Denunciar con valentía: ¿o no fue eso lo que hizo Jesús? Josep Miquel Bausset: "La Iglesia no puede ser neutral"
"En la situación actual de crisis económica y sanitaria, de la situación que vive Catalunya y con la corrupción política que existe, la Iglesia ha de actuar siempre de una manera apartidista, pero no neutral"
"A menudo hemos visto de una manera muy clara, la connivencia de la jerarquía valenciana con el partido del Sr. Fabra, del Sr. Rajoy y del Sr. Casado. Una connivencia que, afortunadamente, no se da en toda la Iglesia"
"Lo decía el recientemente fallecido, obispo Desmond Tutu: 'Si eres neutral en situaciones de injusticia, es que has elegido el lado opresor'"
"Lo dijo Tarancón; lo ha dicho Elie Wiesel, Premio Nobel de la Paz; también el P. Ángel García. El obispo Munilla igualmente se escandalizaba del 'chantaje especulador de los que han hecho fortuna, aprovechándose de la crisis económica'"
"La Iglesia no ha de vivir con miedo, ni tampoco ha de adular a los opresores. Al contrario, ha de denunciar el abuso de poder de aquellos que pisotean a los pobres"
"Lo decía el recientemente fallecido, obispo Desmond Tutu: 'Si eres neutral en situaciones de injusticia, es que has elegido el lado opresor'"
"Lo dijo Tarancón; lo ha dicho Elie Wiesel, Premio Nobel de la Paz; también el P. Ángel García. El obispo Munilla igualmente se escandalizaba del 'chantaje especulador de los que han hecho fortuna, aprovechándose de la crisis económica'"
"La Iglesia no ha de vivir con miedo, ni tampoco ha de adular a los opresores. Al contrario, ha de denunciar el abuso de poder de aquellos que pisotean a los pobres"
"La Iglesia no ha de vivir con miedo, ni tampoco ha de adular a los opresores. Al contrario, ha de denunciar el abuso de poder de aquellos que pisotean a los pobres"
En la situación actual de crisis económica y sanitaria, de la situación que vive Catalunya y con la corrupción política que existe, la Iglesia ha de actuar siempre de una manera apartidista, pero no neutral. Lo decía el recientemente fallecido, obispo Desmond Tutu: “Si eres neutral en situaciones de injusticia, es que has elegido el lado opresor”. Por eso afirmaba: “El Jesús que yo adoro es un Jesucristo que estuvo siempre al lado de los que eran tratados con injusticia y se metió en problemas debido precisamente a esto”.
La Iglesia, ayer, hoy y siempre, ha de estar al lado de los pobres y de los marginados y a la vez, proféticamente, ha de denunciar la injusticia y la opresión de los poderosos que siempre se aprovechan de los más desvalidos, hasta pisotearlos. ¿O no fue eso lo que hizo Jesús? Fue llamado amigo de publicanos y de prostitutas, pero nunca lo fue de Herodes y de Pilato, que lo condenaron a muerte.
Me duele la actitud de “connivencia” que tuvieron los obispos valencianos con el PP, durante la etapa que gobernaron el País Valenciano ¿Por qué ante la actitud inmoral del PP en el País Valenciano, los obispos valencianos no protestaron nunca para defender a los enfermos dependientes, la libertad de expresión, la continuidad de RTVV o el derecho de los padres que querían escolarizar en valenciano a sus hijos y la Generalitat lo prohibía? Ni protestaron por este despotismo, ni encabezaron nunca una manifestación, ni tan solo denunciaron la inmoralidad de la corrupción que manchó a altos cargos del PP, algunos de ellos en prisión.
A menudo hemos visto de una manera muy clara, la connivencia de la jerarquía valenciana con el partido del Sr. Fabra, del Sr. Rajoy y del Sr. Casado. Una connivencia que, afortunadamente, no se da en toda la Iglesia.
