Puntualmente, a las 12 comenzaba en la catedral de Solsona la Eucaristía de inicio del ministerio episcopal del nuevo obispo de Solsona, el ilicitano, Francesc Conesa. Previamente, en la puerta de la catedral, en una mañana lluviosa, el nuevo obispo, acompañado del nuncio, Bernardito Auza, ha sido recibido por el decano del Capítulo catedralicio, entrando seguidamente en la seo solsonense.

En la procesión de entrada, el obispo Francesc estaba acompañado por el nuncio del papa, Bernardito Auza (que ha presidido la celebración hasta que el nuevo obispo ha ocupado la cátedra episcopal) y una veintena larga de obispos, entre ellos el arzobispo de Tarragona y metropolitano, Joan Planellas, el arzobispo de Barcelona, Joan Josep Omella y el de Urgell, Joan Enric Vives y los otros obispos de Catalunya, a excepción del de Girona que se encuentra hospitalizado. Ha querido venir a Solsona para acompañar a su nuevo obispo, José Ignacio Munilla obispo de Oriola-Alacant (diócesis de origen del obispo Francesc) y el emérito, Jesús Murgui y el obispo auxiliar de Valladolid, Luis Argüello.

También estaban presentes los abades de Montserrat y de Poblet, además de numerosos sacerdotes (entre setenta y ochenta), diáconos, religiosos, religiosas, seminaristas y los fieles que llenaban la bella catedral de Solsona. Entre los asistentes estaba la Sra. Judit Gisbert, alcaldesa de la ciudad, la directora general de Asuntos Religiosos de la Generalitat, Yvonne Griley, la presidenta del Consell Comarcal del Solsonès y otras autoridades, así como representantes de otras Iglesias y confesiones cristianas, que se han unido a la alegría de esta diócesis en el inicio del ministerio episcopal del nuevo obispo.

La celebración de la Eucaristía ha comenzado con el saludo del nuncio a la asamblea, en catalán, y con unas palabras del obispo de Vic, Romà Casanova, que durante estos seis meses, desde la renuncia del obispo Xavier Novell, ha sido el Administrador Apostólico de la diócesis de Solsona. El obispo Romà, con palabras sencillas y emotivas, ha destacado “la alegría de la diócesis por la acogida y el inicio del ministerio episcopal del nuevo obispo de Solsona”. El obispo Romà ha dicho que “la alegría de hoy, es la culminación de un tiempo vivido con esperanza, en la certeza que el Señor no abandona nunca a su Iglesia”.

El obispo Romà, que ha acompañado a esta diócesis desde la renuncia del obispo Xavier Novell, ha recordado (precisamente por éste hecho), que “si bien en nuestro corazón había perplejidad y dolor, con lágrimas de impotencia, esta Iglesia continuó caminando con esperanza y ahora estamos aquí con el corazón alegre, para recibir al nuevo obispo de Solsona”.

El obispo Romà se ha dirigido al nuevo pastor de Solsona, recordándole que viene “a servir esta diócesis que el Señor te ha confiado” y por eso le ha dado la bienvenida en nombre de los presbíteros, diáconos, religiosos, religiosas y laicos. Finalmente, el obispo Romà ha recordado al obispo Francesc, que esta diócesis “se erigió el siglo XVI”, aunque tiene unas raíces cristianas que vienen del siglo IV.

Posteriormente, el nuncio, también en catalán, (como se ha desarrollado toda la celebración), ha agradecido al obispo Romà “su celo pastoral” por estos seis mesesde Administrador Apostólico en Solsona, y más si cabe, por la delicada situación que ha vivido esta diócesis por la renuncia del obispo Novell.

Posteriormente se han presentado al colegio de consultores las Letras Apostólicas, que han sido leídas y seguidamente el nuncio ha entregado el báculo al obispo Francesc Conesa, que ha ocupado la sede, mientras la asamblea irrumpía en un aplauso.

El obispo Francesc, con un tono cercano y sencillo, ha iniciado la homilía resaltando las palabras del Evangelio de San Juan, que había sido proclamado: “Como el Padre me ha enviado, así os envío yo”. En un perfecto catalán de Elx, su ciudad natal, el obispo de Solsona ha dicho que estas palabras “resuenan de una manera particular en mi corazón”, ya que “también yo me siento enviado a esta diócesis de Solsona”, para “proclamar el Evangelio y ser mensajero de la Buena Nueva”.

