Rafael Vez y Antonio Casado lamentan que el nuncio no se haya interesado por ellos Los curas ‘apestados’ de Zornoza: “Es peor que si me hubiera muerto, es como si no existiese”
Ambos sacerdotes, suspendidos cautelarmente por distintos motivos, lamentan el trato que reciben del obispo y muestran su tristeza por el hecho de que el nuncio no les hubiese llamado para preocuparse por su situación durante su reciente estancia en Cádiz
Según sus testimonio, el obispo ha prohibido al resto de sacerdotes dirigirles la palabra y tener contacto con ninguno de los dos, una situación que les está afectando psicológicamente
“Es nuncio, pero también obispo y ya le han dicho que yo sigo siendo sacerdote, a pesar del intento del obispo por lograr mi secularización, que no coló. Realmente me resulta increíble que el nuncio haga como que no se entera”, dice Antonio Casado
“Me hubiera gustado hablar con él, pero cuando hay este tipo de problemas, con el último con el que se habla es con el acusado. Mis abogados le comunicaron mi situación al nuncio, pero en estos casi 700 días que llevo, no he recibido ninguna carta de él”, afirma Rafael Vez
“Es nuncio, pero también obispo y ya le han dicho que yo sigo siendo sacerdote, a pesar del intento del obispo por lograr mi secularización, que no coló. Realmente me resulta increíble que el nuncio haga como que no se entera”, dice Antonio Casado
“Me hubiera gustado hablar con él, pero cuando hay este tipo de problemas, con el último con el que se habla es con el acusado. Mis abogados le comunicaron mi situación al nuncio, pero en estos casi 700 días que llevo, no he recibido ninguna carta de él”, afirma Rafael Vez
Cinco años de proceso después, varias cartas escritas a la Nunciatura dando cuenta de su situación, que considera “de castigo” por parte del obispo, y una respuesta del nuncio señalando que estaba enterado de su situación, Antonio Casado, cura de la diócesis de Cádiz que se ha visto obligado a vivir en la sacristía de una ermita que él mismo ayudó a reconstruir hace varios años, esperaba que Bernardito Auza se hubiese puesto en contacto con él durante su reciente visita a Cádiz, donde sí mantuvo varios encuentros con Rafael Zornoza, el titular de la sede andaluza.
Casado se enteró por los periódicos de la estancia gaditana del representante diplomático del Papa en España, y le hubiese gustado que se hubiese interesado por su situación. “Por lo menos para ver cómo estoy. Es nuncio, pero también obispo y ya le han dicho que yo sigo siendo sacerdote, a pesar del intento del obispo por lograr mi secularización, que no coló. Realmente me resulta increíble que el nuncio haga como que no se entera”.
700 días sin noticias del nuncio
También le hubiese gustado encontrarse con el representante pontificio a Rafel Vez, otro sacerdote gaditano que, al igual que Casado, lleva varios años suspendido cautelarmente, a pesar de que la sentencia canónica dice que no observa razones tras finalizar el proceso para esa medida. “Supe de la visita del nuncio al día siguiente de haber venido para participar en el V Centenario de la Vuelta al Mundo”, señala a RD. “Me hubiera gustado hablar con él, pero cuando hay este tipo de problemas, con el último con el que se habla es con el acusado. Mis abogados le comunicaron mi situación al nuncio, pero en estos casi 700 días que llevo, no he recibido ninguna carta de él”.
“Tanto lo del sacerdote Antonio Casado como lo mío es esperar, tener paciencia, porque parece que se está esperando a que termine el pontificado de Zornoza para resolver el asunto. Porque se ha ralentizado mucho una cuestión judicial, hemos intentado un acercamiento con una actitud de diálogo, pero no ha querido, y está resultando muy agotador psicológicamente y también económicamente, porque me ha quitado los complementos diocesanos que tenía y vivo con la aportación de la Conferencia Episcopal y en una habitación de la casa parroquial, con los libros en cajas, lo mismo que la mayor parte de la ropa, porque ha intentado echarme también de allí”.
"Es una condena sin que haya sido condenado"
“Es un castigo, una condena sin que haya sido condenado”, añade con amargura el sacerdote, que ha visto como el propio tribunal eclesiástico de la Diócesis de Cádiz ha denegado la “demanda de expulsión del estado clerical” que pidió para él el obispo, argumentando que esa pena canónica “no responde a ninguno de los supuestos delitos invocados” y que, “encontrándonos en la finalización del período de instrucción y habiéndose practicado las pruebas solicitadas, no resulta procesalmente conveniente la dilatación de lo actuado” para “evitar innecesariamente mantener las medidas cautelares que pesan sobre el acusado”.
