IGLESIA DE SAN ANTÓN: MISAS, ORACIÓN Y NOTICIAS
- Todavía conservo, como devotos recuerdos, recortes del periódico “Pueblo”, y grabaciones de “Hora 25” de la cadena SER, con amplias referencias profesionales tuyas a mi “Asociación Mensajeros de la Paz”, obra que iniciaba yo por entonces y que “tuvo el honor de ser conocida y reconocida por las más altas instancias políticas de la nación”, nada menos que en la persona del “Jefe del Estado”.
El Padre Ángel me hace este comentario bajo la bóveda de crucería, con sus grandes y originales lunetos, de la joya arquitectónica de la iglesia madrileña de San Antón, para cuya construcción, su autor, Francisco de Rivera, se había inspirado en los modelos italianos del barroquismo del P. Guarino, en su templo de San Felipe Neri de Turín. El retablo neoclásico de la cabecera, con las imágenes de San Antón, de San Camilo y de San José de Calasanz, el gran cuadro de este último pintado en 1820 por Francisco de Goya, los recuerdos y relicarios del titular del templo y de San Valentín, el órgano y el antiguo reloj, enriquecen conjunto arquitectónico tan singular, cuyas posibilidades de culto en la misma les han sido encomendadas a título personal, por el arzobispo de Madrid, a mi interlocutor.
- Sí, la iglesia estará abierta las 24 horas –día y noche- , como casa de acogida, oasis de silencio y oración, hospital de campaña, casa solidaria para compartir e isla de misericordia. ¿“Contamos contigo”?
Cuando lo de las informaciones antes aludidas, yo acababa de publicar mis libros “Orad, hermanos”, “Gozo y liturgia de la santa misa” y la “Oración de todas las noticias”. Relacioné estas ideas con las propuestas del P. Ángel y le ofrecí la posibilidad de celebrar los viernes por la tarde, a las siete, la santa misa, en cuyo desarrollo y ritual litúrgicos tuvieran acomodo algunas de las sugerencias que el concilio Vaticano II propuso, y que siguen a la espera de una aceptación más generalizada y comprometida…
. Por supuesto que la misa, para que sea, y se aproxime mucho más, el sacramento que la identifica, precisa de una catequesis más seria, profunda y actualizada que la hoy vigente. ¿Qué es eso de “misa”?. ¿Por qué se llama así, lo que antes era, y se denominaba, “ágape”, “convite de caridad”, “fractio pànis”, “In Coena Dómini”, “Convivium”, “actío”, Eucharistía”…. ¿Es posible que de quienes se relacionan con la misa se diga que “asisten” a ella, que “van”, que la “oyen o escuchan”, y que de esta manera “cumplen con el precepto dominical por excelencia”? ¿Qué es eso del “estipendio”, y de cómo se contesta a la pregunta de “cuanto cuesta una misa”, y si esta es celebrada por uno o más sacerdotes…?
. La misa exige necesariamente de la participación en quienes se relacionen con su celebración. En la misa todos son con-celebrantes. También las mujeres, La discriminación que en la misma, y en toda la Iglesia, perdura por su condición de mujeres, hay que cuestionarla y decidir su corrección cuanto antes, en profundidad, con teología, Sagrada Escritura y cánones. Todo con consideración y respeto, pero fieles a la gracia de Dios, al santo evangelio y a la doctrina y comportamientos de Jesús. ¿Es creíble que en las representaciones de la “Santa Cena” no se haga presente ninguna mujer, ni siquiera para condimentar los alimentos y para fregotear los platos?
. La liturgia de la misa reclama renovación y puesta al día. Los gestos, los “ornamentos”, por muy “sagrados” que se apelliden y distingan, las mitras, las ceremonias, el incienso y su administración y destino, los silencios, los cantos, el culto a la personalidad que se infiltra con inhonesta frecuencia entre celebrantes y con-celebrantes, el lenguaje y tono empleados… esperan con desesperanza su refundación, previo el adoctrinamientos, catequesis y educación en la fe y en sus expresiones litúrgicas, lo mismo en latín que en cualquier lengua vernácula.
