El hambre en África
Al escuchar hoy la lectura del evangelio, la historia de la niña que resucitó Jesús,he recordado una buena noticia que leí el otro día. En medio de todas las catástrofes, parece que la mortalidad infantil, en muchos países del continente africano, ha descendido sustancialmente, algo que casi no ha trascendido.
Los datos que poseo provienen de una fuente seria, como es la oficina del Banco Mundial en Nairobi y se hace sobre la población menor de 5 años. La meta del milenium que se estableció, se había propuesto reducir los números en 2/3 entre 1990 y el 2015 para lo que era preciso alcanzar un descenso anual del 4%, una cifra que se ha conseguido en la mayoría del los países, aunque Senegal, Ruanda y Kenia ya se sitúan en bajadas del 8%. Lo más importante es que los mayores logros se están consiguiendo en los últimos años y que ocurre por igual en países pequeños y grandes, musulmanes y cristianos.
La gran pregunta es conocer si el motivo es que han bajado la fertilidad lo que redunda en la tasa de mortandad. La contestación es afirmativa en algunos países como Senegal, Etiopía y Ghana pero en Kenia y Uganda, la cifra de nacimientos se mantiene bastante estable. En Liberia la fertilidad y la mortalidad son altas pero en Namibia y Lesotho, la mortalidad sigue alta, mientras que la fertilidad ha descendido.
¿Dónde está la diferencia? Según el Banco Mundial se encuentra en una combinación de amplio crecimiento económico con políticas sanitarias, especialmente en la lucha contra los insectos, utilizando redes en las camas. El aumento de la riqueza en un país suele venir acompañado de otras cosas positivas: más democracia, mayor exigencia a los gobiernos y un mayor interés en mejorar las condiciones de la gente, aunque no siempre se cumplen estas expectativas.
¿Ha sido la ayuda extranjera la causante? En principio la respuesta sería afirmativa pero no está tan claro. Habrá ayudado indudablemente pero son las políticas locales, las nuevas tecnologías y otras causas, las que están consiguiendo que África se aleje del espectro de la muerte infantil. Sea bienvenido el cambio.
Los datos que poseo provienen de una fuente seria, como es la oficina del Banco Mundial en Nairobi y se hace sobre la población menor de 5 años. La meta del milenium que se estableció, se había propuesto reducir los números en 2/3 entre 1990 y el 2015 para lo que era preciso alcanzar un descenso anual del 4%, una cifra que se ha conseguido en la mayoría del los países, aunque Senegal, Ruanda y Kenia ya se sitúan en bajadas del 8%. Lo más importante es que los mayores logros se están consiguiendo en los últimos años y que ocurre por igual en países pequeños y grandes, musulmanes y cristianos.
La gran pregunta es conocer si el motivo es que han bajado la fertilidad lo que redunda en la tasa de mortandad. La contestación es afirmativa en algunos países como Senegal, Etiopía y Ghana pero en Kenia y Uganda, la cifra de nacimientos se mantiene bastante estable. En Liberia la fertilidad y la mortalidad son altas pero en Namibia y Lesotho, la mortalidad sigue alta, mientras que la fertilidad ha descendido.
¿Dónde está la diferencia? Según el Banco Mundial se encuentra en una combinación de amplio crecimiento económico con políticas sanitarias, especialmente en la lucha contra los insectos, utilizando redes en las camas. El aumento de la riqueza en un país suele venir acompañado de otras cosas positivas: más democracia, mayor exigencia a los gobiernos y un mayor interés en mejorar las condiciones de la gente, aunque no siempre se cumplen estas expectativas.
¿Ha sido la ayuda extranjera la causante? En principio la respuesta sería afirmativa pero no está tan claro. Habrá ayudado indudablemente pero son las políticas locales, las nuevas tecnologías y otras causas, las que están consiguiendo que África se aleje del espectro de la muerte infantil. Sea bienvenido el cambio.