Quizás hemos psicologizado el duelo. Hablamos de él en los medios, en nuestra vida privada, impartimos o estudiamos posgrados sobre especialización en intervención en duelo, investigamos, escribimos… Y parece que todo son emociones.
Es el gobierno de las emociones.
Bien sabe el doliente que hay más que emociones en el duelo. Hay cuestiones en el corazón, en el mundo de la trascendencia, del sentido y sinsentido, en la esperanza… Son categorías de valor, de espíritu, quizás de fe. No todo se agota en los sentimientos.
¿Y qué ha pasado con el discurso espiritual y el acompañamiento espiritual? No hay mucha gente satisfecha de los ritos de exequias.
Los Centros de intervención en duelo, afortunadamente van aumentando y, vaya por Dios, de manos de la Iglesia. Hermosa respuesta. Aun así, tenemos el desafío de rescatar la dimensión espiritual y tomar conciencia de cómo y qué puede ayudar en el duelo desde esta perspectiva.