Reflexión sobre este hecho histórico de hace 40años Los Guerrilleros de Cristo Rey nos dieron una gran paliza a los curas de Ondárroa
(Jesús-Fco. de Garitaonandia, rector de santuario de Begoña).- El año de 1968 fue un año muy conflictivo en todo Euzkadi (Pais Vasco) y de una manera especial en Ondarroa, villa pesquera de Bizkaia. Y la triste historia de este año 68 viene muy bien explicada en la revista anual "Ondarroa 2009" en el articulo titulado en vasco "Andoni Arrizabalagaren heriotz zigorraren 40. urteurrenean" ("A los 40 años de la pena de muerte impuesta a Andoni Arrizabalaga"). De este artículo traduzco y transcribo los tres últimos párrafos que dicen así:
"Este ambiente contrario a la parroquia (de Ondarroa), en vez de apaciguarse se complicó aún más cuando el 30 de julio de 1968 la policia de Bilbao detuvo y llevó a la carcel de Zamora al sacerdote que estaba encargado de la capilla aneja de Kaminazpi, barrio de Ondarroa (Este sacerdote era D. Imanol Oruemazaga). El boicot de los feligreses a la Iglesia trajo graves consecuencias el año 1969. El recientemente nombrado Obispo-Administrador Apostólico de la diócesis de Bilbao, D. José María Cirarda tomó la decisión de cambiar a todos los sacerdotes de Ondarroa y nombrar un nuevo equipo de curas" .
Quiero subrayar que este artículo está escrito por un grupo llamado "Ondarroako Historia Zaleak" (Aficionados a la Historia de Ondarroa) y que es verdad que D. José Mª. Cirarda nombró para Ondarroa un nuevo equipo de curas. En ese equipo entraba también yo, pero esta referencia creo que necesita una explicación. Porque D. José María Cirarda no tomó esta decisión sin haber reflexionado suficientemente. Antes de tomar esta decisión, Mr. Cirarda se entrevistó y dialogó con diversos grupos de Ondarroa. Pero sobre todo, fue con D. Imanol Oruemazaga con el que tuvo una entrevista y un diálogo importante con respecto a los problemas de Ondarroa.
En efecto, D. José María Cirarda y D. Imanol hablaron largo y tendido buscando un camino correcto para solucionar estos problemas. Por fin D. Imanol presentó al Obispo la siguiente solución: El camino mejor para solucionar los problemas de la Iglesia de Ondarroa era que saliesen todos los sacerdotes que estaban en la parroquia y se nombrara un equipo nuevo de curas. Ante esta propuesta, Mr. Cirarda le dijo a D. Imanol: ¿Y tu, Imanol, saldrías también con los demás sacerdotes? A lo que Imanol le respondió: "Si es por el bien de la Iglesia y del pueblo yo saldré el primero".
A D. José María le pareció muy bien la opinión de D. Imanol y empezó a formar un equipo nuevo de sacerdotes para Ondarroa. Primero eligió al que iba a ser el presidente del equipo sacerdotal D. Emiliano de Iturraran. D. Emiliano había sido profesor del antiguo Seminario Menor de Saturrara, que se encontraba a dos kilómetros de Ondarroa y conocía bastante bien el pueblo de Ondarroa. En estos últimos años habia estado en la parroquia de San Agustín de Elorrio (Bizkaia), donde fundó la empresa cooperativa "Funcor".
Después vino a formar el equipo D. Andoni Basterretxea, hijo de Ondarroa y muy querido en el pueblo. Había sido también profesor del Seminario Menor de Saturraran. En estos momentos estaba trabajando como misionero en las Misiones Diocesanas Vascas de Los Rios (Ecuador). Después se le llamó a D. Pedro Omaetxebarria, que llevaba bastantes años como sacerdote en Gernika (Bizkaia). Por fin me llamaron a mí, que acababa de incorporarme a una pequeña parroquia llamada Aranzazu del Valle de Arratia. Antes había estado durante tres años en las parroquias de Sangrices y La Calera (Carranza-Bizkaia) y El Prado de Soba (Cantabria). Yo, en estos momentos, acababa de incorporarme a la diócesis después de haber hecho la Licenciatura de Teologia Domática en la Universidad de Comillas de Madrid.
Así pues, en enero de 1969 llegamos a Ondarroa. Poco a poco empezamos a trabajar en la parroquia. La verdad es que la iglesia estaba siempre casi vacía por el boicot que un grupo de feligreses hicieron a la parroquia y este boicot seguía en firme.
