La basura del rico en el patio del pobre

Mariano Rajoy visitó Japón y se acercó a Fukushima, dice que en solidaridad con las víctimas del terremoto que destruyó la central nuclear, tristemente famosa. Pero... ¿qué hay detrás de Fukushima?

En el mundo actual hay víctimas, la grandísima mayoría, y victimadores, una pequeña minoría, fruto ellas de todo un proceso estructural complejo y muy grave. Por ejemplo, la estafa de las preferentes o las subordinadas causó miles de víctimas, fruto de un sistema en cadena que iba desde el personal de ventanilla que cubría la póliza. Ese papel pasaba luego al director de la sucursal, de ahí a la sede central bancaria, desde esta a la cúpula bancaria, luego a los entramados de la manipulación financiera, sin duda con hacienda y el gobierno por el medio o la CNMV, pasando por Bruselas hasta llegar a Wall Street.

Ese ejemplo nos sirve para ilustrar lo que hay detrás de Fukushima: Mongolia tiene una gran riqueza en yacimientos de Uranio.

De ahí derivan lamentables consecuencias:

"Cuando los nómadas de Mongolia, arruinados y destruido su género de vida, no pueden llevar el ganado a los pastos, porque los terrenos han sido comprados y convertidos en propiedad privada, ¿quién es el agente victimizador? No es un rico terrateniente. Una multinacional compró los terrenos, donde montarán instalaciones para extraer uranio. El gobierno mongol negocia con el japonés, interesado en comprar ese uranio para sus centrales nucleares, y le promete a Mongolia montarle centrales nucleares a cambio de que Mongolia deje a Japón enterrar en el desierto del Gobi los desechos radiactivos: es decir, tirar la basura del rico en el patio del pobre. Mientras tanto en Japón el gobierno hace oídos sordos a las protestas cívicas contra las centrales nucleares tras la catástrofe de Fukushima. Dice el gobierno que son necesarias para tener energía eléctrica. Pero en los dos años siguientes al terremoto, con récord de calor en el verano y 54 centrales nucleares sin funcionar, no faltó electricidad. No era solo para electricidad. El uranio "reciclado" lo vende a Francia y USA para usos bélicos. Resulta que el proyecto de las minas de uranio en Mongolia y la oferta de nucleares a Mongolia a cambio de tirar allí la basura nuclear japonesa era parte de un proyecto común entre Japón, Francia y USA, llevado en secreto. Lo descubrió el periódico Mainichi y se apresuraron los ministros de economía de los respectivos países a decir que solo era un proyecto no aprobado y se silenció el tema en los medios. Al cabo de un año se sabe que el plan sigue adelante. ¿Quién es el agente victimizador? Desde luego, no es uno solo, es toda una red de intereses político-financieros. No se arregla la injusticia con solo compadecer al nómada mongol víctima, ni siquiera indemnizándole para rescatar su economía familiar. Esta víctima es víctima de muchos agresores, de agresores en parte anónimos, los agentes victimizadores son sistemas, instituciones y estructuras victimadoras, que hay que analizar, denunciar, criticar, proponer alternativas para cambiarlas. Y a la hora de proponer alternativas, hay que crear también no solo estructuras de ayuda, recursos estructurales de ayuda, sino llevar a cabo cambios estructurales, cambios de sistema. Esto lo tendrían que hacer unas políticas con criterio ético y no víctimas de la dictadora de la economía, las finanzas y los mercados" (Juan Masiá en XXXIII Congreso de la Asoc. de Teólogos y Teólogas Juan XXIII)

Estos mercados son lo que realmente busca Rajoy con la visita a Japón. Las víctimas no le importan gran cosa, porque si le importaran de verdad, deberían importale por lo menos lo mismo las victimas de Mongolia, pero de estas nadie dice nada. Así funciona el asqueroso mundo del neoliberalismo capitalista, corrupto y corruptor, victimador de los más empobrecidos de la tierra.

A los héroes de Fukushima se les otorgó el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia, pero de los mongoles, ¿quién se acuerda?

Un cordial saludo.-Faustino
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