Pero si el tribunal diocesano no dictó sentencia acusatoria, sí parecen haberlo hecho muchos antiguos compañeros sacerdotes de Rafel Vez, a los que, según él, el obispo les ha prohibido dirigirle la palabra. “Es peor que si me hubiera muerto, es como si no existiese. Sobrevives con las visitas de los conocidos que te animan y acompañan, gente que te encuentra en la calle y te preguntan cómo voy con todo este asunto… Yo intento rezar y no pensar en esto, porque si no, ves la mala acción del obispo y los que le rodean y la inquina que hay por algo que deberían haber denunciado todos”.
Críticas al ecónomo y al obispo
Y eso que deberían haber “denunciado todos” es lo que le ha llevado a la actual situación no solo de ‘ostracismo eclesial’, sino de estar suspendido de todas sus funciones ministeriales. Fueron sus críticas en las redes sociales a algunas disposiciones del obispo Zornoza las que le han llevado a esta situación, críticas que no sostienen una sanción canónica, como la que pretende el pastor gaditano, tal y como ha dictaminado el tribunal eclesiástico, pero que sí conlleva la condena personal del obispo, y que está causando una seria mella psicólogica en el sacerdote.
El 14 de septiembre de 2020, Rafael Zornoza presentó una querella contra el expárroco de Conil Rafael Vez aduciendo que el presbítero demandado había transgredido la ley canónica por los siguientes motivos: crimen de falsedad, desobediencia contra la autoridad eclesiástica, impedir o condicionar la libertad y el ejercicio de la potestad o ministerio, por suscitar aversión u odio en los súbditos contra el Ordinario e inducirles a desobediencia.
Rafael Vez había hecho comentarios en su muro de Facebook sobre determinadas actuaciones del ecónomo y del obispo que consideraba “que no eran evangélicas” y que fueron igualmente difundidas por numerosos medios de comunicación y en las redes sociales, lo que fue visto por el obispo como un ataque personal y mediático a su figura y labor apostólica.
Distinto y más complejo, pero igual de sangrante por el abandono en el que se encuentra en la actualidad, es el caso de Antonio Casado. Siendo misionero diocesano en Guindea Ecuatorial, adoptó a un pequeño de dos años abandonado por sus padres, con el que al final regresaría a la península. Párroco de la muy rica iglesia del Divino Salvador de Vejer, con numerosos ingresos por la gestión de bienes y tierras que habían ido recibiendo en herencia la parroquia, se le ha acusado de haber usado importantes cantidades de dinero para cuestiones personales. No lo niega el sacerdote suspendido cautelarmente, que aduce que han ido fundamentalmente para pagar extorsiones en Guinea Ecuatorial a cuenta de la adopción de su hijo, hoy ya un joven.
Según informó el Diario de Cádiz, “los que le acusan, que son la cúpula del actual Obispado, no le creen. La Guardia Civil, tampoco. Creen que se apoderó de ese dinero y llevó una doble vida. Sin embargo, el obispado no ha denunciado los hechos ante la justicia civil y se ha limitado a abrirle un proceso canónico”. Quien sí le ha denunciado ha sido el sacerdote al obispo ante los tribunales civiles porque ”inmatriculó unos bienes de la parroquia en la que yo estaba”.
Cinco años después, sigue el calvario del sacerdote, cuyo caso canónico está recurrido en la Rota. Expulsado del obispo en todas las casas en las que ha ido viviendo con su hijo, ahora malvive en una sacristía en una ermita que no reúne las condiciones adecuadas. El día que habló con RD estaba tramitando ante la Agencia Tributaria la “ayuda de 200 euros para personas físicas de bajo nivel de ingresos y patrimonio”.
También él se lamenta del trato recibido por el obispo y de que “en las reuniones de arciprestes haya prohibido a los curas que hablen conmigo”. “Es pura maldad”, apunta desesperado. “Machaca, porque no puede decir que yo me he equivocado. Pero voy a resistir. Gracias a Dios tengo fuerzas para resistir”, señala en lo que parece un ejercicio de autoafirmación.
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