9 de octubre, Día Nacional del País Valenciano A los obispos del País Valenciano

Retablo mayor de la catedral de Valencia, antes de ser manipulado
Retablo mayor de la catedral de Valencia, antes de ser manipulado

Asignatura pendiente (desde hace muchos años), que tiene la Iglesia Valenciana: la situación anómala (de exclusión) de nuestra lengua en los templos valencianos

Como obispos de los valencianos, ustedes en vez de rechazar el valenciano (sé que el obispo Sergi no lo hará, como no lo hace el arzobispo de València), habrían de promover y hacer suya la lengua de Sant Vicent Ferrer, para favorecer la presencia del valenciano en les parroquias, tanto en la catequesis, como en la predicación y en todas las celebraciones litúrgicas

Ante la campaña de acoso y derribo del valenciano por parte de las derechas valencianas que nos gobiernan, no me ha extrañado el silencio de los obispos

Queridos obispos, Sergi, de Tortosa (y bienvenido a estanueva diócesis), Casimiro, de Sogorb-Castelló, Enrique de València (y su auxiliar Arturo) y José Ignacio, de Oriola-Alacant: hoy, 9 de Octubre, fecha del nacimiento del País Valenciano, en conmemoración de la entrada en València del rey Jaime I, les escribo esta carta abierta en relación a la asignatura pendiente (desde hace muchos años), que tiene la Iglesia Valenciana: la situación anómala (de exclusión) de nuestra lengua en los templos valencianos.

A lo largo de los años en el monasterio, he recibido amuchos grupos para explicarles qué es el monaquismo, la historia de Montserrat, la liturgia y la oración como eje de la vida monástica o también la formación de esta montaña.

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En septiembre de 2018 acogí a un grupo de valencianos encabezados por el amigo Alfons Llorens y por el catedrático de la Universitat de València, Vicent Martínez Sancho. Algunas de estas personas, con tristeza, me comentaron la sensación de orfandad que tenían cuando en sus parroquias se sentían excluidas en la liturgia, por la marginación sistemática (y de años y años), del valencianoen la Iglesia. Y es que, incomprensiblemente, después de más de cincuenta años del Concilio Vaticano II, que aprobó la Constitución Sacrosanctum Concilium, nuestra lengua continúa excluida de la liturgia.

Ustedes ya saben que los cristianos valencianos de las comarcas del Maestrat a la Vega Baixa, de la Ribera Alta a l’Alacantí y de la Foia de Bunyol a la Vall d’Albaida, solo podemos celebrar nuestra fe en castellano, a pesar de que el valenciano es la lengua propia del País Valenciano, como dice el Estatut d’Autonomia.

Las diócesis valencianas son una tierra que va del mar a la montaña, con hombres y mujeres de fe profunda yenraizada y con un amor especial a Santa María, venerada en l’Alcúdia con la advocación de la Mare de Déu de l’Oreto, en Utiel y en Alacant con la del Remei, enValència la de los Desemparats, en Borriana la de la Misericòrdia, en la Font de la Figuera la Mare de Déu del Roser dels Xiquets, en Picanya y en Oriola la de Montserrat, en Vila-real la de Gràcia, en Santa Pola la de Loreto, en Xàtiva la de la Seu, en Picassent y en Morellala de Vallivana, en Benissa la Puríssima Xiqueta, enPeníscola la Ermitana o la Mare de Déu dels Lliris enAlcoi.

Seminaristas de Valencia, campeones de la primera Copa Nacional de Seminarios de España
Seminaristas de Valencia, campeones de la primera Copa Nacional de Seminarios de España

Las diócesis valencianas tienen la riqueza de una lengua propia, la lengua de los poetas Ausiàs March y Vicent Andrés Estellés, la lengua de Jordi de Sant Jordi, de Sor Isabel de Villena y de hombres y mujeres de la Iglesia como Sant Vicent Ferrer y la beata Pepa Girbés. Una lengua que hablan los cristianos de Beniarjó, Borriol, Cocentaina, Vinaròs, Altea y Almenara, de Elx, Vallada, Cinctorres, Potries y Albaida, de Estivella, Sant Vicent del Raspeig, Alzira, Onda y Banyeres.