El cardenal Tarancon afirmaba con un gran realismo y sentido común: “Una Iglesia aliada con los poderosos, con los ricos, con los opresores, no mantendría una actitud radicalmente evangélica, no seguiría el camino de Jesús”.
Por el contrario, y ante la abdicación del rey Juan Carlos, en 2014, y ante la posibilidad de los ciudadanos de poder decidir entre monarquía y república, el ahora arzobispo emérito de Toledo, Braulio Rodríguez, amonestaba a los que cuestionaban el modelo de estado monárquico, porque, según él, eso sería “descoser lo que hemos cosido durante tanto tiempo”.
La Iglesia, porque no puede (ni tiene) ser neutral, ha de denunciar con valentía tantos y tantos despropósitos, injusticias y violaciones de los Derechos Humanos, como lo hizo el arzobispo de Buenos Aires, Jorge Mario Bergoglio (actual papa Francisco) que a propósito de la nueva pobreza invitaba a indignarse, por el hecho de que “que el pan y el trabajo no llegan a todos”. Y aún, el cardenal Bergoglio decía también: “Desde hace unos cuantos años, Argentina vive una situación de pecado, porque no se hace cargo de la gente que no tiene pan ni trabajo”.
Creo que es de justicia valorar las palabras del nuevo obispo de Oriola-Alacant, José Ignacio Munilla, cuando hace unos años denunció a los “gobiernos que han gastado un dinero que no tenían, endeudando las administraciones y comprometiendo el futuro de las nuevas generaciones”. Por eso el obispo Munilla denunciaba a aquellos “bancos que han sustentado sus escandalosos beneficios sobre una economía irreal y ficticia, con sueldos inmorales, blindados por consejos de administración”. El obispo Munilla también se escandalizaba del “chantaje especulador de los que han hecho fortuna, aprovechándose de la crisis económica”.
"La Iglesia ha de ser la voz de los que no tienen voz, para defender los derechos y la dignidad de los más frágiles, ya que los cristianos hemos de ayudar a “los pobres que reclaman, a los desvalidos que no tienen defensor"
Hoy y siempre, la Iglesia, con valentía, ha de estar al lado de los indefensos y de los débiles de nuestra sociedad. Y también al lado de los perseguidos. No de los poderosos y de los fuertes. La Iglesia ha de ser la voz de los que no tienen voz, para defender los derechos y la dignidad de los más frágiles, ya que los cristianos hemos de ayudar a “los pobres que reclaman, a los desvalidos que no tienen defensor” (Ps 71)
La Iglesia no ha de vivir con miedo, ni tampoco ha de adular a los opresores. Al contrario, ha de denunciar el abuso de poder de aquellos que pisotean a los pobres.
El cardenal Tarancon decía también: “La Iglesia ha de cultivar las exigencias del amor y de la justicia, aunque eso sea incómodo”.
Y es que, como ha dicho Elie Wiesel, Premio Nobel de la Paz, “Hace falta protestar, porque la neutralidad solo ayuda a los opresores, no a las víctimas”. Y por eso el papa Francisco, con valentía, el 5 de julio de 2014, dijo: “Dios no es neutral. Está de parte de las personas más frágiles, discriminadas y oprimidas”.
También el P. Ángel García, presidente de mensajeros de la Paz decía en una entrevista al diario Sur (31 de agosto de 2014): “Neutral no puedes ser nunca, sobre todo con los muertos. Algunos rezan, pero no es suficiente con eso, hemos de protestar”. Y añadía aún: “Nunca he militado en partidos, solo en la Iglesia. E incluso esto me da dolor de cabeza por decir cosas que no gustan a los jerarcas”. Y a pesar de todo, se han de decir.
Así fue la vida del obispo Desmond Tutu, un hombre que no fue neutral, un luchador de la justicia, un hombre que denunció el apartheid, un abanderado de los derechos humanos, un firme defensor de los pobres.