En este tiempo D. Imanol Oruemazaga tuvo dos juicios en Madrid, uno por "Propaganda Ilegal" y otro por "Asociación Ilícita". En ambos juicios tuvo como abogado a Mitxel Unzueta, abogado del Partido Nacionalista Vasco. En uno de los juicios tuvo como testigo defensor a D. Emiliano de Iturraran, nuestro párroco de Ondarroa. En un momento del juicio, el juez le preguntó a D. Emiliano a ver qué juicio le merecían los sermones y las diversas actuaciones de D. Imanol. A lo que D. Emiliano le respondió: "Nosotros los curas viejos (D. Emiliano con la calva que tenía aparentaba tener muchos años más de los que tenía en realidad) creíamos que D. Imanol hacía política en sus sermones y en algunas actividades parroquiales, pero ahora que he leído los documentos del Concilio VaticanoII me he dado cuenta de que este cura no hacía política sino que defendía los derechos humanos y los derechos de los pueblos".
Terminado el juicio de Madrid, un día vino D. Imanol a nuestra casa para agradecer a D. Emiliano la defensa que le hizo en el juicio de Madrid. Cuando llegó Imanol, nos encontrabamos en el comedor de nuestra casa de la calle Iparkale Emiliano, Andoni, Pedro y yo. Estuvimos charlando amigablemente hasta que Imanol nos dijo lo siguiente: "Entonces, vosotros procurareis llevar la gente a la iglesia". "Por supuesto", le contestamos. A lo que él nos respondió: "Pues yo haré los posibles para sacar a la gente de la iglesia". Dichas estas palabras, se levantó y se marchó. Como es de suponer nosotros quedamos asombrados, pero la verdad es que en adelante actuó de esta manera.
Pasó el año 1969. Iba adelante el año 1970 y el 3 de diciembre comenzó el tristemente famoso Proceso de Burgos. El 15 de diciembre el Santo Padre pidió al Gobierno español que si hubiera sentencias de muerte no las llevaran a cabo.
Estabamos viviendo este ambiente tenso cuando hacia el 12 de diciembre nos vino un grupito de personas a la sacristía a hablar con nosotros y presentarnos el plan que traían entre manos. El plan consistía en hacer una encerrona en la iglesia en contra de la triste situación política que estabamos sufriendo: huelgas de obreros, encarcelamientos, graves condenas a los encarcelado, penas de muerte y encima el proceso de Burgos. Nosotros les dijimos que nos parecía bien el que se manifestaran contra estas injusticias, pero que no nos parecía bien que se manifestaran en el templo. Nos respondieron que, aunque nosotros no estuviéramos de acuerdo, ellos iban a hacer la encerrona en la iglesia. Y allí se quedaron en la iglesia.
Pronto se enteró todo el pueblo de esta encerrona. También los guardias civiles se enteraron del tema y empezaron a merodear por los alrededores del templo aunque sin entrar en la iglesia. Nosotros, los curas, teníamos miedo de que los guardias civiles entraran en la iglesia y por eso siempre estabamos alguno en la sacristía.
Por otra parte, pronto empezó el alcalde del pueblo a amenazarnos. En aquel tiempo el alcalde de Ondarroa era Miguel Angel Arrizabalaga, alias "Xaxi". Solía llamar a nuestra casa cural preguntando siempre por D. Emiliano, tomándole las cuentas por los de la encerrona y amenazándole con que nos iba a mandar a los "guerrilleros de Cristo Rey" para sacarlos de la iglesia. D. Emiliano siempre le respondía lo mismo: "Este no es un asunto que te compete. Tu aqui no eres quien para solucionar los problemas de la Iglesia".
De allí a unos días otro problema. Por la radio nos enteramos de que se imponía el "Estado de excepción" en Euzkadi. La situación era grave para todos los ciudadanos, pero de una manera especial para los que estaban en la encerrona de la iglesia.
Por eso, D. Emiliano y yo, cogimos las llaves y nos fuimos a la iglesia a decir a los encerrados que se había impuesto el estado de excepción y que corriamos un grave peligro. Nosotros les dimos la noticia del "Estado de Excepción". Les dijimos que en esta situación podían entrar los guardias civiles a sacudirles a los que se encontraban en la iglesia. Entonces ellos nos dijeron: "¿Y vosotros les dejareis entrar en la iglesia?". "Ni mucho menos" les dijimos, pero ellos pueden entrar por encima de nosotros". De todas las maneras ellos tomaron la decisión de seguir encerrados.
A los nueve días de la encerrona, era domingo, día 20 de diciembre de 1970, una de las personas de la encerrona, nos vino a la sacristía para hacernos saber que habian tomado la decisión de salir de la iglesia. Nos dieron una carta y aprovechando la salida de la gente que había estado en la última misa, salieron a la calle.