. Los textos son parte principal en este proceso. A la misa le faltan textos portadores de las noticias que configuran los temas de conversación y preocupación del pueblo en el marco de su convivencia social, cultural, familiar o política. Toda noticia es de por sí religiosa, siempre y cuando sea exponente de las realidades humanas. La noticia es “palabra de Dios”. Su simple y veraz referencia es parte de los libros sagrados de las religiones. A la misa le hacen falta informaciones acerca de lo que torna felices, o infelices, a los seres humanos. Una misa, con la exposición y posibles comentarios –“Ver, Juzgar y Actuar”- de las noticias del día, es más “convivium”, Cuerpo de Cristo, comunión y eucaristía.
. Los noticiarios, en con su rica y técnica variedad de versiones, son manuales-breviarios de oración-meditación, y epítomes de ascética y mística.
. Sin participación no hay misa. Y tal participación no se reduce a las limosnas ofertoriales, al canto, al silencio, a la prolija recitación del “Amén”, a arrodillarse, ponerse en pié y sentarse y tantos otros ritualismos. La participación es gesto, estilo y signo de vida, y más si de esta se asegura ser cristiana, y entre quienes pretenden estar convencidos de que sin común- unión- comunicación no hay Comunión, y sin ella no es misa la misa.
. Y ahora, unas sagradas y respetuosas sugerencias, de preciada y religiosa actualidad en los tiempos en los que nos encontramos, y a las que el P. Ángel podrá dar cobijo en “su” iglesia: ¿Es viable, al menos, el ensayo de la celebración de “Primeras Comuniones de bajo coste”, que no escandalice y arruine a tantas familias con gastos inútiles? ¿Sería factible la coincidencia pre-electoral de los representantes políticos y “líderes religiosos”, para que expongan sus criterios en relación con manifestaciones- procesiones, privilegios, dotaciones, concordatos, matriculaciones e “inmatriculaciones” de los bienes? ¿Se le ocurriría imaginar a la “autoridad competente” arzobispal que estos y otros diálogos “profanaran” el lugar sagrado de la iglesia de San Antón, protector de tantas aspiraciones ecológicas? ¿Extrañaría todavía a algunos “católicos de toda la vida” el adoctrinamiento de que la misa del viernes por la tarde podría tener idénticos efectos del “cumplimiento dominical”?
El Padre Ángel me hace este comentario bajo la bóveda de crucería, con sus grandes y originales lunetos, de la joya arquitectónica de la iglesia madrileña de San Antón, para cuya construcción, su autor, Francisco de Rivera, se había inspirado en los modelos italianos del barroquismo del P. Guarino, en su templo de San Felipe Neri de Turín. El retablo neoclásico de la cabecera, con las imágenes de San Antón, de San Camilo y de San José de Calasanz, el gran cuadro de este último pintado en 1820 por Francisco de Goya, los recuerdos y relicarios del titular del templo y de San Valentín, el órgano y el antiguo reloj, enriquecen conjunto arquitectónico tan singular, cuyas posibilidades de culto en la misma les han sido encomendadas a título personal, por el arzobispo de Madrid, a mi interlocutor.
- Sí, la iglesia estará abierta las 24 horas –día y noche- , como casa de acogida, oasis de silencio y oración, hospital de campaña, casa solidaria para compartir e isla de misericordia. ¿“Contamos contigo”?
Cuando lo de las informaciones antes aludidas, yo acababa de publicar mis libros “Orad, hermanos”, “Gozo y liturgia de la santa misa” y la “Oración de todas las noticias”. Relacioné estas ideas con las propuestas del P. Ángel y le ofrecí la posibilidad de celebrar los viernes por la tarde, a las siete, la santa misa, en cuyo desarrollo y ritual litúrgicos tuvieran acomodo algunas de las sugerencias que el concilio Vaticano II propuso, y que siguen a la espera de una aceptación más generalizada y comprometida…
. Por supuesto que la misa, para que sea, y se aproxime mucho más, el sacramento que la identifica, precisa de una catequesis más seria, profunda y actualizada que la hoy vigente. ¿Qué es eso de “misa”?. ¿Por qué se llama así, lo que antes era, y se denominaba, “ágape”, “convite de caridad”, “fractio pànis”, “In Coena Dómini”, “Convivium”, “actío”, Eucharistía”…. ¿Es posible que de quienes se relacionan con la misa se diga que “asisten” a ella, que “van”, que la “oyen o escuchan”, y que de esta manera “cumplen con el precepto dominical por excelencia”? ¿Qué es eso del “estipendio”, y de cómo se contesta a la pregunta de “cuanto cuesta una misa”, y si esta es celebrada por uno o más sacerdotes…?