Los sacerdotes y los obispos siempre dicen que Pentecostés es la fiesta de la universalidad de la fe, que semanifiesta con la diversidad de lenguas y de culturas que, desde el Vaticano II, la Iglesia asume y defiende, a excepción de la Iglesia del País Valenciano.

Como obispos de los valencianos, ustedes en vez de rechazar el valenciano (sé que el obispo Sergi no lo hará, como no lo hace el arzobispo de València), habrían de promover y hacer suya la lengua de Sant Vicent Ferrer, para favorecer la presencia del valenciano en les parroquias, tanto en la catequesis, como en la predicación y en todas las celebraciones litúrgicas. De esta manera, los cristianos de Finestrat, Piles, Benicarló y Benicolet; de Alfara del Patriarca, Beniarrés, Almassora, Ador yMoixent; de Beneixida, Beniarbeig, Xodos, Agres, Peníscola o Tavernes Blanques, no nos sentiríamos extraños en la Iglesia (como nos sentimos ahora), ya que si ustedes utilizaran el valenciano, estarían anunciando el Evangelio en la lengua de nuestro Pueblo.

Como antes, una parte de la Iglesia desprecia  el valenciano
Como antes, una parte de la Iglesia desprecia el valenciano

El valenciano es una lengua que los cristianos valencianos queremos que sea lengua de oración y de predicación, de catequesis y de anuncio del Evangelio. Una lengua que habrían de estudiar los seminaristas valencianos en la Facultad de Teología, para que después puedan predicar ycelebrar la liturgia en valenciano.

Para que los valencianos no continuemos (como hasta ahora), huérfanos en el seno de nuestra Iglesia, se habrían de publicar, de una vez por todas, los textos litúrgicos en valenciano, (sobre todo el Misal Romano), que ya hacetiempo preparó la Acadèmia Valenciana de la Llengua(ante la pasividad y casi el desprecio de los obispos) y que, desgraciadamente, como decía el añorado obispo Rafael Sanus, este Misal “duerme desde hace años en algún cajón del obispado de València”. Y también defenderpúblicamente el Llibre del Poble de Déu, que los obispos valencianos habrían de utilizar y animar a los presbíteros a utilizarlo.

Hace dos años (Conferència Episcopal Tarraconense, nota de la reunión nº 244, junio de 2021) el arzobispo Joan Enric Vives y mossèn Joan Baburés, presidente y coordinador de la Comisión Inter-diocesana de Liturgia (CIL) respectivamente, presentaron a los obispos catalanes los últimos trabajos de la comisión, por lo que respecta a la traducción al catalán de la tercera edición, revisada, del Misal Romano, que los obispos con sede en Cataluñaaprobaron. Por eso, después de la definitiva confirmación por parte de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, ya se ha editado este Misal Romano. ¿Cuándo aprobarán los obispos valencianos la primera edición (los catalanes ya van por la tercera), del Misal Romano en valenciano? ¿Quieren que la historia les recuerde a ustedes como enemigos de nuestra lengua?

Misal en Valenciano
Misal en Valenciano

Han sido muchos los sacerdotes valencianos que haceunos años firmamos unas cartas pidiendo la publicacióndel Misal en valenciano. Cabe recordar, queridos obispos,que en acabar el Concilio, más de 20000 valencianosfirmaron un manifiesto pidiendo el valenciano en la Iglesia, cosa que aún estamos esperando. Y es que nuestra lengua, como escribía Vicent Miquel i Diego en una carta al P. Gregori Estrada, monje de Montserrat, siempre ha encontrado la oposición de la jerarquía valenciana.Afortunadamente el Grup del Dissabte inició una campaña para recoger firmas a favor del valenciano en la Iglesia.¿Harán caso nuestros obispos de esta nueva iniciativa a favor del valenciano?

