"Qué manera más excelente de hacer el ridículo" El señor Natxo Costa, las misas y las procesiones
"Según recoge el diario Las Provincias, el Sr. Costa es partidario (y así lo dijo en el programa de radio), de prohibir las misas y las procesiones, cosa que muestra su tolerancia y su talante democrático"
"¿El Sr. Costa también prohibirá, en fallas, la ofrenda a la Virgen de los Desamparados, donde muy acertadamente participa la exvicepresidenta del gobierno valenciano, la Sra. Mónica Oltra, también de Compromís?"
"El Sr. Natxo Costa con sus bromitas y sus ironías (que progresista y que moderno) confunde el laicismo con la ignorancia, la burla y el desprecio a los demás"
"De mi padre aprendí que siempre hemos de pensar lo que hemos de decir. No sé si el Sr. Costa pensó la estupidez que dijo o la dijo sin pensarla… En cualquier caso, el Sr. Natxo Costa ha metido la pata hasta el cuello"
"El Sr. Natxo Costa con sus bromitas y sus ironías (que progresista y que moderno) confunde el laicismo con la ignorancia, la burla y el desprecio a los demás"
"De mi padre aprendí que siempre hemos de pensar lo que hemos de decir. No sé si el Sr. Costa pensó la estupidez que dijo o la dijo sin pensarla… En cualquier caso, el Sr. Natxo Costa ha metido la pata hasta el cuello"
He leído con sorpresa, la información que recoge el diario valenciano Las Provincias (7 de septiembre de 2022), sobre el Sr. Natxo Costa y sus desafortunadas declaraciones en el programa Sociedad Valenciana, de la emisora 99.9 Plaza Radio.
El subsecretario de la Conselleria de Economia i Comerç, se permite hacer bromistas con las procesiones y las misas. Según recoge el diario Las Provincias, el Sr. Costa es partidario (y así lo dijo en el programa de radio), de prohibir las misas y las procesiones, cosa que muestra su tolerancia y su talante democrático. Que el Sr, Costa haya apostatado de la fe, como dice que ha hecho, no le da ningún derecho a querer prohibir las procesiones y las misas o a que queden reducidas a “espacios cerrados y en las casas”, cosa que dice mucho a favor suyo y de su concepto de la democracia.
¿El Sr. Costa també prohibirá, en fallas, la ofrenda a la Virgen de los Desamparados, donde muy acertadamente participa la exvicepresidenta del gobierno valenciano, la Sra. Mónica Oltra, también de Compromís? ¿El Sr. Natxo Costa prohibirá al alcalde de València (también de Compromís) que ponga el Belén en el ayuntamiento por Navidad, como hace el Sr. Joan Ribó? ¿Prohibirá al concejal Carlos Galiana (también de Compromís) que represente, como acostumbra a hacer, al ayuntamiento en las misas a les que asiste? ¿Por qué el Sr. Costa no va a Castelló de la Plana a convencer a los militantes de Compromís para prohibir la romería de les Canyes en la ermita de la Magdalena? Y ¿por qué no convence al presidente Puig para prohibir el Sexenni en honor de la Virgen de Vallivana? Supongo que el Sr. Costa prohibiría también la romería de Alacant a la Santa Faz. Que lo proponga a los militantes de Compromís de Alacant a ver qué le dicen.
Y ¿por qué no le pide al alcalde de València, Joan Ribó, que suprima la Semana Santa Marinera del Cabanyal? ¿O las fiestas de la Virgen de la Salud de Algemesí, que son Patrimonio de la Humanidad? ¿O l’Entrà y la procesión de la Virgen de l’Oreto en l’Alcúdia, mi pueblo? El Sr. Costa estaría encantado de suprimir las hogueras de San Antonio. Que vaya a Canals y que lo proponga a los militantes de Compromís ver qué le dicen. O los Miracles de Sant Vicent en las calles de València. Y no hace falta decir la procesión del Corpus o la de la Virgen de los Desamparados en la capital del País Valenciano. Que se lo proponga al alcalde Ribó, a ver qué le dice. Ya le gustaría al Sr. Costa prohibir los Pelegrins de les Useres, las cabalgatas de Reye o las Cruces de Mayo de Borriana.
Supongo que el Sr. Costa ha de estar más que irritado por la retransmisión de la misa en valenciano, cada domingo, por À Punt o por la retransmisión de la Festa d’Elx, Patrimonio de la Humanidad.
