El Papa pide en el ángelus que la Virgen "abra el corazón" de los líderes de Nicaragua Francisco: "No puedo no recordar con preocupación al obispo de Matagalpa, Rolando Álvarez, a quien tanto quiero"

Francisco saluda a los peregrinos que asisten al ángelus
Francisco saluda a los peregrinos que asisten al ángelus

Tal y como se esperaba dos días después del encarcelamiento en Nicaragua del obispo Rolando Álvarez, el papa Francisco se ha referido al finalizar el rezo del ángelus a la situación en Nicaragua, cuyas últimas noticias, aseguró "me han dolido no poco"

Tras el ángelus, también pidió rezar por quienes sufren las consecuencias de los terremotos de Turquía y Siria, volviendo también a rogar que "tampoco nos olvidemos de la martirizada Ucrania, para que el Señor abra caminos de paz y dé a los responsables el coraje para recorrerlos"

"Los mandamientos que Dios nos ha dado no deben encerrarse en las cajas fuertes  asfixiantes de la observancia formal, pues de lo contrario nos quedamos en una religiosidad externa y desapegada, siervos de un 'dios amo' en lugar de hijos de Dios Padre"

"¿Me conformo con no hacer el mal, con mantener 'la fachada', o intento crecer en el amor a Dios y a los demás?"

Tal y como se esperaba dos días después del encarcelamiento en Nicaragua del obispo Rolando Álvarez, el papa Francisco se ha referido al finalizar el rezo del ángelus a la situación en Nicaragua, cuyas últimas noticias, aseguró "me han dolido no poco".

"No puedo no recordar con preocupación al obispo de Matagalpa, monseñor Rolando Álvarez, a quien tanto quiero, condenado a 26 años de cárcel, y también a las personas que han sido deportadas a los Estados Unidos", señaló, en alusión a los 222 pesos políticos que salieron de Nicaragua el pasado viernes, y a los que no se quiso unir el pastor ahora encarcelado, que optó por quedarse en el país.

"El ejercicio paciente del diálogo"

"Rezo por ellos -prosiguió el Papa- y por todos aquellos que sufren en esa querida nación. Pidamos a Dios que, por intercesión de la Inmaculada Virgen María, abra los corazones de los responsables políticos para la búsqueda de la paz, que nace de la verdad, la justicia, la libertad y del amor, y a la que se llega a través del ejercicio paciente del diálogo".

Los peregrinos, durante el ángelus
Los peregrinos, durante el ángelus

Francisco, mostró también su dolor por las gentes que están sufriendo las consecuencias de los devastadores terremotos que el pasado 6 de febrero sacudieron amplias extensiones de Turquía y Siria, causando al menos 21.000 muertos, aunque la ONU ha estimado que el balance final puede ser de 50.000 fallecidos.

"Recemos por ellos, no los olvidemos, y pensemos también qué podemos hacer por ayudarlos", indicó, volviendo también a rogar que "tampoco nos olvidemos de la martirizada Ucrania, para que el Señor abra caminos de paz y dé a los responsables el coraje para recorrerlos".

"No quedarse en una religiosidad externa"

En lo que respecta al ángelus de este domingo, 12 de febrero, hablando del cumplimiento, el Papa advirtió frente a "la observancia externa, puramente ritualista", por"que "es inutil", señaló, subrayando que "Jesús nos hace comprender que las reglas religiosas son útiles, son buenas, pero son solo el inicio: para darles cumplimiento, es necesario ir más allá de la letra y vivir su sentido".

Vista del Palacio Apostólico desde la plaza de San Pedro
Vista del Palacio Apostólico desde la plaza de San Pedro

"Los mandamientos que Dios nos ha dado no deben encerrarse en las cajas fuertes  asfixiantes de la observancia formal, pues de lo contrario nos quedamos en una religiosidad externa y desapegada, siervos de un 'dios amo' en lugar de hijos de Dios Padre". 

Ante esto, Francisco, invitó a los fieles a preguntarse cómo vive la fe cada uno: "¿Es una cuestión de cálculo, de formalismo, o es una historia de amor con Dios? ¿Me conformo con no hacer el mal, con mantener 'la fachada', o intento crecer en el amor a Dios y a los demás? Y de vez en cuando, ¿me confronto a mí mismo con el gran mandamiento de Jesús, me pregunto si amo a mi prójimo como Él me ama? Porque tal vez somos inflexibles para juzgar a los demás y nos olvidamos de ser misericordiosos, como Dios lo es con nosotros".  

