Ofrezco esta breve oración desde un día desapacible del invierno. Y desde el invierno ambiental de nuestra tierra y del mundo. Una oración, con todo, esperanzada.
TAMBIÉN LAS TARDES GRISES
También las tardes grises se acabarán un día
y este frío afilado que acuchilla el aliento.
También las horas largas y la calle vacía,
la voluntad en pie con más brazos que el viento.
Morirán los inviernos, tornarán los veranos
y aquel calor de fuego sobre el ansia encendida.
Volverás a buscarme, y antes de mi partida
te ofreceré mi vida con el sol en las manos.