Los supervivientes de abusos, esperanzados tras las reuniones con Confer y el Defensor del Pueblo Juan Cuatrecasas: "Las víctimas hemos estado a la altura de las circunstancias, incluso con informes negacionistas, trampas o insultos"
"Que para empezar a trabajar tengamos que admitir un informe basado en los criterios delirantes de una sola persona que utilizando calificativos tan espesos y malintencionados, como probado y no probado , verosímil e inverosímil, en proceso, nos parece más que intolerable, denunciable. Este señor no tiene la capacitación necesaria para negar a víctimas de pederastia. Y no lo vamos a tolerar"
"Nuestra preocupación común reside en saber que fecha pone el Congreso de Diputados, que tras seis meses transcurridos desde que se presentó el informe por parte de Ángel Gabilondo, parece haber aparcado esas conclusiones y recomendaciones en algún cajón"
"Cada víctima y superviviente tendrá que decidir de modo personal, que ha echado en falta durante todos los años de soledad y falta absoluta de atención desde que se perpetró el delito, y en base a su realidad del presente, qué precisa para sentirse reparado, acompañado y por supuesto, indemnizado"
"Cada víctima y superviviente tendrá que decidir de modo personal, que ha echado en falta durante todos los años de soledad y falta absoluta de atención desde que se perpetró el delito, y en base a su realidad del presente, qué precisa para sentirse reparado, acompañado y por supuesto, indemnizado"
"Nos reunimos para tender puentes, para reivindicar y debatir, para abrir de una santa vez una ruta que ponga a estas víctimas y supervivientes en el lugar que les corresponde". Después de una semana intensa, las víctimas de abusos a menores contemplan el futuro con cierta esperanza, pero también con precaución.
Hablamos con Juan Cuatrecasas, fundador de la Asociación Nacional Infancia Robada (ANIR), que admite que cuentan con el apoyo del Defensor del Pueblo y la "plena sintonía" con Confer, y confían en que también esté claro el de la Conferencia Episcopal. "Es el momento de que la Iglesia esté a la altura", constata.
¿Qué buscan con estas últimas reuniones con la Conferencia Episcopal, Confer y el Defensor del Pueblo?
No nos reunimos para imponer. Pero hay barreras que no se pueden cruzar. Seguir negando la realidad, cuestionando a víctimas y supervivientes de pederastia, es por parte de algunos jerarcas de la Conferencia Episcopal, una actitud inadmisible que vulnera los convenios y tratados internacionales existentes y vinculantes, redactados en consonancia con los derechos de la infancia y adolescencia, también la puesta en valor de la salud pública, y lo que aún es peor cuestionar un delito o la extensión de su daño supone un escollo muy grave para las personas que buscan obtener reconocimiento y justicia. Cuando sucede y se atribuye la culpa a la víctima del crimen es cuando llega la victimización secundaria, concepto que muchas víctimas y supervivientes llevan mucho tiempo soportando, en muchos casos con límites de paciencia que están a punto de quebrar. Esto no es de recibo.
La Ley 4/2015, de 27 de abril, del Estatuto de la víctima del delito, es muy clara al respecto y creo que es hora de que su aplicación sea inmediata. Que para empezar a trabajar tengamos que admitir un informe basado en los criterios delirantes de una sola persona que utilizando calificativos tan espesos y malintencionados, como probado y no probado , verosímil e inverosímil, en proceso, nos parece más que intolerable, denunciable. Este señor no tiene la capacitación necesaria para negar a víctimas de pederastia. Y no lo vamos a tolerar. En ningún caso. Ya digo, ese no puede ser el “marco jurídico” para iniciar un trabajo serio y profesional. Por eso proponemos otras vías, desechando ese informe. Es tiempo de dar al botón de arranque y empezar a trabajar. Por ellas y ellos. Sin más demora. Buscando consensos desde la buena fe demostrada de las partes involucradas, dejando de lado mentiras, negacionismo y personajes de más que dudosa credibilidad.
En suma nos reunimos para tender puentes, para reivindicar y debatir, para abrir de una santa vez una ruta que ponga a estas víctimas y supervivientes en el lugar que les corresponde, que es el del reconocimiento individual, público y expreso.
¿ Creen que hay disposición de las otras partes para emprender ese trabajo que usted describe?
