza y gente buena que se pone en marcha hacia las personas en su latido más profundo. Eso es signo del Espíritu", abundó el cardenal, quien concluyó afirmando que "está cerca el Reino de Dios en cada uno de vosotros, y en cada una de vuestras comunidades eclesiales: vosotros sois la primordial oportunidad de la misión de la Iglesia desde vuestra vocación laical".