El Sr, Costa se permite hacer bromitas con las misas y las procesiones, cuando son muchos los cristianos que, aún hoy, son perseguidos y asesinados por vivir la fe en Jesús de Nazaret. El Sr. Costa habría de saber que los misioneros que se encuentran en los países del Tercer Mundo, en una situación de conflicto bélico o de terremotos o inundaciones, no abandonan a la gente, sino que permanecen con ellos, ayudándolos, mientras el Sr. Costa está bien sentado en su despacho.
Y mientras el Sr. Costa, hace bromitas con las procesiones y las misas, se cuida mucho de hacer las mismas bromitas con el Islam o con el Budismo. Y es que los cristianos (que hemos de reconocer que no siempre somos como habríamos de ser), siempre estamos en la diana y por eso el Sr. Natxo Costa con sus bromitas y sus ironías (que progresista y que moderno) confunde el laicismo con la ignorancia, la burla y el desprecio a los demás.
Los cristianos no somos perfectos, ya lo sabemos. Hemos de mejorar mucho nuestra manera de ser y de hacer. Pero no por eso el Sr. Costa ha de burlarse de nosotros, haciendo bromitas con la prohibición de las misas y de las procesiones, demostrando con sus declaraciones que se cree un reyezuelo con ínfulas autoritarias, prohibiendo lo que no le gusta.
No sé si el Sr. Costa sabe dónde va la gente que pasa hambre y que necesita una ayuda. No va a la sede de Compromís, ni a la de Podem, ni a la del PSOE, ni a la de Cs, ni a la del PP. Va a las parroquias valencianas, donde los sacerdotes y los cristianos ayudan a aquellos que no pueden llegar a final de mes, a los que viven en la precariedad, a los que pasan necessidad. No van a casa del Sr. Costa, ni a la Conselleria de Economia y Comerç.
El Sr. Costa habría de saber que en democracia, el respeto y la tolerancia son la base de una buena convivencia. No la intolerancia, el sectarismo y la burla, como hace él. Estoy seguro que el Sr. Costa no piensa en prohibir las manifestaciones de los aficionados del València, el Vila-real, el Llevant o el Hèrcules, cuando estos equipos ganan un título deportivo. Ni tampoco creo que el Sr. Costa piense prohibir las manifestaciones en la calle de los partidos políticos o de los sindicatos. Pero las misas y las procesiones, habrían de quedar circunscritas a “espacios cerrados”, según dice el Sr. Costa.
Aunque las declaraciones del Sr. Costa fueron hechas en un ambiente informal y humorístico, creo que los políticos no pueden hacer broma de todo. Por eso, no creo que el Sr. Costa haga bromitas con el cáncer de una persona que ame. Y es que en la vida, no vale todo. Y menos aun cuando las palabras, llenas de intolerancia, como las del Sr. Costa, son un desprecio y una discriminación a los cristianos.
Hace muchos años conocí al Sr. Francesc de P. Burguera, un auténtico señor, que tenía un gran respeto por las ideas de los demás y por los adversarios. Como también conocí, en el Bloc Nacionalista Valencià (embrión del Bloc Nacionalista Valencià), personas tolerantes y respetuosas con el hecho religioso (una realidad que abomina y querría prohibir el Sr. Costa), como los amigos Francesc Ferrer Pastor, Andreu Banyuls y Elvira Ferrer, Cristòfor Aguado y Joaquim Meneu (los dos, miembros de la Paraula Cristiana), Paco Salt, Carmina Gonzàlez, Josep Cabanes, Marina de Paz, Vicent Franch, Eugeni i Joan Senent, .... Por el contrario, con las declaraciones anticlericales decimonónicas y con su bromitas sobre las misas y las procesiones, el Sr. Natxo Costa ha quedado bien retratado. Suerte que en Compromís, donde tengo buenos amigos, no piensan como el Sr. Costa, que ha mostrado con sus declaraciones, su sectarismo y su intolerancia. Qué manera más excelente de hacer el ridículo.
Qué manera más absurda y más inútil de crear problemas y polémicas sin ninguna necesidad. El Sr. Costa habría de saber (y de recordar) que los políticos están para buscar soluciones y no para crear problemas allí donde no hay.
De mi padre aprendí que siempre hemos de pensar lo que hemos de decir, decir lo que hemos pensado y hacer lo que hemos pensado y hemos dicho. No sé si el Sr. Costa pensó la estupidez que dijo o la dijo sin pensarla. Y no sé qué es peor, si decir lo que dijo sin pensarlo o si fue consciente de lo que decía. En cualquier caso, el Sr. Natxo Costa ha metido la pata hasta el cuello.
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