Cañizares besa la senyera
Cañizares besa la senyera V. Gutiérrez/Avan

Cuando el obispo Antonio Cañizares fue nombrado arzobispo de València, y por lo que respecta a nuestra lengua, dijo: “Espero que me enseñéis a hablarla bien y pronto”. Pero nunca normalizó el valenciano en la Iglesia, ni lo habló. Sabiendo como sabía (por motivos de estudios) el alemán (y el italiano), al obispo Cañizares no le habría costado nada (si realmente lo hubiese querido hacer), aprender valenciano y así celebrar la liturgia y predicar en la lengua de Sant Vicent Ferrer. Pero no lo hizo nunca. Como tampoco los otros obispos que hemos tenido en València, ni el obispo Casimiro López, de Sogorb-Castelló, ni José Ignacio Munilla de Oriola-Alacant, y eso que éste último es vascoparlante.

Es sorprendente que el arzobispo Enrique, un obispovalenciano-parlante, en Xàtiva, el 14 de agosto, hiciese la homilía en castellano y en valenciano (en aras del bilingüismo), cuando la capital de la comarca de la Costera es un pueblo valenciano-parlante. ¿En Utiel, un pueblo castellano-parlante, ¿el arzobispo Enrique tambiénhubiese hecho la homilía en castellano y en valenciano en aras del bilingüismo? Y es que cuando los obispos de Sogorb-Castelló y de Oriola-Alacant van a pueblos valenciano-parlantes, nunca utilizan la lengua de Sant Vicent Ferrer.

Por otra parte, es lamentable y muy triste, que acabado el Sínodo Diocesano de València, como nos recordaba el amigo Vicent Cardona, “de entre todas las propuestas votadas, la que ha tenido más votos en contra es la de poner al alcance de las comunidades cristianas los textos litúrgicos y de pastoral en nuestra lengua” (Saó, junio de 2021).

El Llibre del Pobel de Déu
El Llibre del Pobel de Déu

Con todo, y es necesario recordarlo ahora, ya hace siete años, los cristianos valencianos reunidos en la catedral de València, en octubre de 2016 (hace ya siete años),aprobaron el Plan Diocesano de Pastoral, donde la resolución número 107 pedía “Fomentar el uso del valenciano en la liturgia, como cauce de evangelización enraizado en nuestra cultura, promoviendo la edición de los libros litúrgicos en valenciano”. Pero hasta ahora,también el nuevo arzobispo de la diócesis de València haignorado esta petición de los participantes en el Plan Diocesano de Pastoral. ¿Así se tienen en cuenta las resoluciones aprobadas?

Con toda la razón del mundo, Vicent Cardona continuaba su artículo en Saó, así: “Una vez más haremos tarde en servir nuestro pueblo, al menos una parte, como él quiere ser servido. El miedo o la indiferencia o la ignorancia abundan entre un clero (era la mayoría entre los participantes en la asamblea sinodal), que no busca acercase a una parte de nuestro pueblo, que parece rechazar una Iglesia que no le comprende ni le sirvecomo él espera”. Y es que desgraciadamente, la Iglesia Valenciana (?) continúa ignorando y despreciando nuestra lengua y tratando como una colonia el País Valenciano.

Pero además, en las “Constituciones del Sínodo Diocesano de València (2019-2021)”, en la “Undécima propuesta”, titulada “Iglesia, Cultura”, este texto dice en el punto 11.1, que “la Iglesia vive inserta en el mundo, se encarna y arraiga en la cultura o las culturas, las asume”. ¿De verdad que la Iglesia valenciana asume la cultura de los valencianos?

