La CEE presenta unas ‘Orientaciones’ para evitar más sacerdotes “showman” Los obispos admiten su falta de control ante posibles “misas ficticias” usando la Inteligencia Artificial
“Para nosotros, no entra en la cabeza que un sacerdote haga esto. Y si no lo es, no tiene ningún valor, porque hablamos de presencialidad, y lo que tienen que ver tus ojos es la presencia de un sacerdote celebrando. Lo otro es sospechoso, es poco de fiar”, apunta Lorca Planes
Lemos: "Quien oficie debe contar con el plácet o el conocimiento de la delegación episcopal de Liturgia y de los medios de cada diócesis. Obviamente, lo primero que tiene que saber es qué cura lo celebra, porque puede haber ‘curas vaqueros’ que vayan por su cuenta”
“Imaginen que el Papa da la bendición urbi et orbi con indulgencia plenaria en Navidad. Yo grabo esa bendición y me la pongo 300 veces. Esta una bendición que nos llega a través de los medios, pero solo vale para una vez. No es una telenovela, que se retransmite y se puede ver en cualquier momento”
“Imaginen que el Papa da la bendición urbi et orbi con indulgencia plenaria en Navidad. Yo grabo esa bendición y me la pongo 300 veces. Esta una bendición que nos llega a través de los medios, pero solo vale para una vez. No es una telenovela, que se retransmite y se puede ver en cualquier momento”
Imaginen una misa, retransmitida por internet, con fieles, altar…. Y que sea completamente falsa. Es posible, hoy, gracias a la Inteligencia Artificial. Pero, ¿qué valor tiene? Ninguno. “Ahora la imaginación es tremenda y puede haber todas las posibilidades”, lamentó el obispo de Cartagena-Murcia y presidente de la Comisión Episcopal para las Comunicaciones Sociales, José Manuel Lorca Planes.
A su lado, el obispo de Ourense y presidente de la Comisión de Liturgia, Leonardo Lemos, sí mostró que “todo lo que se refiere a IA es un reto para nosotros”, durante la presentación de las ‘Orientaciones sobre las retransmisiones de celebraciones litúrgicas’, documento aprobado en esta Plenaria y que será público en breve.
Un texto que busca evitar la presencia de “sacerdotes showman” que “editan, se graban, hacen las lecturas, la homilía, la colecta…” planteó Lorca Planes.
“Puedes perfectamente suplantar a una persona, incluso utilizar la misma voz que tenía la persona”, añadió. “Para nosotros, no entra en la cabeza que un sacerdote haga esto. Y si no lo es, no tiene ningún valor, porque hablamos de presencialidad, y lo que tienen que ver tus ojos es la presencia de un sacerdote celebrando. Lo otro es sospechoso, es poco de fiar”.
No a los sacerdotes "showman"
En el texto, apuntó Lemos, “no lo hemos tocado de manera directa, pero sí indirectamente”. Y es que “la posibilidad de un sacerdote ficticio, una homilía, una eucaristía ficticia están a la orden del día”. Por ello, es preciso, y así se recoge en las ‘Orientaciones’ que “allí donde se celebre la Eucaristía y se retransmita, haya una autorización. Quien oficie debe contar con el plácet o el conocimiento de la delegación episcopal de Liturgia y de los medios de cada diócesis. Obviamente, lo primero que tiene que saber es qué cura lo celebra, porque puede haber ‘curas vaqueros’ que vayan por su cuenta”, lamentó.
Es preciso, entonces, “evitar que un sacerdote se convierta en un ‘showman’ que haga la retransmisión, las lecturas, todo”, planteó Lemos, quien también advirtió contra las celebraciones que quedan grabadas, de modo que cualquiera, en cualquier momento, pueda volver a visionarlas. Y, tal vez, a sentir que el sacramento vuelve a celebrarse. “Sería interesante que después de emitirla, se ‘borre’. El misterio acontece aquí y ahora”, clamó el obispo de Ourense, poniendo un ejemplo gráfico. “Imaginen que el Papa da la bendición urbi et orbi con indulgencia plenaria en Navidad. Yo grabo esa bendición y me la pongo 300 veces. Esta una bendición que nos llega a través de los medios, pero solo vale para una vez. No es una telenovela, que se retransmite y se puede ver en cualquier momento”.
Equilibrio tras la pandemia
“Conviene buscar un equilibrio”, señalaron ambos obispos en la presentación del documento, que busca dar respuestas a una realidad que surgió, con fuerza, durante la pandemia, y que busca “que las celebraciones sean dignas y se puedan hacer con las mejores condiciones”.
El documento cuenta con seis puntos, y una conclusión, y aconseja, entre otras cuestiones, que se destierre la idea de que la misa “es un espectáculo”. “Aconsejamos que estas celebraciones se hagan desde un espacio sacro, no desde una sala (…), que haya una ‘presencialidad virtual’”. Y “conservar el misterio”. Algo cada vez más difícil en estos tiempos.
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