Me dice Andrés Sánchez Bodas, que hizo del counselling una profesión en Argentina: “a veces me pregunto que su traducción como Consultoria Psicologica no fue del todo acertada, me hubiera gustado más como Consultoria Filosofica/Espititual; no sé sinceramente si hubiera tenido el éxito que tuvo. Pero bueno, ya está así aprobada por el Ministerio de Educación”. Y creo que tiene razón. Asistimos en el mundo a un nacer de corrientes de psicología y a un difundirse de psicologías que pueden estar carentes de fondo, de antropología, de filosofía, de espiritualidad.
Allí donde se trate de acompañar a pasear por el mundo cognitivo y emocional sin valores, sin horizonte, sin búsqueda de sentido, sin salir de sí para solidarizarse con los demás, también desde la experiencia del sufrimiento, tendremos pendiente la humanización del acompañamiento.
Abogo por la resurrección de la filosofía, por el reconocimiento de su identidad, de su necesidad y, en particular, la exploración del debido influjo de los valores en las tomas de decisiones en crisis.