El obispo Francesc ha dicho que viene “cargado de ilusión para proseguir el anuncio de Jesucristo. Vengo a acompañar vuestra fe, a ponerme a vuestro lado para caminarjuntos”. Y por eso, el obispo de Solsona ha remarcado que viene “en actitud de servicio” y ha afirmado que no desea “otra cosa que ser servidor de vuestra alegría y proclamar cada día la Buena Nueva”. Ha pedido que “toda la Iglesia esté al servicio de la misión”, ya que “existimos para evangelizar”. El obispo Francesc ha dicho también, que “nuestra Iglesia de Solsona tiene sentido y existe como tal, para anunciar a Jesucristo entre la gente de esta tierra”.

El obispo de Solsona ha pedido “una Iglesia de puertas abiertas, siempre dispuesta a acoger, pero también a salir a la calle, para comunicar la alegría de creer”. El obispo ha continuado pidiendo “una Iglesia que sale a las periferias, para que la luz del Evangelio inunde el corazón de todos los hombres”. También ha pedido “una Iglesia cercana, especialmente a los más pobres, a los enfermos, a los más pequeños”, para de esta manera, hacer “llegar la belleza del amor de Dios, que se ha manifestado en Jesucristo”. El obispo ha recordado la barbarie de la guerra que azota a Ucrania y ha pedido que la Iglesia de Solsona proclame “un mensaje de reconciliación y de paz”.

El obispo Francesc, “consciente de mis debilidades”, ha pedido la colaboración de toda esta Iglesia diocesana: “Cuento con los presbíteros, diáconos permanentes (como el padre del obispo Xavier Novell) y seminaristas, de los consagrados, que aportáis una gran riqueza a la Iglesia, y de los laicos, que hacéis presente a la Iglesia en medio del mundo”. El obispo ha recalcado que “sin vosotros no sería posible la evangelización”.

También ha destacado que en su misión, él viene “a aprender vuestros nombres y a trabajar juntos, para llevar la luz del Evangelio a los hombre y mujeres de esta tierra”. Por eso ha dicho que “todos los brazos son necesarios”. El obispo Francesc ha insistido en que “hemos de fortalecer la comunión entre nosotros”, para “aprender a caminar unidos de manera sinodal”. Por eso, ha afirmado que él se incorpora “a caminar con vosotros”. Ha destacado la importancia de “renovar estructuras y reformar muchos elementos de la Iglesia” y ha pedido que “no tengamos miedo”. Como ha dicho el obispo Francesc, “es tiempo de revestir, con unos nuevos vestidos, el Cuerpo de Cristo, que es la Iglesia”, una Iglesia que el obispo Francesc quiere “abierta a la novedad”.

El nuevo obispo de Solsona ha terminado su homilía, diciendo que se pone “a vuestro servicio, para llevar a término esta misión” que la Iglesia le ha confiado. El obispo quiere ser “servidor de la comunión e impulsor de la misión de anunciar a Jesucristo”, así como también de “animar vuestra fe”. El obispo ha dicho finalmente, que quiere “caminar con vosotros, aprendiendo de vosotros” y ha pedido a la Virgen María, “que guie mis pasos y los de la Iglesia por los caminos de la evangelización”.

Al finalizar la misa, el obispo Francesc Conesa se ha dirigido a la capilla de la Virgen del Claustro, patrona de la ciudad, en la parte derecha de la catedral, cantándose el himno de la coronación de la Virgen del Claustro y donde el nuevo obispo ha agradecido la presencia de todos los que han participado en esta celebración, de una manera especial al obispo Romà Casanova, a los sacerdotes, diáconos y laicos, a las autoridades presentes, a los miembros de otras confesiones cristianas y a los fieles que se han desplazado desde Menorca, desde Elx, la ciudad natal del obispo Francesc y los que han venido a Solsona desde la diócesis de Oriola-Alacant.

Una vez terminada la Eucaristía, y ya sin lluvia, el nuevo obispo de Solsona, acompañado del nuncio y de otros obispos, así como de la alcaldesa de la ciudad, ha ido a la plaza Mayor, donde la comitiva, con los gigantes de la ciudad, ha presenciado el tradicional baile del Águila en honor del nuevo obispo.