La memoria va cediendo con los años. Y
cómo se nos esconden de pronto, aunque sea pasajeramente, los nombres más comunes, el título de un libro, de una película.... De niños, de jóvenes, no lo sabíamos. El fenómeno nos obliga a los mayores a hacer algunos circunloquios. Pero hay algo, Alguien, que al poeta jamás se le ha resistido.
MEMORIA VIVAAlgunas veces
se cae en mi memoria envejecida
un nombre conocido,
el título de un libro o una fecha.
Pero hasta ahora nunca
se me olvidó tu nombre.
Te llamas Dios. Dios, con cuatro letras.
Al nombrarte y quererte,
se pone a amar mi juventud entera.
De siempre a siempre
Tú eres eterno y mi memoria viva.
(5 de octubre de 2011)
(De “Apasionado adiós”, Madrid, Vitruvio, 2013)
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