Cerramos las puertas de la iglesia y nos fuimos a casa. Aquella noche, a la hora de la cena, estabamos solos D. Emiliano y yo. Además, coincidieron en nuestra casa, Carmen Gallastegi de Elorrio que los sábados y domingos solía ayudarnos en los trabajos de casa y Naty Burgoa de la familia de Karmen Baltza.
Nos sentamos a la mesa para cenar y comenzamos a leer la carta que los de la encerrona nos dieron en la sacristía. No hicimos más comenzar a leerla, cuando sonó el timbre de la puerta de entrada y Carmen fué a la puerta para ver quién podría ser a estas horas. En esto, volvió a la cocina donde estabamos cenando y nos dijo: "En la puerta hay un hombre que dice que viene de parte de "Arrizabala" y que salga un cura... pero no le he cogido buena pinta". Se levantó D. Emiliano y se dirigió hacia la puerta, mientra Carmen le seguía por detrás, por si acaso.
La paliza de los Guerrilleros de Cristo Rey
En cuanto salió D. Emiliano a la puerta le pusieron una pistola en el pecho. Instintivamente D. Emiliano le agarró a la pistola y se puso a forcejear con el intruso. En este forcejeo le abrieron una brecha en la cabeza. Con todo, en este forcejeo, D. Emiliano que era un hombrachón forzudo logró librarse de las manos del guerrillero y se escondió en una habitación interior de la casa. Carmen, asustada, se puso a gritar y le dieron una buena paliza.
Yo, que estaba en la cocina con la puerta cerrada, oi algunos gritos y me levanté para ver lo que pasaba. En cuanto abrí la puerta de la cocina y salí al pasillo, me encontré con un hombre que, con la pistola en ristre, venía gritando: "Somos guerrilleros de Cristo Rey". Me asusté y le empujé a Naty al comedor para que no se metieran con ella. En cuanto a mi, me cogió y sin esperarlo, me dió un golpe con la pistola y me abrió el labio. Después me meti en la cocina y alli me cojió solo y me dió una paliza brutal con un azote de cadenas.
Yo, hecho un ovillo como un erizo, recibia los golpes y del miedo que pasé creo que no sentía ni el dolor de la brutal paliza. Después escapé a un rincón de la cocina y segun estaba allí volcó sobre mi la mesa de la cocina con todos los platos y botellas que se encontraban encima. Por fin, el guerrillero cogió una silla y me la lanzó. Pero yo pude ver su acción y me aparté. La silla se incrustó en la puerta del balcón ropiendo unos cuantos cristales. Y, con esto, se marcharon los guerrilleros.
Cualquiera puede pensar cuál sería nuestro paradero. Nos encontrabamos sangrando de las heridas y doloridos por los golpes. Pero, sobre todo, fue tal el susto que nos dieron y el miedo que pasamos, que no podiamos ni reaccionar.
En esta situación llamamos al médico que vino inmediatamente y estuvo charlando con nosotros durante mucho tiempo. Llamamos también a la Guardia Civil, pero no venía. Apareció de allí a dos horas. Los dos guardias civiles que vinieron nos hablaban como si no supieran nada del tema, tomándonos unas declaraciones sin pies ni cabeza. Al tomarme a mi las declaraciones, yo les expliqué a mi manera lo que había pasado y como gritaba el que me pegó a mí: "Somos guerrilleros de Cristo Rey". Y el guardia civil, con tonillo andaluz, me dice: "Oiga, Zeño Cura... guerriyero... y de Crizto rey... ezo no pega". A lo que le respondí: "¿Que no pega?, si hubiera estado usted aquí hubiera visto cómo pegaban".
Como se puede ver, las amenazas del alcalde de Ondarroa, Miguel Angel Arrizabalaga "Xaxi", se convirtieron en realidad. Los guerrilleros vinieron porque les llamó el alcalde para que sacaran a golpes a los encerrados en la iglesia. Pero, para cuando ellos llegaron, los de la encerrona habían salido de la iglesia. Entonces vinieron a la casa cural a darnos la paliza a los curas como responsables de la encerrona.
Pero hay que ver cómo son las cosas. Aquel día 20 de diciembre venía nuestro amigo Txomin San Martin, Presidente de la Cofradía de los Pescadores, todo contento, después de haber visto en San Mamés el partido de futbol entre el Athletic de Bilbao y el Sportin de Gijón, partido que ganó el Athletic por 3-0. Al llegar a Berriatua, que se encuentra cerca de Ondarroa, vió junto a la taberna "La Central", 4 ó 5 personas desconocidas y acompañadas por el alcalde Miguel Angel Arrizabalaga e Hilario Beitia. Txomin se quedó preocupado y pensando para sí mismo: "Me parece que hoy en Ondarroa va a pasar algo, pero desde luego nada bueno". Y siguió su camino hacia casa. Al día siguiente cuando se enteró de lo ocurrido a los curas, vino a visitarnos y nos contó la anécdota de Berriatua.
