A la hermana Virtudes Parra, con afecto.
No dudo para nada de tu buenísima intención. Ni de que estés convencida de que la lectura del libro de Pagola te hizo bien. La famosa nota que en tan mal lugar ha dejado a Pagola también te afecta a ti. Indirectamente pero también. Y sangras por la herida.
En diversos lugares he visto como te manifestabas. No voy a opinar sobre lo que dices, aunque tenga mi opinión. Ni sobre las nubes. Aunque piense que con la nota muchas se han disipado. Sólo decirte que Pagola no gana nada con tu apoyo y tu puedes perder mucho con él. Me explico.
No entiendas que tu opinión no vale nada. Vale lo que vale. Como la mía o la de cualquier otro. Quiero decir que en el berenjenal en el que Pagola se ha metido no le sirven declaraciones de afecto. Esas no van a pesar nada en una discusión teológica. Caso de que la haya.
Seguro que está atravesando un momento duro y que muestras de cariño las agradecerá. Pero esas se las puedes hacer llegar privadamente, con tus oraciones y las de tus monjas, y él tan contento y tú te libras del pim, pam, pum al que te van a someter.
Claro que lo de callar para evitarse daño propio no siempre vale pero pienso que en esta ocasión sí. Porque una monja apoyando frente a los obispos a un sacerdote en entredicho puede hacer más daño que bien. Al mismo Pagola, a ti y a los demás.
No sé la teología que sabes pero ni tú ni yo pasamos por lumbreras en tal ciencia. Y en mi caso con toda justicia. Por eso ni se me ocurre entrar a juzgar lo que dice Pagola ni lo que dice la nota. Yo en eso estoy con la Iglesia. Y la Iglesia son los obispos y no ese teólogo vasco. Y digo vasco porque lo es aunque igual sería que fuese andaluz o manchego.
Claro que Pagola, como tú y yo, es también Iglesia. Pero en tanto en cuanto esté con los obispos. Sin eso no hay eclesialidad. No es católico el que está con Jesucristo, o dice estarlo, o dicen que está, si no está con los obispos. Hay muchos protestantes que están con Jesús. Le aman, le siguen y hasta sufren martirio por Él. Pero no son Iglesia, no están con la Iglesia.
Cabe, en teoría, la prevaricación de los obispos españoles. O el error de ellos en este punto. Pero mejor equivocarnos con ellos, caso de que así fuere, que levantar frente a ellos otra Iglesia. Y aquí no se están tratando puntos, importantes ciertamente, pero de trascendencia eclesial mucho menor. Los obispos se pueden equivocar apoyando o criticando a Franco, callando o hablando ante Hitler, sosteniendo a Castro frente a Batista o a este frente aquel. O pensando que son buenos o malos los trasvases, las centrales nucleares o la pertenencia a la OTAN. Aquí se están tratando cuestiones fundamentales de fe. En las que los obispos son los guías del Pueblo de Dios, monjas incluidas, puestos por el mismo Cristo.
Deja pasar el asunto, reza mucho y Dios proveerá. Lo que a Él le parezca. Y cuando llegue el día comparecerás ante Él como hija de la Iglesia. Que parece mucho más seguro que como hija de Pagola.