Los misterios de Eleusis en el origen de la Misa.


Misterios y religiones mistéricas antes y contemporáneos al cristianismo había muchos. Dicen que esa "desviación" de la religión oficial surgió en Egipto: prácticas rituales cargadas de simbolismo con ceremonias e iniciaciones secretas y muy ligadas a la emoción y al sentimiento de "lo misterioso", proporcionando al creyente un sentimiento de pertenencia al grupo unido a promesas de felicidad futura. Recordemos los misterios relacionados con Isis, Serapis, Anubis y, sobre todo, Osiris, cuyo culto fue importado luego por Roma.

Sin embargo donde adquirieron carta de naturaleza fue en el entorno helénico: mitraísmo (Frigia), cultos a Cibeles, Atis,Diónisos y, en nuestro caso, Deméter (las Thesmoforias de Eleusis)...

Ya en su día, segundo año de Universidad, al estudiar en profundidad los cultos de Eleusis me quedé enormemente sorprendido del paralelismo existente entre los mismos y los ritos cristianos. Sorpresa que se tornó luego en convicción científica de que gran parte de los misterios centrales del cristianismo bebieron en las fuentes griegas. Pablo de Tarso, el verdadero fundador del cristianismo, es un "continuum" mistérico en sus cartas.


Quien quiera entender de otra manera y algo más sobre la Eucaristía, estudie a fondo los misterios de Eleusis, de los que los cristianos fanáticos borraron toda memoria al destruir sus templos, matar a sus sacerdotes y borrar cualquier vestigio que pudiera relacionarlos con el sacramento fundamental de la Iglesia católica.

La "misa" católica, aunque no lo reconozcan sus prestes –a veces por puro desconocimiento—no es sino una reconstrucción de las ceremonias mistéricas.

La misma palabra "misa" proviene del griego myesis (müeo, müein = iniciar, iniciación), nombre que recibía la ceremonia nuclear mistérica. Los misterios se encierran en el rito, pero no son el rito, ciertamente.

No sólo el contenido, los conceptos, el mismo orden de la celebración guarda un paralelismo significativo: el kazármatos era la purificación inicial (la petición de perdón que se hace al comienzo de la misa); el teletes paradosis era la comunicación mística que comprendía narraciones exegéticas, el logos (que se corresponde con las lecturas y la homilía de la misa)

Tenía lugar a continuación la epopteia o rememoración de determinadas cosas santas (la parte central de la misa, la "anáfora"), donde los sacerdotes realizaban determinados actos simbólicos y conmemorativos, utilizando objetos sagrados, etc.

La finalidad última de estas ceremonias era la unión del hombre con Dios, la comunión del mysta con la divinidad, en términos cristianos, la eucaristía.
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