El argumento es claro si la circuncisión femenina es un delito ¿por qué no va a serlo la masculina? Parece broma pero no lo es, porque los alemanes, además de no querer darnos un dinero barato porque somos manirrotos, han decidido que la circuncisión, si no es por razones médicas, es un delito.

Fue la circuncisión casera de un niño musulmán, la que levantó la liebre pues, aunque hecha por un médico, tuvo complicaciones y el niño acabó en el hospital. Un juez imputó al médico por lesiones en un juicio que se celebró en Colonia al defender los derechos del niño, frente a los de sus padres de practicar libremente su credo. El doctor no fue condenado pero se ha establecido una nueva jurisprudencia: circuncidar a un niño, sin lesiones que lo justifiquen, va contra la constitución alemana porque supone atentar contra la integridad de su cuerpo.

No hay problemas si los padres esperan hasta que el niño cumpla al menos 14 años, una edad que se considera aceptable para temas religiosos. Para los musulmanes, podría la espera ser una solución, pero los judíos no tiene escape porque en la Torah, Dios le dice a Abraham que se circunciden los herederos en el octavo día. Como era de esperar se ha organizado en la comunidad judía y la musulmana. El jefe de la comunidad judía, Dieter Graumann, ha dicho en una entrevista que, si la ley se impone, hará casi imposible que los judíos puedan vivir en Alemania y pide al parlamento que se pronuncie.

El hecho no es una novedad porque lleva tiempo gestándose un movimiento anti circuncisión que empezó en California, pero se ha ido extendiendo por todo el mundo. En Israel también ha prendido su interés y sus seguidores proponen como alternativa que se celebre el brit shalom, un acto simbólico cuya traducción es la alianza de la paz.