Los fieles escuchan las palabras del Papa en el ángelus
Los fieles escuchan las palabras del Papa en el ángelus

Las palabras del Papa en la oración del ángelus

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días! 

En el Evangelio de la liturgia de hoy, Jesús dice: "No piensen que he venido a abolir la Ley o los  Profetas; no he venido a abolir, sino a dar cumplimiento" (Mt 5,17). Dar cumplimiento: ésta es una palabra  clave para entender a Jesús y su mensaje. ¿Qué significa? Para explicarlo, el Señor comienza diciendo lo que  no es cumplimiento. La Escritura dice "no matarás", pero para Jesús esto no basta si luego se hiere a los  hermanos con las palabras; la Escritura dice "no cometerás adulterio", pero esto no basta si luego se vive un  amor salpicado por la doblez y la falsedad; la Escritura dice "no jurarás en falso", pero no basta hacer un  juramento solemne si luego se actúa con hipocresía (cf. Mt 5,21-37). Así no hay cumplimiento 

Para darnos un ejemplo concreto, Jesús se centra en el "rito de la ofrenda". Al hacer una ofrenda a Dios,  se correspondía a la gratuidad de sus dones; era un rito muy importante, tanto que estaba prohibido interrumpirlo salvo por motivos graves. Pero Jesús afirma que hay que interrumpirlo si un hermano tiene algo contra nosotros, para ir primero a reconciliarnos con él (cf. vv. 23-24): solo entonces se cumple el rito. El  mensaje es claro: Dios nos ama primero, gratuitamente, dando el primer paso hacia nosotros sin que lo merezcamos; y, por ende, nosotros no podemos celebrar su amor sin dar a nuestra vez el primer paso para reconciliarnos con quienes nos han herido. Así hay cumplimientos a los ojos de Dios, de lo contrario la observancia externa, puramente ritualista, es inútil. En otras palabras, Jesús nos hace comprender que las reglas  religiosas son útiles, son buenas, pero son solo el inicio: para darles cumplimiento, es necesario ir más allá de la letra y vivir su sentido. Los mandamientos que Dios nos ha dado no deben encerrarse en las cajas fuertes asfixiantes de la observancia formal, pues de lo contrario nos quedamos en una religiosidad externa y desapegada, siervos de un "dios amo" en lugar de hijos de Dios Padre. 

Hermanos y hermanas, este problema no existía solo en tiempos de Jesús, sino también hoy. A veces, por ejemplo, oímos: "Padre, no he matado, no he robado, no he hecho daño a nadie...", como diciendo: "Estoy  bien". Esta es la observancia formal, que se conforma con el mínimo indispensable, mientras que Jesús nos invita al máximo posible. Recordemos: Dios no razona con cálculos y tablas; Él nos ama como un enamorado: ¡no hasta el mínimo, sino hasta el máximo! No nos dice: "Te amo hasta cierto punto". No, el verdadero amor  nunca llega hasta un punto determinado y nunca se siente satisfecho; el amor va más allá, no puede hacer  menos. El Señor nos lo mostró dando su vida en la cruz y perdonando a sus asesinos (cf. Lc 23,34). Y nos ha confiado el mandamiento que más aprecia: que nos amemos unos a otros como Él nos ha amado (cf. Jn 15,12). ¡Este es el amor que da cumplimiento a la Ley, a la fe, a la vida! 

Así que podemos preguntarnos: ¿cómo vivo mi fe? ¿Es una cuestión de cálculo, de formalismo, o es  una historia de amor con Dios? ¿Me conformo con no hacer el mal, con mantener "la fachada", o intento crecer en el amor a Dios y a los demás? Y de vez en cuando ¿me confronto a mí mismo con el gran mandamiento de Jesús, me pregunto si amo a mi prójimo como Él me ama? Porque tal vez somos inflexibles para juzgar a los  demás y nos olvidamos de ser misericordiosos, como Dios lo es con nosotros.  

Que María, que observó perfectamente la Palabra de Dios, nos ayude a dar cumplimiento a nuestra fe  y a nuestra caridad.

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