Africa se está muriendo

Comentario al Evangelio del 24 de Enero 2016

Querid@s amig@s colaboradores y cooperantes en la lucha por un mundo mejor

Hay que luchar por los oprimidos contra los opresores por la liberación de todos

Jesús pronunció en la iglesia (sinagoga) de su pueblo estas palabras: «El Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido. Me ha enviado para dar la Buena Noticia a los pobres, para anunciar a los cautivos la libertad, y dar a los ciegos la vista. Para dar libertad a los oprimidos, para anunciar el año de gracia del Señor». Y añadió: «Hoy se cumple esta Escritura que acabáis de oír». Luego empezó a recorrer los pueblos y aldeas de Galilea "curando toda enfermedad y toda dolencia".

1.-La esencia del mensaje de Jesús: Para conocer a Jesús hay que hacerlo por los hechos y las palabras de su vida. Jesús vino a salvar a las personas, a todas las personas, con todo lo que son, vino a sacarlas de los males y sufrimientos de este mundo. Todo escamoteo de este mensaje y falsa espiritualidad de ultratumba es una traición al mensaje de Jesús y a los hombres a quienes El vino a salvar con una salvación inmanente, de aquí y de ahora. La salvación para la Otra Orilla de la vida está en manos de Dios. Es El quien salva para el más allá, pero somos nosotros los que, en coherencia con Jesús, tenemos que salvar para el aquí y el ahora a las mujeres y a los hombres de este mundo.

2.-¿Dónde hay ahora mismo más falta de salvación?: En Africa. En casi todo los países de Africa se están muriendo de hambre millones de personas. La competencia de la agricultura de EE.UU. y de la UE, así como la compra por parte de las Multinacionales de extensiones inmensas de tierra en Africa (más de 227 millones de hectáreas en los últimos años), para explotar sus materias primas o cultivar alimentos para biocombustibles o para exportarlos, han causado a los africanos un daño enorme, con dos consecuencias catastróficas:

Consecuencia 1ª: Muchos millones de agricultores africanos han tenido que abandonar sus tierras, incluso obligados por sus gobiernos corruptos y sobornados por las Multinacionales para cederlas a estas de inmediato, incluso a veces sin dejarles recoger la propia cosecha que tenían sembrada en ellas. Son los muchos millones de africanos que viven con menos de 1 € al día. El 80 % de los africanos que pasan hambre son antiguos agricultores y ganaderos arruinados por la competencia de la UE y EE.UU, u otros países como China, así como por la sequía, fruto del efecto invernadero causado por y en los países desarrollados.

Consecuencia 2ª: Estas tierras abandonadas tienen un precio de nada (20 a 30 € hectárea) y las están comprando las Multinacionales de EE.UU., Alemania, Francia, Reino Unido, Suecia, Noruega, India, Japón, Emiratos Arabes, China y Corea del Sur. China ni siquiera contrata trabajadores africanos, sino que los trae de China.
Por eso muchedumbres de africanos huyen de una muerte segura por hambre o la violencia del terrorismo, hacia Europa, arriesgándolo todo: muchos ya mueren cruzando el inmenso desierto del Sahara con temperaturas que oscilan de menos 5 grados de noche hasta más de 50 de día, para encontrase con las vallas, las concertinas y las cuchillas de Ceuta y Melilla, o embarcarse en lanchas de goma para morir ahogados, en una sepultura sin nombre, en el Mediterráneo, en otro tiempo mar entre culturas (griega, romana, árabe...) y ahora mar de muertos.

Con qué ambiciosa euforia fuimos, allá por el siglo XIX, las potencias europeas de Francia, Gran Bretaña, Alemania, Bélgica, España, Italia y Portugal, a trazar a nuestro antojo las fronteras de los países africanos para repartirnos las inmensas riquezas de sus territorios, incluyendo ríos, bosques y yacimientos minerales. Bien lo reflejó Jomo Kenyatta con estas palabras:


“Cuando los blancos vinieron a Africa, ellos traían la Biblia y nosotros teníamos la tierra.
Nos enseñaron a rezar con los ojos cerrados, y cuando los abrimos ellos tenían la tierra y nosotros teníamos la Biblia”.


Ahora con un neocolonialismo puramente ambicioso les estamos quitando el coltán en la República Democrática del Congo: las mismas Multinacionales que allí se lo pagan a 2 € el kilo a los mineros, luego se lo venden a si mismas en su lugar de origen a 400 para evadir impuestos, en uno y en otro país. El minero congoleño extrae un kilo al día con que obtiene de sueldo tan solo 60 € al mes. Es el mineral que nosotros llevamos todos los días en nuestro bolsillo en el coltán de nuestros móviles.

O bien, Francia que lleva siglos presumiendo de igualdad, libertad y fraternidad, explota a placer, a través de su Multinacional AREVA, el uranio del Níger donde tiene minas por doquier, para alimentar a sus 59 centrales nucleares, mientras que el pobre Níger figuraba en 2012 como el país más pobre del mundo. Así pasa con el pescado en Somalia, el petróleo en Guinea Ecuatorial, la madera que explota China sin control en la selva tropical, etc., etc.¡Como no van a emigrar los pobres africanos!

Africa es una gran tragedia. Africa se muere. ¿Qué hacemos por ella? Si no tomamos en serio el drama africano para tratarlo en origen, empezando por no explotarlos y devolviéndoles lo que les hemos quitado, los europeos y otros países seremos responsables de muchos millones de muertes y tendremos inmigración africana en la UE para muchos años. Al hambre no se le pueden poner fronteras.

Es un problema enorme. España redujo su cooperación internacional al desarrollo del 0,46 al actual 0,14 % del PIB. Dar nuestro voto electoral a las formaciones que más se comprometan con la cooperación al desarrollo de los países más pobres es un reto para nuestra ética personal y cristiana.

Un cordial abrazo a tod@s.-Faustino
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