Y en esta misma “Undécima propuesta”, en el punto 11.12, de las “Constituciones del Sínodo Diocesano de València”, titulado: “El valenciano una realidad en la vida social i eclesial” (?), hay escrito lo siguiente: “Es deseable que se pueda disponer de los textos litúrgicos en lengua valenciana”. ¿Cómo es posible que esas Constituciones tengan el atrevimiento de afirmar que el valenciano es “una realidad en la vida eclesial”, si nuestra lengua está excluida de la liturgia y todavía no tenemos el Misal Romano en valenciano, ni nuestros obispos utilizan el Llibre del Poble de Déu?

Como nos recordaba el salesiano Justino Sarmento Rezende (Religión Digital, 11 de septiembre de 2020), “las prácticas misioneras serán colonizadoras si uno solopiensa en enseñar y no en aprender”. Por eso el papa Francisco, (continuaba este salesiano), “refuerza la nueva lectura de la acción evangelizadora”, cuando decía que “los indígenas no son objetos y destinatarios de la misión de la Iglesia, sino que son sujetos, protagonistas einterlocutores de la misión”. El salesiano Justino Sarmento decía también que los pastores de la Iglesia han “de aprender las lenguas indígenas” (también el valenciano, queridos obispos) y que la Iglesia ha de “pasar de una Iglesia colonizadora (como la valenciana) a una Iglesia inculturada y encarnada”.

En la encíclica “Fratelli tutti”, el papa nos recuerda que “no existe obertura entre pueblos, sino desde el amor a la tierra, al pueblo, a los propios rasgos culturales”, ya que “solo es posible acoger al diferente, si estoy enraizado enmi pueblo, con su cultura” (143).

Alexandre Alapont amb l'arquebisbe Benavent
Alexandre Alapont amb l'arquebisbe Benavent

Y en la Carta Apostólica con motivo del XVI centenario de la muerte de San Jerónimo, el papa Francisco nos decíaque “el trabajo de traducción de Jerónimo, nos enseña que los valores y las formas positivas de cada cultura, representan un enriquecimiento para toda la Iglesia”. Y es que “los diferentes modos en que la Palabra de Dios se anuncia, se comprende y se vive con cada nueva traducción, enriquecen a la Iglesia”. Y  a pesar de esto, los obispos valencianos se niegan a presentar el Misal Romano en valenciano para que sea aprobado y a utilizar y a defender públicamente el Llibre del Poble de Déu.

El papa nos dice también que “la inserción de la Biblia y del Evangelio en las diferentes culturas, hace que la Iglesia se manifieste cada vez más como “sponsa ornata suis” (Is 61:10), y testimonia que la Biblia necesita ser traducida constantemente a las categorías lingüísticas ymentales de cada cultura”.

El papa, como si estuviese pensando en la Iglesia del País Valenciano, dice: “Cuantos juicios temerarios, cuantas condenas y conflictos surgen del hecho de ignorar el idioma de los demás y de no esforzarnos, con tenaz esperanza, en esta prueba infinita de amor que es la traducción”. Y es que como dice el papa, “no existecomprensión sin traducción”.

Sergi Gordo
Sergi Gordo

Los obispos de las diócesis valencianas (y espero que el obispo Sergi anime a sus hermanos en el episcopado a utilizar siempre nuestra lengua), habrían de seguir el ejemplo de los obispos valencianos que están en otras diócesis y utilizan, con naturalidad, la lengua del pueblo que sirven, como lo hizo el obispo Tarancon en Solsona o ahora lo hace el obispo Agustí Cortés en Sant Feliu de Llobregat, el obispo Francesc Conesa en Solsona y el obispo Salvador Giménez en Lleida, presidiendo las celebraciones litúrgicas en catalán, con toda normalidad. Ycomo también lo hace el obispo valenciano Jesús Català, en Málaga, utilizando el castellano.

