El presidente de la CEE advierte de la "división y confrontación entre los españoles" Los tres elefantes en la habitación de Omella: ni amnistía, ni auditoría de Cremades, ni visita al Papa

No citó en un solo momento la palabra maldita, pero sus efectos resonaron a lo largo de todo su discurso. La ‘amnistía’ fue uno de los ejes del discurso inaugural del presidente de la Conferencia Episcopal, Juan José Omella, en el que clamó por no establecer “cordones sanitarios ni exclusiones” y sugirió que “cualquier acuerdo que trate de modificar el statu quo” de la Constitución de 1978 debe contar “no sólo con el consenso de todas las fuerzas políticas”, sino también “con el apoyo de una mayoría muy cualificada de la sociedad, como establece la propia Constitución”.

“De no ser así, tales pactos solo conducirán a una mayor división y confrontación entre los españoles” auguró Omella, quien añadió que “no vale  el inmovilismo para frenar cualquier reforma, pero tampoco valen tentativas reformistas que fragmenten la convivencia en  España”. "Pido a los dirigentes políticos y a los líderes sociales y de opinión que pongan todo lo que esté de su mano para bajar el clima de crispación social", incidió.

Todos los pactos son lícitos en la medida que respeten el ordenamiento jurídico, el Estado de Derecho, la separación de Poderes de nuestra democracia, aseguren la igualdad de todos los españoles y garanticen el equilibrio político, económico y social que nos hemos dado los españoles en la Constitución de 1978 (...). Cualquier acuerdo que trate de modificar el statu quo pactado por todos los españoles en la Constitución de 1978 debería contar no solo con el consenso de todas las fuerzas políticas de nuestro arco parlamentario, sino también con el apoyo de una mayoría muy cualificada de la sociedad, como establece la propia Constitución

Un llamamiento al consenso frente a “la dura realidad que nos rodea”, en un “momento marcado por la guerra, la polarización y la crisis económica, social y política en nuestro país”. Frente a ello, sugirió el presidente de la CEE, “es tiempo de afrontar la realidad con valentía y determinación”.

"Confío en que el presidente del Gobierno dedique todas sus fuerzas a coser las heridas sociales que han provocado algunos de los recientes pactos de investidura. Invito a mirar a largo plazo (...). Un país unido, capaz de enriquecerse y que asegure la igualdad de todos los ciudadanos".

Astucia, prudencia, que no equidistancia

Y, junto a ello, una petición de unidad en un momento de máxima división entre los obispos, y a la espera del encuentro con el Papa del próximo 28 de noviembre, que Omella tampoco citó en su discurso. Tres elefantes (amnistía, visita a Roma y la auditoría de Cremades) en la sala de la Plenaria. “Cristo nos está llamando a ser inteligentes y perspicaces en la forma en que abordamos los desafíos del momento”, subrayó, invitando a ejercer “astucia o prudencia, que no ha de ser entendida como equidistancia” para “construir puentes en lugar de muros, a sanar en lugar de herir”.

“En este tiempo de división y polarización social, invito de corazón a todo el pueblo de Dios a que permanezcamos más unidos que nunca”, clamó el cardenal de Barcelona, quien insistió en que “la división socava la armonía, debilita la resistencia y dificulta la consecución de metas comunes”.

“Nos enfrentamos a desafíos significativos, y la única manera de superarlos es trabajando juntos como un solo cuerpo, una única voz”, añadió, señalando que “la unidad no significa  la ausencia de discrepancias, sino la voluntad  de  abordar  las diferencias con respeto y empatía, buscando siempre el bien común”.

Sobre el tercer elefante en la habitación, la auditoría de Cremades, tampoco hubo una sola palabra por parte de Omella quien, no obstante, sí fue sumamente duro con el informe del Defensor del Pueblo. En concreto, con la encuesta encargada a GAD3 y las extrapolaciones de datos, que hablan de 440.000 víctimas de abusos por parte del clero en España.

Difamación pública

“Nos sentimos obligados a manifestar el dolor, y el malestar que hemos sufrido ante la difamación pública causada por una intencionada y errónea extrapolación realizada por algunos medios de comunicación”, criticó el purpurado. “Expresamos nuestra intensa decepción por la citada extrapolación y por la dudosa fiabilidad de los resultados presentados de dicha encuesta”, continuó Omella.

“¿Qué finalidad hay detrás de este disparate?”, se preguntó el presidente de los obispos, quien tildó de “inaceptable” la extrapolación, y sentenció: “Hemos revisado la información sobre la referida encuesta que aporta el Defensor del Pueblo en su informe y, francamente, nos resulta imposible confiar en la veracidad y fiabilidad de tales resultados”.

Reparación integral a las víctimas

Pese a ello, el líder de la Iglesia española reiteró que “nuestra lucha contra toda clase de abusos debe continuar sin cesar”. De hecho, en esta Plenaria, y al margen de la auditoría de Cremades, la CEE presentará un plan de reparación integral de las víctimas, que por primera vez incluirá el resarcimiento económico y que, en principio, debía ser parte de un informe, el de Cremades, que en el seno del Episcopado nadie espera.

En todo caso, Omella manifestó “sin ambages la vergüenza y la pesadmbre” de la pederastia clerical, y “nuevamente pedimos perdón a todas las personas que han sufrido debido a estas execrables acciones, especialmente a las víctimas y sus familias. No hay palabras suficientes para expresar cuánto lamentamos su dolor, así como la traición cometida por parte de algunos miembros de nuestras comunidades”.

“Nos mostramos plenamente dispuestos a escuchar, apoyar, reparar y ofrecer la ayuda que necesiten para sanar las heridas”, incidió Omella, quien se comprometió a “trabajar juntos para construir una Iglesia más justa, segura y compasiva, donde cada persona sea amada, valorada y respetada”.

2023 - Discurso Cxxiii Asamblea Plenaria by Jesús Bastante on Scribd