Sinceramente una cosa semejante no se la deseo ni al mayor enemigo. Pero la verdad es que esta visita de los guerrilleros nos vino muy bien a nosotros los curas ante la opinión de la gente de Ondarroa. ¿Por qué? Porque un grupo minoritario del pueblo tenía declarado el boicot a la Iglesia y otros muchos, aunque no estuvieran de acuerdo con el boicot, lo seguian por miedo o pensando que nosotros éramos unos curas carcamales a la antigua usanza. Con la paliza de los guerrilleros a la mayoría de la gente se le aclararon las ideas.
Mi reflexión cristiana
El que fuera compañero mío en el claustro de profesores del Instituto de Enseñanza Media de Ondarroa (Bizkaia), Patxi Aranburu, a la sazón director de este Instituto, solía decirnos lo siguiente: "Todos los fanatismos son malos, pero el fanatismo religioso es el peor de todos". Cada día estoy más de acuerdo con él. Y si, además, al fanatismo religioso unimos el fanatismo político... éso ya no tiene nombre.
Dice el Evangelio que después de la multiplicación de los panes y de los peces, la gente entusiasmada, decía: "Verdaderamente éste es el profeta que había de venir al mundo. Pero como Jesús se dio cuenta de que querían llevárselo a la fuerza para hacerle rey, se retiró otra vez a lo alto del monte para estar solo" (Jn. 6, 14b-159).
Siguiendo el Evangelio nos encontramos con el capítulo en el que Jesús es llevado ante Pilato para ser juzgado. Cuando Pilato pregunta a Jesús si el Rey de los judíos, Jesús le contestó: "Mi reino no es de este mundo. Si lo fuera, mis servidores habrían luchado para que no se me entregase a los judíos. Pero mi reino no es de aquí" (Jn. 18, 36).
Después de leer estas páginas del Evangelio, miremos a la historia de la Iglesia. ¿Cómo ha actuado la Iglesia? ¿Cómo hemos actuado los cristianos? ¿Qué es lo que encontramos? Cruzadas y más cruzadas. Cruzada significa hacer la guerra en nombre de la cruz de Cristo o hacer la guerra para defender la cruz de Cristo.
Por desgracia hemos conocido a través de la historia muchas cruzadas; la última, la cruzada de la guerra civil española, bendecida por todos los obispos españoles, escepto por Mr. Vidal y Barraquer, Arzobispo de Tarragona y D. Mateo Mújica, Obispo de Vitoria.
No podemos olvidar la Inquisición, por la que condenaban a muerte, en nombre de la cruz de Cristo, a todos los que consideraban herejes, brujas, brujos.
Recordemos las guerras que los Papas llevaron a cabo para defender los famosos "Estados Pontificios". Reducto de estos estados es el Vaticano, el Estado del Vaticano. Y curiosamente el Papa es el Jefe del Estado del Vaticano. Cuando en realidad, la verdadera residencia del Papa es la catedral de San Juan de Letran; ahí está la cátedra del Obispo de Roma, que es el Papa. Por éso los gobiernos de los países que visita el Papa le reciben como Jefe del Estado del Vaticano.
En fin, hemos conocido Jóvenes cruzados, Leginarios de Cristo, Guerrilleros de Cristo...Todos con nombres de soldados y de guerreros.
Y me pregunto, ¿por qué tantas guerras para defender la cruz de Cristo y para defender la misma fe? ¿Por qué esta querencia hacia esos nombres que nos recuerdan guerras y guerreros? Pero si Jesucristo nunca pidió ni quiso que utilizáramos las armas para defenderle. Su estilo de vida y su consejo siempre fué: "El que quiera ser el mayor entre vosotros sea el servidor de todos".
Tristemente hemos actuado exactamente al revés de como quería Jesús. Y verdaderamente me avergüenzo de esta nuestra triste historia. Creo que es muy interesante lo que se llama actualmente "memoria histórica". Que no quiere decir ni referirse a ningún tipo de venganzas. Todo lo contrario. La memoria histórica lo único que pretende es aclarar unos hechos históricos que han estado ocultos en la historia del os vencedores. Estoy más que convencido de que la Iglesia debe pedir perdón por tantos errores cometidos en nuestra historia reciente.