La historia juzgará negativamente (y con dureza) a los obispos y a la mayoría de los presbíteros valencianos (si no rectifican su actitud de desprecio por el valenciano), ya que son los responsables del genocidio del valenciano en la Iglesia, en sacarlo fuera de los templos. Y por esohabrían de recordar el capítulo 4 del documento “Ad gentes”, que dice: “La Iglesia comprende y abraza en su caridad, todas las lenguas”. Y también lo que dijo el papa Pablo VI en la clausura del Concilio: “Las lenguas innombrables que hablan los pueblos, han estado admitidas a expresar litúrgicamente la palabra de los hombres a Dios y la Palabra de Dios a los hombres”. Y aún, los obispos valencianos habían de tener muy presenteel número 40 de la Constitución “Sacrosanctum Concilium” que dice: “A las naciones donde se hablan diversas lenguas, se harán traducciones a cada lengua”.¿Y la aprobación del Misal en valenciano, cuando?  

Debido a la incomprensible animadversión del episcopadoy de la clerecía valenciana a nuestra lengua, muchos cristianos se encuentran huérfanos en una Iglesia que rechaza la lengua del pueblo. Para evitar esta sensación de orfandad, haría falta que los obispos introdujesen nuestra lengua en la liturgia, como hizo el sacerdote alcudianoAlexandre Alapont, que falleció recientemente (que en África tradujo la Biblia al nambya) y presentaran, de una vez por todas, el Misal Romano en valenciano, para que sea aprobado y a la vez utilizaran (y defendieran) el Llibre del Poble de Déu preparado por el P. Pere Riutort. De esta manera los cristianos valencianos no nos sentiríamosforasteros y huérfanos en nuestra propia Iglesia  

Hace unos años el que fue obispo de Coria-Cáceres, Francisco Cerro, hizo la introducción del NuevoTestamente en “fala”, la lengua que hablan 6000 extremeños en el Valle de Xalima, al norte de Cáceres. El obispo bendecía el “Nuevu Evangeliu” donde, por primera vez, se proclamaba la Palabra de Dios en “mañegu”, que es el nombre que recibe la “fala” en San Martín de Trebejo. El obispo Cerro decía: “Si los vecinos de San Martín, Eljas y Valverde se dirigen a sus padres en “fala”, ¿porque no hacer lo mismo con Dios?”. Y continuaba el obispo Cerro: “La Iglesia quiere que nos acerquemos a Dios desde nuestra cultura, desde nuestros sentimientos más íntimos”.

Munilla
Munilla

A la Iglesia del País Valenciano le pasa una cosa parecidaa lo que describía el teólogo africano Cyprien Melibi. Estepresbítero camerunés decía: “Los obispos africanos son negros romanizados. No defienden su cultura y sus raíces”, como los obispos valencianos que no defienden lacultura de la tierra que los acoge. Por eso el papa Francisco, en la Jornada de Misiones de 2015, decía que se habían de “respetar todos los pueblos a partir de sus propias raíces” y “salvaguardar los valores de las respectivas culturas”.  

Los obispos valencianos también habrían de seguir el ejemplo del obispo Joan Piris, emérito de Lleida, que en suentrada en aquella diócesis, el 21 de septiembre de 2008, decía: “El hecho de ser cristiano lo debo, en buena parte, a la buena gente de Lleida que acompañó a Jaime I en la liberación del Reino de València, que favoreció que el cristianismo se enraizara en aquellas tierras”. Un rey, Jaime I, que trajo a las tierras valencianas, la lengua y el cristianismo.  

En 1966, el arzobispo de València, Marcelino Olaecheaescribió la carta pastoral, “Lengua latina, lenguas vernáculas y liturgia”, en la que defendía (erróneamente),que la lengua de la diócesis de València era el castellano y no el valenciano. Y hoy, 57 años después, los obispos valencianos aún continúan defendiendo y usando el castellano (y no el valenciano), que es la lengua en la cual los cristianos valencianos, forzosamente, nos hemos de dirigir a Dios.

