Desastrosa gestión de los datos de pederastia clerical por parte de la CEE Los obispos continúan moviendo sus cifras de abusos: ahora reconocen 1.057 casos
En otra versión en diciembre, el número de abusadores contabilizados fue de 806, 251 menos que la nueva edición
De ese millar, 428 se registraron en diócesis y provincias eclesiásticas; 613 en institutos religiosos; uno en institutos seculares y 15 en otras instituciones específicas de la Iglesia
“Nos hemos esforzado y estamos en ello” y con “transparencia” para “cambiar nuestra cultura” con una “voz de esperanza” y teniendo en cuenta “la centralidad de la víctima y la escucha”
“Nos hemos esforzado y estamos en ello” y con “transparencia” para “cambiar nuestra cultura” con una “voz de esperanza” y teniendo en cuenta “la centralidad de la víctima y la escucha”
| RD/Servimedia
La Conferencia Episcopal Española (CEE) eleva a 1.057 casos el número de abusadores sexuales en el ámbito eclesial. De ese millar, 428 se registraron en diócesis y provincias eclesiásticas; 613 en institutos religiosos; uno en institutos seculares y 15 en otras instituciones específicas de la Iglesia.
Así lo corroboró este miércoles Servimedia en la reciente actualización del informe ‘Para dar luz’, que incluye datos propios de la CEE además de informes como el del Defensor del Pueblo y el encargado por la conferencia al bufete Cremades & Calvo Sotelo e investigaciones de ‘El País’. En otra versión en diciembre, el número de abusadores contabilizados fue de 806, 251 menos que la nueva edición.
Según el informe, que los propios prelados consideran un documento “vivo” y en continua actualización, los 1.057 casos registrados responden a un “estudio minucioso”. Así lo concretan en varios apartados en los que incluyen los 155 casos probados (73 de diócesis, 78 de institutos religiosos y cuatro de otras instituciones eclesiales); 203 casos “no probados pero verosímiles” (29 de diócesis, 173 de institutos religiosos y uno de otras instituciones específicas); 60 casos en investigación en curso (43 en diócesis, 15 en institutos religiosos y dos en otras instituciones específicas); 366 casos no probados (138 en diócesis, 223 en institutos religiosos, uno e institutos seculares y cuatro en otras instituciones); además de 121 casos “no imputables a esa institución” (119 en diócesis y dos en institutos religiosos); 95 casos excluidos del ámbito subjetivo u objetivo de este estudio (24 registrados en las diócesis, 67 en institutos religiosos; cuatro en otras instituciones) y tres casos con denuncias falsas o manifiestamente infundadas.
A ello hay que añadir que “algunos casos (54), están pendiente de estudio para su clasificación en alguna de las categorías con las que trabaja este informe”.
Estos datos se refieren a casos registrados de abusadores desde los años cuarenta del siglo pasado en el ámbito eclesial, lo que puede derivar en un número de víctimas superior, ya que en ciertos perfiles un agresor puede reincidir.
Respecto a los datos de diciembre, en aquella actualización de ‘Para dar luz’, el desglose de la cifra global de casos de agresores fue de 806. De ellos, 413 casos se registraron en diócesis y provincias eclesiásticas (de los que “112 se refieren a órdenes y congregaciones religiosas y los casos imputables a ellas, aunque hubiere intervenido e informado la diócesis”); 13 de la Prelatura de la Santa Cruz y Opus Dei; 369 casos de institutos religiosos; uno de institutos seculares y 10 de otras instituciones específicas de la Iglesia.
El esfuerzo de la Iglesia seguirá siendo conocer todos los casos para ayudar a sanar su dolor y poner los medios para que no pueda volver a pasa
Según el documento más reciente, de 964 páginas en la versión consultada por Servimedia, los datos “nunca serán definitivos”. “Aunque estimemos que, cruzando los diversos informes, se ha llegado a conocer la realidad de en torno a un millar de casos de abusos cometidos en ámbitos eclesiales, es importante tener en cuenta que otros episodios de abusos tuvieron lugar hace demasiado tiempo para que hayan podido salir a la luz o que, directamente, algunas víctimas no quieren contar su caso. El esfuerzo de la Iglesia seguirá siendo conocer todos los casos para ayudar a sanar su dolor y poner los medios para que no pueda volver a pasar”, se lee.
En la versión del 19 de diciembre de 2023, se alcanzaron las 1.039 páginas y una referencia al citado informe Cremades: “El informe presentado a la CEE por el despacho Cremades & Calvo Sotelo el pasado día 16 de diciembre, concluye un total de 1.383 denuncias siendo indeterminado el número de personas victimarias". "Sin embargo, el análisis de la totalidad de los grupos analizados nos lleva a afirmar que el número total de denuncias con arreglo a la metodología indicada asciende a 1.302 denuncias. Al mismo tiempo, el hecho de añadir las 305 denuncias recibidas desde el Dicasterio para la Doctrina de la Fe a las ya comunicadas por las diócesis y congregaciones, hace pensar que muy posiblemente esas denuncias están duplicadas porque, desde 2001, las denuncias recibidas en diócesis y congregaciones se comunican a dicho Dicasterio. En referencia al número de víctimas, de las denuncias se deducen un mínimo de 2.056 víctimas", reportaron entonces los obispos.
La nueva cúpula del Episcopado protagonizó un gesto con víctimas de abusos eclesiales el pasado martes. El presidente y vicepresidente de la Conferencia Episcopal Española, el arzobispo Luis Argüello y el cardenal José Cobo, respectivamente, saludaron a víctimas de abusos que se manifestaban en la puerta de la sede episcopal en Madrid mientras los prelados celebraban la Asamblea Plenaria.
Cobo trasladó a la prensa pocos minutos después de asumir su nueva responsabilidad y del citado saludo que en los últimos años la Iglesia ha impulsado “una línea” en el abordaje de los abusos. “Nos hemos esforzado y estamos en ello” y con “transparencia” para “cambiar nuestra cultura” con una “voz de esperanza” y teniendo en cuenta “la centralidad de la víctima y la escucha”, al margen de los datos, dijo.
“Seguiremos quedando con ellos, como con todas asociaciones, para que haya un diálogo fluido, lo estamos aprendiendo”, aseveró el cardenal tras el saludo que protagonizó junto al nuevo presidente de la CEE.