Creo que la hay por parte del Defensor del Pueblo, con el que charlamos durante casi dos horas el pasado jueves. El, como nosotras y nosotros, siempre ha estado en sintonía para combatir esta lacra social, y ahora nuestra preocupación común reside en saber que fecha pone el Congreso de Diputados, que tras seis meses transcurridos desde que se presentó el informe por parte de Ángel Gabilondo, parece haber aparcado esas conclusiones y recomendaciones en algún cajón. Hay víctimas y supervivientes que se preguntan si las promesas van a quedar arrinconadas o realmente hay voluntad real de actuación. Porque hay situaciones personales gravísimas a nivel emocional y de salud. Y no merecen ser arrinconados una vez más.
También hay sintonía por parte de la Confer. Nuestras dos tomas de contacto y la puesta en común con Diaz Sariego, Zamora, Gloria Rodríguez y Silvia Rozas han demostrado casi plena sintonía. Como ha repetido Gloria en varias ocasiones prevenir los abusos es fundamental, pero hay que atender el pasado, y en ese punto de partida compartido en aras al reconocimiento, la reparación, la indemnización y el acompañamiento, vamos con Confer de la mano. También en la urgencia que precisa arrancar.
Con Añastro y su ejecutiva, existen algunas disparidades, tal vez con algunos obispos más que con otros. A mi a título personal, no soy nada sospechoso de actitudes vehementes, a pesar de que en muchos momentos haya tenido justificación para serlo, y me encantaría, nos encantaría, hablar con aquellos obispos que nunca mostraron empatía con la realidad de las víctimas y supervivientes, para explicarles todo lo que ellas y ellos nos trasladan, me narran, comparten, desde las secuelas y consecuencias de estos delitos. Y sobre todo la metodología de trabajo que proponemos. Creo que es difícil de rechazar. Porque ya no podemos esperar mucho más.
¿Cómo valoran la decisión del nuevo arzobispo de Pamplona y Tudela, Florencio Roselló, de participar en la comisión de reconocimiento a las víctimas de abusos sexuales del Parlamento de Navarra?
Pues creemos que es el camino a seguir. Colaborar, unificar, consensuar. Nos parece una actitud de compromiso, y es ese tipo de compromisos pastorales, los que buscamos desde tiempo atrás por parte de la jerarquía eclesiástica española. Ya podía ser esa la línea editorial de todos. Es parte de cómo visibilizamos nosotras y nosotros, el modelo ideal de trabajo.
¿Han hablado en algún momento del tema de las indemnizaciones?
Lo hemos hecho. El otro día en la reunión con Confer. Será un tema que habrá que debatir, consensuar, objetivizar por las partes concernidas. Pero estamos preparados para ello. Cada víctima y superviviente tendrá que decidir de modo personal, que ha echado en falta durante todos los años de soledad y falta absoluta de atención desde que se perpetró el delito, y en base a su realidad del presente, qué precisa para sentirse reparado, acompañado y por supuesto, indemnizado.
Por eso hemos pedido un trato individual, con el que por cierto, tanto la Confer, como Arguello y Cobo, están de acuerdo. Todas las víctimas y supervivientes tienen los mismos derechos, pero esa verdad es compatible con que sus necesidades no tienen porque coincidir. Y creemos que el equipo de trabajo que se forme debe escucharlo de viva voz, sin cortapisas ni presiones o monólogos malintencionados.
Por último ¿hay espacio para la esperanza?
Si algo hemos demostrado en esta historia que en algunos momentos nos ha parecido interminable, es que las víctimas y supervivientes hemos estado a la altura de las circunstancias, incluso con informes negacionistas, trampas e incluso insultos. Nuestras paciencia es ilimitada, pero también digo que exigimos inmediatez, urgencia porque en nuestra familia hay seres humanos cuya situación no admite ya más prórrogas. Hemos andado por una senda del desierto y poco a poco vamos viendo brotes verdes entre la arena. Nuestras babuchas beduinas tienen suelas duras, labradas a base de dolor, secuelas y shock pos traumático, pero si el informe del Defensor del Pueblo y la investigación previa, fue un punto de inflexión, este debe ser el siguiente, sin recelos ni malas intenciones de origen.
Las víctimas y supervivientes no merecen más coronas de espinas. Merecen un confortable colchón, mullido y cálido, que durante muchos años no existió. Es ya el momento de que la Iglesia esté a la altura, sinónimo de lo que predica, de que actúe como madre, no como ratera. De verdad, es el momento. Seguir negando la realidad y continuar poniendo piedras en el camino hacia la luz, sería un error imperdonable y una aberración histórica. Citando a San Agustín : Errare humanum est; perseverare autem diabolicum.
Etiquetas