"El gran tesoro es lo que se puede comunicar como don de vida y liberación" La vida se comunica en gratuidad desde la compasión
"Encontrar el camino que lleve a la salvación es lo que Jesús ofrece y, él mismo se presenta como el camino, la verdad y la vida"
"El apóstol debe entender esa vocación de ser llamado y enviado, revestido de la gracia comunicada por Jesucristo, de ir a liberar del poder opresor del demonio"
"La compasión mueve a Jesús y a sus discípulos a ofrecerse en liberación y redención"
"La compasión mueve a Jesús y a sus discípulos a ofrecerse en liberación y redención"
| Fray Alfredo Quintero Campoy OdeM
La compasión de Jesucristo lo mueve a dar la vida en liberación y salvación por quien está extraviado y perdido.
Encontrar el camino que lleve a la salvación es lo que Jesús ofrece y, él mismo se presenta como el camino, la verdad y la vida.
El gran tesoro es lo que se puede comunicar como don de vida y liberación.
Ya en la primera lectura del éxodo, Dios libera al pueblo de Israel de la esclavitud de Egipto para que sea el pueblo de su propiedad, lo lleva en alas de Aguila para volar a lo más alto y tener una mirada amplia, que lo haga mirar desde la fe, con un horizonte amplio capaz de entender el conjunto de la vida, es decir el universo de espacio que se nos revela en conocimiento.
Solo la entrega en gratuidad de amor por la compasión es capaz de liberar, a la manera de Jesucristo, como bien lo refiere San Pablo en la segunda lectura de la carta a los romanos.
Solo ese gesto en gratuidad de amor de Jesucristo que se entrega por nosotros, es capaz de liberarnos, reconciliarnos y salvarnos.
El apóstol debe entender esa vocación de ser llamado y enviado, revestido de la gracia comunicada por Jesucristo, de ir a liberar del poder opresor del demonio, de la enfermedad que impide la plenitud de fuerza y de vida de toda persona, de poner en pie a quien está postrado o tirado en el suelo, golpeado, maltratado o abusado, como el que aparece asaltado en la parábola del buen samaritano.
Faltan muchos trabajadores en los campos donde se ve que se camina extraviado y sin guía o pastor.
La compasión mueve a Jesús y a sus discípulos a ofrecerse en liberación y redención, siempre en la gratuidad del amor que es capaz de ofrecer esa vida verdadera que se necesita y hace falta.
Es a Jesús a quien el apóstol comunica. Jesús se dispone en gracia para revelarse a través del apóstol, esa conciencia nunca debemos olvidarla para saber que somos comunicadores de un don de Vida recibido y dado en gratuidad.
La alegría de la gratuidad de ver que el otro encontró la vida, el camino, la liberación y se sabe pleno en el amor.
Ese ha de ser siempre el distintivo de quien ha sido llamado y enviado por Jesucristo como apóstol.
La iglesia está llamada a esa fidelidad en Cristo, a hacerlo todo desde la experiencia de Jesucristo vivo en su corazón; la centralidad de la iglesia debe ser Jesucristo, una centralidad en Cristo vivida siempre en el servicio del amor.
Esa fidelidad a la que la iglesia está llamada a vivir en Jesucristo hace posible la vida que el Padre nos transmite por Jesucristo en el Espíritu Santo. Una iglesia que se revela como trinitaria y que no deja de ser familia, comunión de amor de unos y otros, a la manera de las esencia de la santísima Trinidad, que es esencia de comunión , de vida y de amor.
Esa es la vocación de redención que recibe la iglesia; vivir desde la comunión del amor, que sabe transmitirse en gratuidad para conducir en el camino de liberación, que supera todo extravío y, todo desahuciado recibe la vida para sentirse feliz en la plenitud del amor que lo redime .
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