. La misa exige necesariamente de la participación en quienes se relacionen con su celebración. En la misa todos son con-celebrantes. También las mujeres, La discriminación que en la misma, y en toda la Iglesia, perdura por su condición de mujeres, hay que cuestionarla y decidir su corrección cuanto antes, en profundidad, con teología, Sagrada Escritura y cánones. Todo con consideración y respeto, pero fieles a la gracia de Dios, al santo evangelio y a la doctrina y comportamientos de Jesús. ¿Es creíble que en las representaciones de la “Santa Cena” no se haga presente ninguna mujer, ni siquiera para condimentar los alimentos y para fregotear los platos?
. La liturgia de la misa reclama renovación y puesta al día. Los gestos, los “ornamentos”, por muy “sagrados” que se apelliden y distingan, las mitras, las ceremonias, el incienso y su administración y destino, los silencios, los cantos, el culto a la personalidad que se infiltra con inhonesta frecuencia entre celebrantes y con-celebrantes, el lenguaje y tono empleados… esperan con desesperanza su refundación, previo el adoctrinamientos, catequesis y educación en la fe y en sus expresiones litúrgicas, lo mismo en latín que en cualquier lengua vernácula.
. Los textos son parte principal en este proceso. A la misa le faltan textos portadores de las noticias que configuran los temas de conversación y preocupación del pueblo en el marco de su convivencia social, cultural, familiar o política. Toda noticia es de por sí religiosa, siempre y cuando sea exponente de las realidades humanas. La noticia es “palabra de Dios”. Su simple y veraz referencia es parte de los libros sagrados de las religiones. A la misa le hacen falta informaciones acerca de lo que torna felices, o infelices, a los seres humanos. Una misa, con la exposición y posibles comentarios –“Ver, Juzgar y Actuar”- de las noticias del día, es más “convivium”, Cuerpo de Cristo, comunión y eucaristía.
. Los noticiarios, en con su rica y técnica variedad de versiones, son manuales-breviarios de oración-meditación, y epítomes de ascética y mística.
. Sin participación no hay misa. Y tal participación no se reduce a las limosnas ofertoriales, al canto, al silencio, a la prolija recitación del “Amén”, a arrodillarse, ponerse en pié y sentarse y tantos otros ritualismos. La participación es gesto, estilo y signo de vida, y más si de esta se asegura ser cristiana, y entre quienes pretenden estar convencidos de que sin común- unión- comunicación no hay Comunión, y sin ella no es misa la misa.
. Y ahora, unas sagradas y respetuosas sugerencias, de preciada y religiosa actualidad en los tiempos en los que nos encontramos, y a las que el P. Ángel podrá dar cobijo en “su” iglesia: ¿Es viable, al menos, el ensayo de la celebración de “Primeras Comuniones de bajo coste”, que no escandalice y arruine a tantas familias con gastos inútiles? ¿Sería factible la coincidencia pre-electoral de los representantes políticos y “líderes religiosos”, para que expongan sus criterios en relación con manifestaciones- procesiones, privilegios, dotaciones, concordatos, matriculaciones e “inmatriculaciones” de los bienes? ¿Se le ocurriría imaginar a la “autoridad competente” arzobispal que estos y otros diálogos “profanaran” el lugar sagrado de la iglesia de San Antón, protector de tantas aspiraciones ecológicas? ¿Extrañaría todavía a algunos “católicos de toda la vida” el adoctrinamiento de que la misa del viernes por la tarde podría tener idénticos efectos del “cumplimiento dominical”?