Reflexión de José Carlos Bermejo ante la situación de Pandemia Cuidar y curar en tiempos de pandemia
Cuidar, sí, cuidar siempre. Reconozcamos que este verbo es fundamental: cuidar está en el corazón de las profesiones de salud y socio-sanitarias: Cuidar en la cronicidad, en la dependencia, en los procesos diagnósticos, en los terapéuticos. Cuidar siempre.
Es posible que cuando superemos la distancia que hay entre el aprecio de lo que significa curar y lo que significa cuidar en el mundo de la protección social, se produzcan procesos de mayor justicia, mejoría en los cuidados a las personas con alzhéimer, mejores políticas sociales en favor de las personas mayores con necesidades de cuidados. Porque decir “dependientes”, vela la realidad de la interdependencia que a todos los seres humanos nos caracteriza. Y, baste pensar en nuestra infancia para tomar conciencia de cuánto hemos sido cuidados todos para sobrevivir.
Así es, cuidar es de vital importancia. El gran problema en la pandemia de coronavirus es si no podemos cuidar con los recursos adecuados.
Cuidar es imprescindible para la vida: en el cuidar, nos va la vida. Sin ser ayudados –cuidados- los seres humanos nos moriríamos en las primeras horas de nacer. Existimos porque hemos sido cuidados, recuperamos la salud porque somos cuidados, se mantiene nuestra vida –biológica, psicológica… biográfica, digamos- porque somos cuidados.
Cuidar, sí, cuidar siempre. Reconozcamos que este verbo es fundamental: cuidar está en el corazón de las profesiones de salud y socio-sanitarias: Cuidar en la cronicidad, en la dependencia, en los procesos diagnósticos, en los terapéuticos. Cuidar siempre. Cuidar los espacios, cuidar el proceso de duelo (tan ambiguo ese de tener a un ser querido con alzhéimer, que hace presencia física y ausencia psicológica), cuidar post mortem, como los procesos de duelo, cuidar... Duelo tan difícil en tiempos de coronavirus sin ritos ni presencias de cierre en el duelo anticipatorio.
A mí me gustaría que cuidáramos tanto y tan bien, que consiguiéramos que nadie deseara morir antes que vivir, ni se quitara la vida ni tuviera que pedir ayuda para conseguirlo, porque encontrara suficiente sentido en el vivir cuidado. Y, en tiempo de la crisis del coronavirus, que nadie se extrañe de que los más vulnerables estén más expuestos; extrañémonos si no son cuidados dignamente, con los máximos recursos y solidaridad posibles.
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