(Vatican News).- “Me siento muy mal por lo que está pasando en mi país, pero intento aportar y ayudar como pueda”. Lo dice Pavlo Komarnytskyy, mientras Yurii Yuziuk está al volante de la furgoneta negra. Ya van por Hungría, de regreso de Siret, en la frontera entre Rumania y Ucrania. Con ellos algunas familias, una de ellas se queda en Italia. En realidad, estos dos jóvenes ucranianos se unieron a una misión que comenzó en la parroquia de Santa Teresa de Jesús, de la Diócesis de Getafe. Ya junto a la diócesis, los parroquianos, fieles greco-católicos ucranianos, habían comenzado a recoger ayuda para sus compatriotas. Pero, además -razón de peso-, porque su vicario parroquial, el padre Andriy Stefanyshyn, que pocos días antes del estallido de la guerra había viajado en busca de su familia, quedó atrapado en Ucrania y no ha podido salir.
La travesíade Pavlo y Yurii no habría sido posible sin la ayuda de Enrique Arnao, parroquiano de la iglesia de Santo Cristo de la Misericordia, también de Getafe, sobre todo, por ser el dueño de la furgoneta. Para Arnao era importante traer a varias familias que serían recibidas en la parroquia, pero necesitaba un conductor. Y la alianza fue esa, la de llevar una carga material y traerse un tesoro humano, vidas que salvar.
“Pedí permiso en el trabajo y Yurii se ofreció a acompañarme”. Enrique se fue en avión y se encontraron en la ciudad rumana de Cluj. Desde allí el trio llegó hasta Siret, actualmente uno de los pasos más importantes de refugiados ucranianos hacia Rumania. “Allí, con las instrucciones de un grupo de rumanos voluntarios que nos ayudaron y alojaron pasamos toda esa ayuda a sus furgonetas - porque yo no puedo pasar por la frontera- y ellos la llevaron ya a Ucrania a las ciudades que lo necesitan”, explica Pavlo.
Al final, después de recorrer más de 10 mil kilómetros, sin parar, sino para cargar gasolina, los jóvenes ucranianos emprendieron el regreso, primero con una familia de cinco personas, a las que se sumaron otras, 12. En total, demasiadas para una furgoneta. Madre y niños, en avión, otros en autobús, y otros con Pavlo y Yurii. Al momento de publicar este artículo, deben estar muy cerca de Madrid, después de haber dejado a una familia de ucranianos en Italia.
“Ahora los ucranianos estamos más unidos que nunca – afirma Pavlo - o sea, ya no hay ningún partido político ni nada. Ahora mismo, solamente hay un país y nosotros intentamos seguir ayudándoles para ganar esta guerra, para que Ucrania sea, vamos, independiente y punto”.
Caritas Getafe prepara la acogida de refugiados
La Cáritas de la diócesis de Getafe y las demás que pertenecen a la arquidiócesis de Madrid, se están organizando para enviar ayuda hasta Ucrania o a sus fronteras, pero también para recibir a los refugiados. Juan Prado, director de Cáritas Getafe explica a Vatican News que además de la colecta de recursos materiales, medicinas o alimentos, en la parroquia de Santa Teresa de Jesús se está realizando la recaudación de fondos a través de la cuenta bancaria diocesana y organizando la acogida de refugiados.
“El principal proyecto que se va a llevar a cabo -explica Prado - es la puesta en marcha del primer centro de acogida de refugiados en el sur de la Comunidad de Madrid. Será un lugar de paso, de primera acogida para poderlos reubicar en otros en otros alojamientos de larga estancia”. Además -agrega - se está trabajando en una mesa conjunta con las diferentes delegaciones, incluida la delegación de Migraciones y Cáritas Diocesana Getafe, para establecer todos los protocolos de acogida y para que los refugiados puedan ser integrados en la vida diaria, es decir, que los niños pueden ir a colegios y las familias pueden trabajar y desarrollar una vida lo más normal posible.
El director de Cáritas Getafe subrayó la importancia de canalizar la ayuda a través de las Cáritas diocesanas, un llamado que ha hecho la Conferencia episcopal española (CEE), teniendo en cuenta que Cáritas España ya tiene en Ucrania y en los países colindantes proyectos desde hace años y, desde allí, se está acogiendo a los refugiados de esta emergencia.
“Por último, – nos comenta Prado - es lo más importante, invita a orar por el final de esta guerra, por sus víctimas y por la paz como va a hacer la Diócesis de Getafe, el día 19 de marzo, y la vigilia que se ha convocado en el Cerro de los Ángeles.