Dios me escribe este poema

¿Crear belleza? ¿No es Dios el primer creador? ¿No es Él la "Hermosura tan antigua y tan Nueva"? Podrá el artista remedar lejanamente en su esfuerzo creativo la belleza de Dios y de su obra. Pero la lucha y la felicidad que el proceso creativo y el final feliz le reportan serán siempre un remedo. Un modesto y feliz remedo.



En el poema siguiente dejo a Dios que me tome de la mano y escriba el poema de la belleza creada. El poeta es un niño. Y el resultado final será la obra de un Artista asombroso.








PON DE TÍTULO AMOR




Te dejaré que escribas mi poema.



Viejo o niño ya,

yerro con los palotes, las palabras.

Coge mi mano, llévala

a tu modo de padre

y ayúdame a escribir lo que tú quieras.

Pon de título “Amor”, “Miedo”, “Fatiga”,

pon “Paciencia” o “Amor que vence al miedo”.

Táchame esta mañana vacilante,

pon volando a tus pájaros,

deja que suba el sol al centro de la página.

Qué bien corre mi mano en el paisaje

llevada por la tuya. Sigue. Guía

mi escritura feliz

y llegue de tu mano al horizonte.

Ponme tu cielo azul, sopla en mis dedos

el aire que respira lo que vive.

Sigue hasta el techo de la luz, corona

la cima temblorosa de la vida.

Entra

hasta el fondo secreto de mí mismo.


Escribe

hoy toda tu belleza con mi mano...

y yo imaginaré que soy poeta.




(Barañáin, 9 de mayo de 2012)



(De “Apasionado adiós”, Madrid, 2013).

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