La fe o experiencia de la resurrección (8.4.18)
“Los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor”
Los primeros cristianos hablan sobre la resurrección de Jesús desde su propia fe o experiencia;, ”vieron con los ojos de la fe y creyeron”; son los primeros creyentes. Para ellos la resurrección de Jesús es un acontecimiento real que están viviendo. Y experimentaron la presencia del Resucitado como perdón, paz, alegría, entusiasmo para continuar la misión de Jesús en el mundo. Según los relatos evangélicos de las apariciones, aquellos primeros creyentes tuvieron sus dudas, buscaron pruebas racionales, sufrieron momentos de oscuridad; pero prevalecieron la confianza, la pa y el entusiasmo par seguir adelante. . En esos relatos podemos ver el proceso de nuestra fe.
Hoy los cristianos vivimos la misma fe o experiencia de encuentro con el Resucitado que vivieron aquellos primeros discípulos si bien ellos son testigos privilegiados y referencia para toda toda la historia de la Iglesia. Los sentimiento de perdón, paz, alegría, y entusiasmo por continuar la misión de Jesús deben ser también los signos de que también nosotros hoy celebramos de verdad la resurrección de Jesús como un acontecimiento que está sucediendo en nuestra propia existencia y en el mundo.
En su primera Exhortación, hace ya cinco años, el papa Francisco lamentaba: “hay cristianos cuya opción parece ser la de una cuaresma sin Pascua”. Se parecen a los discípulos de Emaús que andan decepcionados y cabizbajos porque no ha resultado lo que esperaban. Al ver que hoy sociedades como la española se van emancipando de la tutela de la Iglesia, y ésta pierde una presencia pública de poder que tuvo en otro tiempo, hay cristianos que se desinflan. Pero ¿dónde queda nuestra fe o experiencia en la resurrección de Jesús? La victoria del Crucificado sobre la muerte ¿no sugiere ya el camino para la nueva presencia pública de la Iglesia en nuestra sociedad? Claro que para emprender ese camino los cristianos, animados por el Espíritu, debemos avivar nuestra fe o experiencia personal y comunitaria de Jesucristo vivo en nosotros, en la Iglesia y en la evolución de la historia humana
Los primeros cristianos hablan sobre la resurrección de Jesús desde su propia fe o experiencia;, ”vieron con los ojos de la fe y creyeron”; son los primeros creyentes. Para ellos la resurrección de Jesús es un acontecimiento real que están viviendo. Y experimentaron la presencia del Resucitado como perdón, paz, alegría, entusiasmo para continuar la misión de Jesús en el mundo. Según los relatos evangélicos de las apariciones, aquellos primeros creyentes tuvieron sus dudas, buscaron pruebas racionales, sufrieron momentos de oscuridad; pero prevalecieron la confianza, la pa y el entusiasmo par seguir adelante. . En esos relatos podemos ver el proceso de nuestra fe.
Hoy los cristianos vivimos la misma fe o experiencia de encuentro con el Resucitado que vivieron aquellos primeros discípulos si bien ellos son testigos privilegiados y referencia para toda toda la historia de la Iglesia. Los sentimiento de perdón, paz, alegría, y entusiasmo por continuar la misión de Jesús deben ser también los signos de que también nosotros hoy celebramos de verdad la resurrección de Jesús como un acontecimiento que está sucediendo en nuestra propia existencia y en el mundo.
En su primera Exhortación, hace ya cinco años, el papa Francisco lamentaba: “hay cristianos cuya opción parece ser la de una cuaresma sin Pascua”. Se parecen a los discípulos de Emaús que andan decepcionados y cabizbajos porque no ha resultado lo que esperaban. Al ver que hoy sociedades como la española se van emancipando de la tutela de la Iglesia, y ésta pierde una presencia pública de poder que tuvo en otro tiempo, hay cristianos que se desinflan. Pero ¿dónde queda nuestra fe o experiencia en la resurrección de Jesús? La victoria del Crucificado sobre la muerte ¿no sugiere ya el camino para la nueva presencia pública de la Iglesia en nuestra sociedad? Claro que para emprender ese camino los cristianos, animados por el Espíritu, debemos avivar nuestra fe o experiencia personal y comunitaria de Jesucristo vivo en nosotros, en la Iglesia y en la evolución de la historia humana