Getafe, Palencia, Valladolid, Astorga, Valencia, Vitoria... símbolos de la Iglesia en salida Las diócesis españolas responden y comienzan a movilizar sus recursos para frenar la pandemia
Buenas iniciativas, que suman, que predican y dan trigo, y que nos acercan a una Iglesia más samaritana, que se mancha las manos con su pueblo, que sufre y siente miedo, necesita cobijo y respuestas. Una auténtica Iglesia en salida
Seminarios, casas, albergues, centros de espiritualidad, líneas telefónicas... todo es poco para ayudar a quienes más lo necesitan
La Iglesia española puede, y debe, contribuir a la lucha contra el coronavirus. Con sus campanas sonando en solidaridad con los sanitarios y enfermos, con sus hospitales, con la ayuda espiritual de sus sacerdotes y religiosos, con el impagable trabajo de tantos profesionales y voluntarios en hospitales, residencias, comedores... y dando muchos pasos más, como la institución relevante que sigue siendo en nuestra sociedad.
Son muchas cosas las que se pueden hacer, como reseñábamos ayer. Algunas diócesis, como Valencia o Vitoria, se adelantaron a los acontecimientos, y pusieron a disposición de las Administraciones todos sus recursos materiales y personales, antes incluso de que muchos entendieran la magnitud de la tragedia del coronavirus. Otras muchas están empezando a ir más allá de los gestos, y ofrecer una ayuda concreta y dinámica.
Atención telefónica en Getafe
Así, la diócesis de Getafe (que está sufriendo en carne propia la situación en Valdemoro, uno de los principales focos de infección), ha puesto en marcha un servicio de atención telefónica a través del cual los familiares de personas ingresadas en los hospitales de la zona sur de la Comunidad de Madrid podrán contactar con los capellanes de estos centros.
Estas personas podrán llamar al teléfono 672 311 794. Indicando los datos del enfermo, el centro hospitalario en que se encuentra ingresado y el número de habitación, en caso de que lo sepan, el capellán correspondiente le visitará para atenderle espiritualmente.
Este servicio funciona para personas ingresadas en los hospitales Universitario, Puerta del Sur y Rey Juan Carlos (Móstoles), Severo Ochoa (Leganés), Universitario (Getafe), Fundación y Quirón Sur (Alcorcón), Hospital del Tajo (Aranjuez), Universitario y Ente Público Hospital (Fuenlabrada), Infanta Cristina (Parla) e Infanta Elena (Valdemoro), donde hay presencia de capellanes.
Las familias también podrán solicitar a través de esta vía el acompañamiento del sacerdote en el hospital. Con este sistema, la Diócesis pretende que todas las personas que están pasándolo mal a causa de la enfermedad puedan sentir el aliento de la Iglesia, para llevarles un mensaje de esperanza.
Palencia y Valladolid, con las personas sin hogar
Por su parte, el Obispado de Palencia apuesta por la atención a las personas sin hogar, uno de los colectivos más vulnerables, que no tienen casa en la que confinarse. Así, y atendiendo a la solicitud planteada desde el Ayuntamiento palentino, el obispo Manuel Herrero ha puesto a disposición de Cáritas el Seminario Menor Diocesano, para que sea utilizado como centro de acogida mientras dure el estado de alarma por el coronavirus.
Este centro comienza a funcionar hoy mismo, y dispondrá de 30 plazas para los sin techo reforzando el programa para Personas Sin Hogar que se desarrolla de manera habitual en el centro Nuestra Señora del Otero. Desde la diócesis agradecen el esfuerzo realizado por el personal del Obispado y muchos voluntarios para que el Seminario Menor esté dispuesto para ser usado en un tiempo record.
#LaCaridadNoCierra es la etiqueta que Cáritas está utilizando en las redes sociales en estos días en que el estado de alarma al que ha abocado la propagación del coronavirus ha obligado a suspender misas, pero no la labor caritativa de la Iglesia católica. La archidiócesis de Valladolid, consciente de la envergadura del problema, ha decidido complementar la labor de acompañamiento que llevan a cabo sus sacerdotes y voluntarios, con el ofrecimiento de dos de sus edificios más emblemáticos: el Centro Diocesano de Espiritualidad (calle Santuario) y el Seminario Diocesano.
Desahuciados de sus pensiones u hoteles
En el primero de los casos, las cincuenta habitaciones con que cuenta el centro se han puesto a disposición de la Consejería de Sanidad para lo que sea necesario en los próximos días, mientras que su albergue (con literas), lo gestionará Cáritas Diocesana para acoger a las familias que puedan ser objeto de desahucio o que hayan tenido que dejar sus pensiones u hoteles.
De forma paralela, Cáritas está habilitando (con premura y con las dificultades que entraña el cierre de comercios para el acopio de sábanas, toallas, colchones, etc.) las plantas segunda y tercera del Seminario Diocesano. La finalidad es albergar a aquellos sin techo que sufren un mayor deterioro y presentan problemas añadidos como la drogadicción, el alcoholismo o la enfermedad mental.
Tal y como explica el delegado de la entidad, Luis Miguel Rojo, los trabajadores de Cáritas “se están volcando” en una iniciativa que persigue evitar que las personas sin hogar más vulnerables estén en la calle. No se trata solo de prevenir posibles contagios, sino de proporcionarles cobijo. Por sus diferentes situaciones, la veintena de albergados precisará, además de tres comidas diarias, de una atención constante, por lo que Cáritas está también “reclutando” voluntarios formados que no sean de edad avanzada.
Las personas sin hogar permanecerán instaladas en una de las plantas del Seminario, en habitaciones individuales con baño, aunque el propósito es habilitar el segundo piso por si fuera necesario algún aislamiento ante posibles contagios por el coronavirus.
Hacer la compra a los ancianos
Desde la diócesis de Astorga se ha puesto en marcha, en Ponferrada, el proyecto Custos, una iniciativa de la Delegación de Pastoral Vocacional y el Seminario Menor de la capital berciana mediante la que jóvenes voluntarios, la mayor parte de ellos universitarios, ayudarán a las personas mayores o impedidas a comprar alimentos y medicamentos. Con esta medida, la Diócesis busca dar respuesta a la “situación de alarma social” desencadenada por la expansión del coronavirus Covid-19 y colaborar con unos colectivos que forman parte de la población de riesgo y que estos días tienen limitaciones para desarrollar su actividad habitual.
No sólo las diócesis, sino muchas congregaciones, también aportan su granito de arena. Como muestra, un botón: los Amigonianos han puesto a disposición del Gobierno las 189 camas disponibles en sus casas situadas en Málaga, Navarra y Valencia para que las personas afectadas por el Covid-19 puedan recibir atención sanitaria allí, mostrando así el compromiso total de la Congregación ante esta situación de crisis sanitaria.
En la provincia de Málaga, se ha ofrecido al Gobierno la casa de Villa Betania, en la población de Benagalbón, que dispone actualmente de 9 camas. En Navarra, la congregación ha puesto a disposición de las autoridades la Residencia Lagún Etxea, situada en Mutilva Baja, y que está dotada de 20 camas.
Además, se ha facilitado el uso de nuestra casa del Seminario San José de Godella (Valencia) que dispone de 160 camas, repartidas entre las 68 que hay en la Casa de Espiritualidad y las 92 existentes en el Albergue de la casa.
Buenas iniciativas, que suman, que predican y dan trigo, y que nos acercan a una Iglesia más samaritana, que se mancha las manos con su pueblo, que sufre y siente miedo, necesita cobijo y respuestas. Una auténtica Iglesia en salida.