"Esta 'fiebre sinodal' no es nueva", subraya el cardenal ante un aula magna medio vacía Rouco, en el CEU: "La Iglesia no desaparecerá nunca, esperemos que España tampoco lo haga"
El purpurado hizo un repaso de los 25 años del Congreso Católicos y Vida Pública, y de qué significa ser "católico, que es ser de Cristo, pero en la Iglesia", ante un auditorio sin obispos y con muy pocos curas
"El pontificado de Juan Pablo II fue un milagro", recordó el purpurado, lamentando la "anarquía postconciliar" que tuvo que vivir Pablo VI, quien, en su opinión, "fue un martirio"
"Don Antonio es un símbolo de una generación de obispos que se nos está yendo, una generación que ya no existe, que ya no volveremos a ver", recalcó su presentado, José Francisco Serrano
"Don Antonio es un símbolo de una generación de obispos que se nos está yendo, una generación que ya no existe, que ya no volveremos a ver", recalcó su presentado, José Francisco Serrano
"Don Antonio es un símbolo de una generación de obispos que se nos está yendo, una generación que ya no existe, que ya no volveremos a ver". Perfectamente flanqueado por el presidente de la ACdP, Alfonso Bullón de Mendoza, el director del Congreso, Rafael Sánchez Saus; y el periodista de cabecera del purpurado, José Francisco Serrano (encargado de pronunciar la 'laudatio' del conferenciante, y responsable de la frase que arranca este artículo), el cardenal Rouco Varela presentó el XXV Congreso Católicos y Vida Pública, que estuvo en los orígenes de esta iniciativa que cumple sus bodas de plata.
Y lo hizo en una sala medio vacía, algo extraño teniendo en cuenta que la ACdP se está volcando en este congreso y en lo que significa. Ningún obispo, y muy pocos sacerdotes acompañaron a Rouco Varela, en lo que cada vez parece más un síntoma de que las cosas, al fin, están cambiando en Madrid. Pese al panegírico de Serrano, todo hay que decirlo. "Yo lo único que le pido al Señor es que seamos dignos herederos de ese legado, de esa forma de ser cristianos en una sociedad, de ser católicos en la vida pública", culminó.
"No le hagan caso", sonrió Rouco Varela tas las palabras de "Paco", y arrancando con una precisión, de titular: "La fiebre sinodal que vivimos ahora no es nueva", incidió el purpurado, recordando los sínodos de la Iglesia holandesa y sus 'veleidades' progresistas, y la respuesta de un eclesiástico 'de orden'. "Dejadme una tarde ser Papa y arreglo todo esto".
Centrándose en su conferencia, Rouco quiso recordar "cómo nació, y para qué" este Congreso Católicos y Vida Pública, y recalcando que "Europa no se entiende sin España", un país "decisivamente universal" que, en los años 90, cuando se crea esta iniciativa, vivía en una encrucijada.
Pero ¿qué es ser cristiano? "Eso es una gran cuestión, que ha preocupado el pensamiento teológico de la primera mitad del siglo XX". "Ser católico es ser de Cristo, en la Iglesia", aseguró, y que "quieren que Cristo les lleve a la salvación". A partir de ahí, "hablar de cómo se es cristiano en este mundo", en una sociedad "laica, incluso laicista, como la de hoy", resulta "un reto intelectual que nos desborda claramente".
"La revolución del 68 nos hizo la vida muy difícil"
"La revolución del 68 nos hizo la vida muy difícil", recordó Rouco, haciendo un repaso del último siglo en la Europa de las dos guerras mundiales, el surgimiento del comunismo o el pesimismo existencial de Sartre. El otro momento decisivo, en opinión del purpurado, fue la caída del Muro de Berlín, en noviembre de 1989.
"La Iglesia no desaparecerá nunca, esperemos que España tampoco lo haga, pero sí vivió momentos de dificultad a finales de los años 80 y 90", recalcó Rouco, quien advirtió que "los políticos también tienen que salvar su alma", y lamentó las apreciaciones "alicortas y de poco futuro" de algunas propuestas políticas, entonces y ahora.
"El pontificado de Juan Pablo II fue un milagro"
"Católicos dispuestos a vivir la verdad", pidió Rouco Varela, tanto en la familia como en la política, la vida pública y la universidad. "El pontificado de Juan Pablo II fue un milagro", recordó el purpurado, lamentando la "anarquía postconciliar" que tuvo que vivir Pablo VI, quien, en su opinión, "fue un martirio".
Wojtyla trajo "un entusiasmo de la religiosidad en el mundo". Después, cayó el Muro. "¿Qué más queremos?", añadió Rouco, quien evocó la "victoria desbordante" del PSOE, días antes de la histórica visita de Juan Pablo II a España en 1982. En ese contexto, años después, la ACdP ("ya no 'Nacional'") puso en marcha los Católicos y Vida Pública. "Católicos y Vida Pública estuvo siempre atento a la doctrina de la Iglesia", culminó, antes de un breve turno de preguntas en el que algunos mostraron su temor a que la Europa de los cimientos cristianos desaparezca, con la imposición de teorías "de género y no de género".
"Piensen hablen, construyan, no impongan", pidió Rouco Varela, "toda una visión del orden y de la vida". "Una Europa decrépita tiene el futuro malo. El problema del matrimonio y de la familia son importantísimos".