En una entrevista a la COPE, el papa recordaba la misa que presidió en Transilvania, “aquella parte de Rumanía que habla húngaro, una misa preciosa en húngaro”. ¿Cuándo podremos decir los cristianos valencianos que nuestros obispos (como sí que pasa en la misa que los domingos retransmite À Punt), han concelebrado una misa preciosa en valenciano?

En su visita a Bratislava, el papa dijo: “El Evangelio no puede crecer si no está radicado en la cultura de un pueblo”. Y el papa contaba una anécdota de un obispo, a propósito del nuncio que sufrieron. El obispo decía: “Nosotros estuvimos 400 años sometidos peor los turcos ysufrimos. Después, 50 años sometidos por el comunismo, ysufrimos. Pero los 7 años con este nuncio han sido peores que las dos otras veces”. Y el papa añadía con buen humor: “Cuanta gente puede decir lo mismo del obispo o del sacerdote que tiene” (Flama, 15 de septiembre de 2021).

Hace dos años (Religión Digital, 27 de septiembre de 2021), en la presentación del último informe de Libertad Religiosa en el mundo, celebrado en la Universidad Católica de València, el entonces arzobispo de València, Antonio Cañizares, decía: “No podemos arrinconar la fe cristiana a la intimidad”. Totalmente de acuerdo. Pero¿porque la Iglesia del País Valenciano arrincona y margina nuestra lengua a la intimidad, no permitiendo que el valenciano sea la lengua de la Iglesia Valenciana?

¿Qué Iglesia puede llamarse madre si no permite a sus hijos hablar la lengua de sus padres? ¿No será una madrastra en vez de una madre? Por eso el pasado 30 de septiembre, en la creación de los nuevos cardenales, el papa nos recordaba que “la Iglesia madre habla en todas las lenguas” (Religión Digital, 30 de septiembre de 2023). Pero todavía no en el País Valenciano, ya que nuestra Iglesia, paradójicamente, excluye, margina e ignora la lengua de los valencianos.

El obispo Sergi hace un mes iniciaba su ministerio episcopal en la diócesis de Tortosa, con unos arciprestazgos que se encuentran en el País Valenciano. Somos muchos los que esperamos que usted anime a los otros obispos valencianos, para que nuestra lengua no quede fuera de los templos.

Por otra parte, ante la campaña de acoso y derribo del valenciano por parte de las derechas valencianas que nos gobiernan, no me ha extrañado el silencio de los obispos. Si nuestros obispos se sintiesen valencianos, habrían denunciado, con valentía, la marginación que las derechas valencianas están haciendo de la lengua de Sant Vicent Ferrer, una lengua que es como el alma de nuestro Pueblo. Pero teniendo en cuenta que los mismos obispos marginan nuestra lengua en la liturgia, no me extraña nada el silencio cómplice de nuestros pastores, con la actitud de genocidio lingüístico de los políticos que buscan reducir a la nada el valenciano, no usándolo ni protegiéndolo, incumpliendo  (ellos que son tan constitucionalistas), lo que dice el artículo 3.2 y 3.3 de la Constitución española.

Recientemente el obispo de Sogorb-Castelló, Casimiro López, animaba a los cristianos de esta diócesis a participar en el Sínodo. Y les decía: “Queremos escuchar vuestra voz”. Pues bien, el obispo Casimiro habría de escuchar la voz de los que queremos (como el grupo Pentecosta de Castelló de la Plana), que nuestra lengua esté presente en la Iglesia. A ver si de verdad nos escuchan.  

Que la memoria del añorado Alexandre Alapont, sacerdote y misionero en Zimbabwe, fallecido el pasado 7 deseptiembre, fiel al Evangelio y fiel a la lengua de nuestro país, sea un ejemplo para nuestros obispos y sacerdotes en la normalización del valenciano en la Iglesia. Porque si nuestros obispos no apuestan por una Iglesia valenciana, inculturada en nuestra cultura y en nuestra lengua, continuaremos, como hasta, con una Iglesia colonizadora, más madrastra que madre.

Amén.

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